No puedo creer, que Joel se halla portado de esa manera, por suerte que Maicol pudo apostar más que él, si no esta noche Joel se portaría como un animal.
—¿Por qué? ¿Por qué diste esa cantidad de dinero?— Le reprocho.
—Acaso se te olvido nuestra conversación— No, como se me olvidara esas palabras.
—Pero diste esa cantidad de dinero, y no creo que te vayas sin mis servicios—
—No, te preocupes por eso, me gusta pasar rato contigo—
—Te estás metiendo en problemas... ¿Qué es lo que quieres Maicol?— Claro que se está metiendo en problemas, Joel no se quedara así.
—Tu compañía...— Dice con tono seductor.
Suspiro, colocando mi mano en mi cuello, Joel me apretó muy fuerte.
—¿Te duele?, como ese bastardo pudo hacerte eso.—
—En ese lugar pasan muchas cosas— Digo en tono bajo, avergonzada.
—Tengo un regalo para ti— Me entrega una caja.
—¡Para mí!— Le digo sorprendida.
Tomo la caja, desbaratando el papel de regalo, es un celular, es demasiado bello y se nota que cuesta una buena plata... Pero no puedo aceptarlo, si me regalo este celular es porque ahora tendrá mi número, y eso es contra las reglas, le entrego el teléfono.
—¿Qué pasa ahora? —
—No puedo aceptarlo, es contra las reglas—
—Las reglas se hicieron para romperse... Entonces ¿esto lo puedes aceptar?— Omg, que hermoso collar de diamantes, me doy vuelta para que él coloque el collar. —Por favor, toma el celular, nadie va a darse cuenta—
—Porque mejor, no me dices que significan cada uno de esos tatuajes, tienes la cara de una niña hermosa—
—Es mi hija— Creo que nunca debí preguntar eso.
—Ah, que bien... Entonces eres casado, ya conozco ese truco quitarse el anillo antes de entrar a prostíbulo—
—No, no, no soy casado; y si lo estuviera no lo ocultaría—
—Eso significa que eres libre... Pero tienes una hija—
—Si, su nombre es Valeria, es la niña más hermosa del mundo, mira estas fotos, apenas tiene 6 años, pero inteligente como ella sola—
—Valeria, es muy linda tu nena... Y me imagino que ella es su madre, por eso pasaste la foto rápida—
—Eh, sí... Pero no hablemos de ella, porque ella es parte del pasado y el pasado se queda en el pasado— Eso quisiera decir yo, con mi pasado.
—Sabes, ¿por qué no tenemos una cita?, pero no aquí en el auto, ir a un restaurante, oh donde quieras— Pero de donde salió este hombre.
—¿Qué es lo que quieres?— Al preguntarle, se acerca a mí, está tan cerca que me provoca un poco de nervios.
—Ahora mismo, quiero saborear esos labios carnosos...— No dude en aceptar esas palabras, yo también tengo ganas de probar su boca, acaricia mi muslo, sus manos son tan suaves al igual que sus labios.
—Besas muy bien, para ser un chico fresa— Interrumpo nuestro apasionado beso, mirándonos con todo el deseo de seguir.
—¿Chico fresa?—
—Podemos seguir— Susurro a sus labios, volviéndonos a devorar.
La temperatura por aquí, está bastante caliente, y seguimos en el auto, en el mismo lugar, ya él quería subir de nivel, y yo estoy dispuesta hacer mi trabajo con todo el placer del mundo, pasamos a la parte trasera sin decir una palabra, sin quitarnos aun la ropa, baje mi mano para buscar su miembro, el cual está muy despierto, mientras él besa mi cuello, aprovecho para sacar su paquete fuera, al verlo, muy sorprendida, un chico blanco, apuesto, por lo menos esperaba que lo tuviera pequeño, y es todo lo contrario... Disfrutaría jugar con lo que trae, además pago lo suficiente, no estaría rompiendo las reglas...
—Rosa, es mejor que te detengas...— Sabía que su semen estaba por llegar, y no me detendré en la parte más divertida... —Te lo advertí— Me dice, mientras trago. —Me toca— Mientras besa el medio de mis pechos, estoy boca abierta, nunca me había gustado después de tanto tiempo que un hombre quite mi sostén... —¿Y esto?— Pero unas pastillas arruinaron el momento, maldición para que las coloque en mis pechos.
—Esto... Eh, es, es solo parte del trabajo— ¿Qué? para que dije eso.
—Ósea, que pensabas drogarme— Me dice molestó. Que estúpida, no podía inventarme algo mejor.
