Un abrazo... su abrazo me hace sentir viva. Esta noche es perfecta.—Señor, perdone que lo interrumpa, pero Jessica está afuera. ¿Qué hacemos con ella? —dijo una voz tras la puerta.Jessica. ¿Quién es Jessica? Miro a Maicol y, por su expresión, me doy cuenta de quién se trata. Es la madre de su hija.—No le permitan entrar.—Yo me iré, tranquilo —le digo, levantándome de la cama.—No, tú no te vas —me toma de la mano con firmeza.—Como diga, mi señor —respondo, con una mezcla de desafío y sumisión, al tiempo que escucho al hombre tras la puerta.—Dígale que Valeria se fue con Emma al cine. Y si insiste, dile que tengo asuntos más importantes que hablar con ella —ordena Maicol, mirando hacia la puerta.—Maicol, es mejor que me vaya... —insisto, incómoda por la situación.—No. Quiero que te quedes. Toda la noche, si es posible —acaricia mi rostro, y luego me besa lentamente, haciendo que olvide mis dudas. Me guía de regreso a la cama, como si esa fuera la única opción.¿Cómo podría haber
Ni siquiera pude dormir pensando en semejante escultura de mujer. Todavía no le he mostrado mi manera de poseer, pero todo a su tiempo; con calma y despacio.—¡Hey! Te estoy hablando —Emma me saca de mis pensamientos.—Lo siento, estaba lejos —le guiñó un ojo, intentando disimular.—Cómo se nota… —dice con tono irónico.Antes de que pueda responder, el sonido de unos pasos me alerta. Su expresión de disgusto lo confirma: Jessica está aquí.—Maicol, ¿se puede saber por qué no me dejaste pasar anoche? Eso nunca había pasado. ¿Estabas con alguien? —Jessica entra de lleno, directa, y con esa actitud que tanto me agota.—Puedes venir… —la tomo del brazo con firmeza, llevándola lejos de Emma. No necesito un espectáculo aquí.—¿Con quién estabas? ¡Dime! —me reclama, con los celos pintados en su rostro.—No son tus problemas.—¡Tengo derecho a saber!—Jessica, ¿acaso estás loca? Tú no tienes derecho a nada.—Maicol, ¿estás saliendo con alguien más? —Su voz tiembla, pero la rabia la sostiene.—
Ya estando en el camerino, contemplándome, pensando en ese maravilloso sexo oral...—¿Hola?— La chica de la otra noche, se sienta a mi lado, tiene un golpe horrible en el rostro.—Hola... ¿Qué te paso en la cara?——Un cliente... Me quiero ir, quiero irme de este lugar, pero Dori no me lo permite. ¿Por qué? se supone que cuado no quieres estar en un lugar te vas.——No eres la única, yo también quise escapar, pero esimposible.——¿De qué hablas? tú puedes irte, tienes una casa, te puedes ir, escapar de todo esto, me arrepiento de haber dejado que me vendan.——Las cosas no son de esa manera niña, además si te vendieron, lamento decirte que te quedaras aquí para siempre——Pues, no. Me iré, algún día, me iré, y no me digas ni&nt
Al volver al maldito infiernoMaicol se encuentra fuera, busco en mi bolso un cigarrillo... Caminando a la puerta, ignorando que está ahí parado mirándome, enciendo mi cigarrillo.—Entonces, actuaras como si no me conoces, me dejas esperándote como un estúpido.— Me dice molesto, mientras se esparce el humo, suspiro, mirando atrás.—Lo siento, tenía que salir——¿Dónde?— Me pregunta, con esa mirada de preocupación.—Son mis asuntos, ahora me disculpas, tengo que entrar— Al seguir mi camino... Me toma de la mano, nuestras miradas chocan.—No entiendo, ¿Te pasa algo?— Que si me pasa algo, me pasan muchas cosas, quiero explotar, tengo tantas ganas de llorar, tantas ganas de quedarme sin aliento, todavía no entiendo cuál es mi propósito estando viva, quisiera... Dejar de respirar, por unos cinc
Talvez estos efectos están afectando mis sentidos, por que no dejo de pensar en esa mujer desde que la vi, y juro que no me importa que trabaje en ese lugar, porque talvez nunca la hubieseconocido. Tiene mi alma endulzada, estos días solo nos hemos comido a besos, aunque solo sepa su nombre, estoy loco de remate por ella, ya le pedí que se venga conmigo, y me dice "Las cosas no son así, que soy muy rápido" Aveces la miro y en su mirada, puedo saber que solo necesita ser mimada, necesita ser tratada.—Señor, recuerda la cita que me dijo que agende, bueno llego el día— No recordaba, pero sí, llego el día. ¿Qué es lo que quiere este policía?—Hágalo pasar— Me levanto, entrando las manos en mi bolsillo, esperando ese hombre...—Maicol, gracias por la cita——Gracias a ti por venir, y Dígame ¿Qué es lo q
No esto no puede estar pasándome otra vez, no puede ser, no, esto no puede estar pasando.—Maldita, maldita sea— Golpeo al volante una, dos, tres veces...Mis manos tiemblan.No, porque me pasa esto a mí, ¿Por qué? Seco una maldita lagrima que rodea mi mejilla.Jorge sube a mi auto, pensé que se había ido:—Oh, no puede ser, estás llorando... No sabía que llorabas, en el funeral de Julien no soltaste una lágrima— Me pasa un cigarro, no quiero cogerlo, tengo días que no fumo.—¿Qué es lo que quieres?— Le digo tratando de no ahogarme en mis palabras.—Destrozarte la vida— El nudo en mi garganta se hizo más grande al escucharlo.—Ya la vida la tengo destrozada——No, no me digas que te enamoraste de un hombre rico... Mira eres estúpida, como crees que un hombre como
No puedo creer que se haya burlado de mí de esa manera, y que me creía yo, buscando compañía en una mujer como ella, se me olvidaba que tengo una familia, y una imagen que mantener.—Amor, tu celular, es la tercera vez que vuelve a sonar... Ya sé que esta reconciliación es lo mejor que nos pudo pasar, pero contesta— Y creo que no pensé muy bien las cosas, que salí buscando a Jessica.Busque el teléfono, y no puede ser ella me estaba llamando, colgué la llamada, buscando mi ropa.—Pero ¿Para dónde vas?——Jessica, perdón, perdóname porque lo que dire. Pero, esto no fue una reconciliación——¿¡QUE!?——No te amo, no siento nada por ti... Tú y yo nunca volveremos a estar juntos——No, no puedes hacerme esto—El teléf
¿Qué está pasando? mis ojos me pesan al abrirlos, me duele mucho mi cabeza... Al abrirlos.—¿Maicol, eres tú?——Soy yo, cariño, estoy aquí, perdóname...— ¿Está llorando?—Ay, mi cabeza— Intento acomodarme.—Tranquila, tranquila— Me dice, ayudándome.—Perdóname tú a mí... Te mentí, cuando decidí decirte, ya se me habían adelantado— Mis manos tiemblan, Maicol se dio cuenta, me cubre bien con la sabana —Tengo tantas cosas que contarte... Sabes no sentí miedo cuando hice esto, porque es lo que quiero... Quiero dejar de respirar Maicol. No vale la pena seguir viviendo, nadie me quiere ni siquiera mi mamá, pensé que podía seguir adelante, sin amigos, familia, sin amor... Pero es inútil... Porque todo lo que quiero es que alguien me