-¿Que qué me pasa? -Sí, porque todo el día has estado rara. -Ah bien, ahora resulta que yo soy la rara. Seguro no tiene nada que ver con el hecho de que me has tratado todo el maldito día de forma fría e impersonal, y no me digas que fue solo porque eres “mi jefe”, porque sé que es más que eso. La forma en la que me mira, en silencio y como si estuviera meditando en silencio lo que va a decirme, me hace fruncir el ceño y sentirme aún más frustrada que antes, por lo que me dejo caer sobre la cama y alzo mi pie sobre mi rodilla, viendo mi adolorida planta que, si bien ya está casi curada, las secuelas todavía son visibles. Tengo que ponerme la crema… Las curtidas manos de Filip hacen a un lado las mías y veo la mancha blanca de la pomada en una de ellas, haciendo que alce la mirada nuevamente hacia él. -Lamento que te hayas sentido así, la verdad es que intentaba protegerte. -¿De qué estás hablando? -Celia es… particular. -¿De qué hablas? -¿De casualidad notaste algo diferen
-Bueno, bueno, bueno, se te ve de muy buen humor hoy, ¿qué pasa contigo? El saludo de Zack cuando llega a la mesa que reservé para el almuerzo, me hace poner los ojos en blanco, ¿cómo es que lo nota? -No sé de qué estás hablando. -Sí claro, y yo me chupo el dedo. -¿Debería preguntarle a Celia si te obliga a hacerlo? -Cállate. -Entonces no me provoques. Su mirada de párpados entrecerrados prometiendo venganza me resulta divertida. -Maldito… -No juegues con fuego si sabes que te puedes quemar. Ahora, dejémonos de tonterías y dime lo que has encontrado. -Primero dime dónde está tu sexy secretaria que no está aquí. A ella también le incumbe esto. -Tenía un ataque de migraña y la mandé a la casa, se la veía realmente mal. Estaba pálida, con el rostro cansado y hasta le temblaban un poco las manos. -Wow, eso es horrible. -Ni que lo digas, así que habla conmigo que, luego de aquí, iré a ver cómo se encuentra. Ya dejé todo listo en la oficina, así que de aquí me vuelvo a la
La lata de energizante en mi escritorio debería ser una clara muestra de que, justamente hoy (al igual que ayer) no debería de molestárseme, sin embargo, parece ser que la gente no está enterada de esto. Ahora mismo tengo frente a mí a un idiota que no sé cómo carajo es que llegó hasta aquí, que exige ver a Filip y sino, pondrá una demanda. Estoy segura de que eso fue lo que intimidó a las de la recepción y por eso tengo que soportar esto justo ahora. Lo peor es que soy del tipo a la que el ataque de migraña la sigue torturando un tiempo más luego de que pasa y no solo me siento un tanto letárgica, sino que encima estoy nauseosa y no tengo paciencia casi para soportar esto por mucho más tiempo.-No me importa que esté en una reunión, si ese infeliz no viene hasta aquí ahora mismo, entonces le pondré una demanda y no me importará en lo más mínimo a quién afecte. -Por milésima vez, no puedo interrumpir al Sr. Reeft en éste momento, si realmente quiere hablar con él de algo importante,
La forma tan conmocionada con la que me mira Filip, solo rivaliza con la risa con la que estalla pocos segundos después, como si mi comentario fuera una completa locura. Bueno, no lo había mencionado, pero la verdad es que, en éste último par de días, sentí el bra un poco más apretado e incómodo. Cómo se nota que me está por bajar la regla… Solo que no pensé que fuera tan notorio para todos. Sí, me incomodan, estoy más sensible, ¿lo notarán otras personas? Pasa casi minuto y medio hasta que por fin consigue controlar su risa y hasta tiene que limpiar una lágrima que le escapa del ojo, sonriendo aún mientras acorta la distancia entre ambos. -Ok, me habría esperado cualquier cosa, menos esa pregunta. -Lo siento, como te dije ayer, se acerca mi ciclo y, con lo que él dijo, todo lo sensible y ciertamente hinchado que sentí él último par de días, que solo es el preludio de lo que me espera mientras me desangro en vida, se me hizo más notorio a mí. Pensé que tal vez se notaba mucho tamb