—¡NO!... eh, esto, sabes olvídalo, no tengo por qué darte explicación de mi problema de salud—
—Pero si tienes un problema, deberías llevar tus pastillas en tu bolso, no en tus pechos—
—Es que siempre las pierdo, pero las pondré en mi bolso.— Busco mi bolso entrando las pastillas.
—Creo que dañe el momento, te pido disculpa—
—¿Puedo irme?— Le digo, terminando de colocar mi sostén.
—Te quieres ir, entonces vete, pero acepta mi regalo, de lo contrario no te dejaré ir—
—No puedo aceptarlo—
—Esto no pasará de nosotros... Y Rosa, perdóname, pero ya sabes como son las cosas—
—Créeme que lose perfectamente, no se puede confiar en una persona como yo, me llevaré el celular pero, no me llames, espera que yo lo haga primero... Otra cosa, gracias por salvarme esta noche, y te pienso devolver el dinero; Adiós.— Salgo del auto, es increíble, ni siquiera pude cumplirle con mi trabajo, camino al maldito infierno.
—¡No necesitó ese dinero, vendré mañana por ti!— Al escuchar esas palabras, voltee y estaba parado como idiota fuera del auto, con tremenda sonrisa.
—¡Mañana me tomaré el día libre!— Le voceo riéndome.
—¡Entonces, podremos tender nuestra cita!— Mire atrás, no puedo creer que haya voceado eso, si Dori se entera de una cita con un cliente, de algo que haga con un cliente, me mata o me manda a matar... Camino a él, para quitarle esa sonrisa estúpida que trae.
—No te confundas, yo no quiero nada contigo, lo que estás haciendo, lo haces porque quieres, porque yo a ti, no te pedí que hagas nada... Y deja de hablar como si tuviéramos algo, que eso nunca va a pasar, entendiste— Le digo dejándolo sin palabras, retomo mi camino, con un dolorcito en el pecho.
Entrando al lupanar de mierda, voy al camerino, donde se encuentran estas mujeres, peinando su cabello, pintando sus uñas, cambiándose... Pero a una esquina se puede apreciar una chica llorando, camino a ella, pero Dori aparece.
—Tú, aquí, pero pensé que no volvería a saber de ti, hasta pasado mañana, acuérdate que tienes el día libre, pero cuéntame ¿Cómo te fue con el guapote? Por lo que veo... Ese collar significa que te fue bien, me gusta antes te digo que Joel casi me arma un escándalo, le tuve que dar una de las niñas gratis, ya que la única mujer de este lugar que él quiere, es a ti. Trata de no buscarte problemas ya sabes como es ese hombre de violento.—Acacia mi collar, al parecer quisiera arrancarlo de mi cuello.
—Pensé que me defenderías de aquel escándalo—
—Que te hallas convertido en la reina de estas mujeres, no te quita la corona de que todavía eres una prostituta, por lo tanto aquí lo único que vale es el dinero, no las amistades.— Mientras Dori me hablaba no preste atención a sus palabras, solo miraba a la jovencita.
—¿Quién es ella?— Le pregunto
—Ella, no tiene importancia, es la novata, se la ha pasado llorando desde que salió de las habitaciones con un cliente, no la culpo seguro que está traumada, le toco calmar el pique de Joel, a cambio de nada... Bueno realmente no siento pena por ella, ya estoy acostumbrada a ver estos teatros. Todavía recuerdo cuando llegaste, eras el trapito viejo de todas.—
Ahora entiendo, es "la novata", pero es muy joven para estar metida en esto, y lo peor de todo, su primera noche fue con Joel; Aun recuerdo mi primera noche con este hombre, fue algo horrible, se comporta como un animal asqueroso, no sabe tratar a ninguna mujer, todas han tenido experiencias horribles con él, y al parecer esta chica no sabe de las drogas que la mayoría usamos en casos como el de Joel, no entiendo por qué ella me recuerda a mí, es como mirarme en un espejo, y no hablo de físico.
Escuchando la conversación de "la novata" con Pamela:
—"Deja de llorar, necesito que esta coca, te la tragues"—
—"¿Qué me la tragué?"—
—"Eres sorda o hablo en chino, mira si quieres la escondes en tu culo, pero me la devuelves"—
No puede ser, le pasará lo mismo que a mí, la cogerán de guarda ropa, tendrá que hacer todo lo que estas chicas digan, de lo contrario le rayaran toda la cara... Pero si la perra de Pamela le está ofreciendo que sé tragué la droga es porque la policía está aquí.
