―Aaargh… ¡Por eso querías irte! ¿Qué hace el imbécil de mi hermano aquí? ―Alice comenzó a despotricar sin cortarse un pelo; de por sí, debido a su empleo, era una mujer elocuente y de carácter fuerte; en ese momento, gracias al alcohol, no contuvo los insultos.

―Está bien, Alice, ya cálmate… ―le pidió Estella sintiendo un leve dolor de cabeza―. Es mi ex y tu hermano, tampoco es necesario exagerar.

El jardín era un lugar increíble, no solo por la variedad de flores de diversos colores que descansaban en jardineras y macetas, todo el lugar era iluminado por un montón de lucecitas escondidas entre enredaderas y algunos arbustos, dándole un aire mágico y fantasioso.

Distraída por el entorno, Estella descubrió también que entre el follaje de algunas plantas había esculturas alusivas al jardín de Alicia,