Encontrar a Daniela con medio cuerpo dentro de la heladera, dejando su trasero expuesto a mi mirada, creo que es la mejor forma de empezar el día, si me lo preguntan, porque la verdad es que, llámenme exagerado, pero alguien debería hacerle un monumento. -¿Hay algo interesante ahí dentro? El chillido de susto que suelta (mezcla de susto con dolor), junto con el golpazo que se escucha desde dentro de la heladera, evidentemente su cabeza con alguno de los estantes, me hace reír sin que pueda evitarlo. Ni siquiera su gesto de “o te callas o te mueres” que me muestra a penas sale de ahí dentro mientras se frota la zona adolorida puede cortarme. -¡Filip! Con un demonio, ¿cómo se te ocurre asustarme de esa manera? ¿Estás loco? -Lo siento, querida, sin embargo, no es mi culpa que parecieras querer atravesar el refri como si estuvieras intentando entrar a Narnia por el armario. -¿Conoces la saga? Me hago el ofendido ante la sorpresa que muestra en su pregunta. -Por supuesto que sí, t
-¿Hela Lootz?Me pongo de pie al escuchar mi nombre e, inevitablemente, Filip lo hace conmigo, su gesto neutro aunque sé que está más allá de preocupado actualmente. Puede que consiga mantener una buena fachada de tranquilidad con el gesto de póker que suele usar para sus negociaciones, no obstante, a mí no me engaña. Y no lo digo solo por cómo reaccionó anoche cuando le dije que estaba teniendo un retraso, sino porque lo conozco, he podido detectar cuándo es que realmente está tranquilo o solo está fingiendo. Mi estrés es algo que ha causado muchos problemas el último par de días, y ahora, que me haya causado un retraso en mi ciclo menstrual creo que fue la gota que derramó el vaso. Si antes ya quería mandarme al SPA a que por poco y me reconstruyeran nuevamente, ahora está literalmente convencido de que tiene que hacer algo radical. Quizás no debí hacer la broma de mandarme a unas vacaciones a Hawái. Como sea, en cuanto entramos al consultorio, Alfonso nos mira con una ceja alza
Mi pregunta parece descolocarlo, como si hubiera dicho una tontería, pero no es así, es una duda totalmente razonable y válida, después de todo, el sexo no es equivalente al deseo de ser padre. La mayoría espera a tener una relación estable para considerar la idea de tener hijos, si es que realmente quiere tenerlos, porque no es algo para todo el mundo, no solo porque implica un gran esfuerzo en más de un sentido, sino porque es algo que dura para toda la vida. No es como una prenda de vestir o un mueble, que cuando te cansas de eso lo regalas, no, éste bebé estará con nosotros para siempre si es que eso es lo que él quiere. Además, si consideramos la trampa que acaba de hacer Vanesa hace poco para intentar amarrarlo, creo que es un tanto irónico que sea yo en realidad quien espera un hijo suyo y que no tuviera idea de que así fuera mientras me llamaban zorra y demás porque la niñita mimada decía que estaba esperando un hijo de Filip. Él en serio podría pensar que lo he hecho a prop
-¿Será que-que me-me lo puedo pensar?- Por supuesto, no necesitas decidir ahora mismo, no te preocupes, tómate el tiempo que requieras, solo intenta que no sea demasiado, porque cuanto más se tarda en realizar, más invasivo se vuelve el procedimiento. -Entiendo… Mientras tanto, pasemos a algo más agradable quizás, ¿les gustaría ver si podemos echarle un vistazo a su bebé? La pregunta, aunque imagino que fue hecha con la intención de distraernos un poco de las noticias chocantes de recién y de todo lo que conlleva el tener que tomar una decisión como esa, la verdad me parece un poco como de mal gusto, porque me está diciendo si quiero ver al hijo que dudo si matar o no casi. No la culpo, después de todo, mi situación no tiene nada que ver con su intervención de ninguna manera y, aunque no me gusta el tener que siquiera pensar en esto, lo está diciendo pura y exclusivamente en pos de mi salud, así que esto es un tema muy delicado. -Sí… yo quiero. Filip asiente al igual que yo,