—"¡Vamos! Porque si no la tragas o la escondes en ese culo, te mataré... Pero no quieres morir verdad"—
En este lugar cada quien tiene su vicio, y si no tiene entonces el tiempo te obliga a caer: Vicio de fumar, tomar... Pero el peor de todos caer en las drogas, y el peor de todos el vicio que el negocio nos impulsa a todas, a mentir, y no tener miedo a matar por sobrevivir.
Al ver la policía entrar, y pamela alejarse de la joven, me le acerco
—Pásamela— Le digo, extendido mi mano.
—No, no puedo hacerlo—Al verla decirme esto casi muriendo de miedo, tuve que arrebatársela, ya que no me la pasaría, la tiro al piso, y piso la pequeña funda con mi tacón.
No entiendo por qué estoy haciendo esto, viendo como los policías revisan, se aprovechan para manosear, uno de ellos se acerca a mí.
—Oh, disculpa, es que tome demasiado— Me lanzo en su pecho, sin mover mi pierna, mi boca está justo frente a la suya. —Nunca había visto un policía tan guapo, como tú— Le digo acariciando su uniforme.
—Gracias señorita— Que torpes son. —¡Aquí no ahí nada, mi señor!— Al escucharlo decir esto, tomo otra vez mi postura, al verlos irse, le digo adiós seductivamente...
Quito mi tacón de aquella pequeña funda de coca, viendo la chica recogerla.
—Gracias, de verdad, no sabes cuanto te agradezco— Me abraza, llorando como una mocosa.
—Ya, despégateme; tómalo como mi pago, por soportar a Joel esta noche.—
—¿Podemos compartir habitación?— Al decirme esto secando sus lágrimas, esta loca, desde que llegue aquí, todo lo que ganaba era para comprar mi apartamento y mucho que me costó trabajar, y mi auto todavía lo estoy pagando.
—No te equivoques niña, yo trabajo aquí, pero no piso las habitaciones de este lugar— Camino fuera, para ir por mi auto e irme a casa.
Enciendo mi auto, pero un policía me toca el cristal del auto, salgo.
—¿Si?—
—Kloeh Moretti— Al escuchar esa voz gruesa decir mi nombre con apellido, lo que pocas personas saben, mis pelos se pusieron de punta.
—¿Quién eres?— Le pregunto.
—Soy yo, Jorge, el hermano menor de Julien... Sorprendida...—
—No, no te reconocía, cuanto tiempo——No pensé encontrarte en un lugar como este... Hasta que te vi seduciendo a uno de mis hombres, me disculparas pero tengo que revisarte. Voltea— Mientras sentía las manos de Jorge revisándome, no podía dejar de mirarlo a sus ojos. —Dame el bolso— Me dice mirándolo, que está dentro del auto, abro la puerta, para cogerlo y pasárselo.Mientras lo revisa, deja caer todo lo que está dentro, no lo reconozco, no me acordaba de las pastillas y viéndolo con una sonrisa estúpida mientras las sujeta.—Es parte del trabajo——No te pregunte, pero te apuesto que algunos clientes no saben esto——Por favor Jorge, sabes que este mundo es así— Tira las pastillas al piso.—Sabes Khloe, pensé que nunca volvería a verte, porque prometí que la vez
Esperaba por lo menos un mensaje anoche, no me importa que me halla hablando de esa manera, mejor dicho me pareció divertida, la voy a sacar de ese lugar, algo me dice que ella no pertenece a ese infierno, no paro de pensar esos ojos de luna que tiene.—¡Papa!— Viendo mi princesa correr a mí, con una hoja de papel en su mano.Viendo a mi hermana salir del auto, al parecer no puedo soportar más a Valeria.—¿Cómo está la niña más hermosa del mundo?— Beso su mejilla.—Bien papi— Responde, con su carita de santica, pero traviesa como ella sola.—Hola, te traje tu pequeña. Me rompió mi perfume más caro, espero que me lo pagues——¿Pagarte? Ati nadie te mando a llevártela dos semanas eres una ladrona, cualquiera pensaría que no quiero a mi hija.——Bueno ¿entonce
Después de ir al ginecólogo, y al salónde belleza, fui a comprar cajas de cigarrillos y un encendedor;No traigo maquillaje, una blusa de escote bajo, acompañado de un jean, y unos tacones. Creo que me hace falta un labialrojo oscuro, y es justamente el que tengo en mi nuevo bolso.Enciendo mi auto, tengo una ganas de comer helado, busco en mi móvil una heladería cercana... Al llegarbusco parqueo, al salir, un auto muy lujoso se estaciona al lado del mío.NO, no puede ser. Volteo, coloco mis gafas.Viéndolo cargar una niña, al parecer es su hija... ¿Y ella? No parece a la mujer de la foto que vi, se ve mejor en persona.Lo único que sé, es que él no me quitara la gana de comerme mihelado, voy a dentro.—Hola, quiero un helado de Yogur, le agradeciera si me despachara rápido, gracias.— Esperando, estoy un poco ne
Al subir a mi auto, viendo aquella dirección, ahora empiezan la batalla contra misma de ir o no ir aquel lugar, a pesar que puse mi mejor vestido, sentía que algo me faltaba, y eso era seguridad, confianza en mí, no quiero que me descubran con un cliente, pero tampoco quiero seguir el resto de mi vida bajo unas malditas reglas, no soy una niña, soy una mujer, y tengo que tomar mis propias medidas, decisiones o mejor dicho, mis propias reglas.Pero esta dirección, según lo que veo en el Google maps, no es un hotel, ¿Dónde quieres llevarme Maicol? Pensaba mientras conduzco...No puede ser, esta es su casa, es una hacienda muy grande, no puedo creerlo, sabía que era un hombre empresario adinerado, pero nunca pensé que fuera para tanto, al estar fuera la puerta grande, un hombre viene a mí—Señorita Rosa, el señor la espera, bienvenida— Al abrirse aquellas puertas,
Un abrazo, su abrazo, me hace sentir, viva; esta noche es perfecta.—Señor, perdone que lo interrumpa, pero Jessica está fuera, ¿Qué hacemos con ella?— Jessica, ¿Quién es Jessica?, miro a Maicol y por su expresión, me di cuenta de que es la madre de su hija.—No le permitan entrar——Yo me iré, tranquilo— Le digo parándome de la cama.—No, tú no te vas— Me toma de la mano.—Como diga mi señor— Al escuchar aquel hombre detrás de la puerta, miro a Maicol.—Dígale que Valeria; se fue con Emma al cine. Y si insiste, dile que tengo asuntosmás importantes que hablar con ella——Maicol, es mejor que me vaya——No, quiero que te quedes, toda la noche si es posible— Acaricia mi rostro, besándome lentamente, haciendo que vuelva a l
Ni siquiera pude dormir pensando en semejante escultura de mujer, y todavía no le he mostrado mi manera de coger, pero todo con calma y despacio.—¡Hey! te estoy hablando— Emma, me saca de mis pensamientos.—Lo siento. Estaba lejos— Le guiño un ojo.—Como se nota—Al ver la expresión de disgusto en su rostro, sabía que aquellos pasos eran los de Jessica.—Maicol, se puede saber por qué no me dejaste pasar anoche, eso nunca había pasado, ¿Estabas con alguien?— Lo que faltaba llega, y es a preguntar cosas que no debería.—Puedes venir...— La tomo del brazo, llevándola a un lugar retirado de Emma.—¿Con quién estabas, Dime.?— Me reclama, molesta.—No son tus problemas——Tengo derecho a saber——Jessica, acaso estás loca. T&
Ya estando en el camerino, contemplándome, pensando en ese maravilloso sexo oral...—¿Hola?— La chica de la otra noche, se sienta a mi lado, tiene un golpe horrible en el rostro.—Hola... ¿Qué te paso en la cara?——Un cliente... Me quiero ir, quiero irme de este lugar, pero Dori no me lo permite. ¿Por qué? se supone que cuado no quieres estar en un lugar te vas.——No eres la única, yo también quise escapar, pero esimposible.——¿De qué hablas? tú puedes irte, tienes una casa, te puedes ir, escapar de todo esto, me arrepiento de haber dejado que me vendan.——Las cosas no son de esa manera niña, además si te vendieron, lamento decirte que te quedaras aquí para siempre——Pues, no. Me iré, algún día, me iré, y no me digas ni&nt
Al volver al maldito infiernoMaicol se encuentra fuera, busco en mi bolso un cigarrillo... Caminando a la puerta, ignorando que está ahí parado mirándome, enciendo mi cigarrillo.—Entonces, actuaras como si no me conoces, me dejas esperándote como un estúpido.— Me dice molesto, mientras se esparce el humo, suspiro, mirando atrás.—Lo siento, tenía que salir——¿Dónde?— Me pregunta, con esa mirada de preocupación.—Son mis asuntos, ahora me disculpas, tengo que entrar— Al seguir mi camino... Me toma de la mano, nuestras miradas chocan.—No entiendo, ¿Te pasa algo?— Que si me pasa algo, me pasan muchas cosas, quiero explotar, tengo tantas ganas de llorar, tantas ganas de quedarme sin aliento, todavía no entiendo cuál es mi propósito estando viva, quisiera... Dejar de respirar, por unos cinc