1: 00 am. Virginia Wiztan se habĂa quedado profundamente dormida despuĂ©s de estar dando vueltas en la cama con su mente hecha un lĂo de pensamientos. Ella abriĂł sus ojos en gran manera cuando despertĂł alarmada, despuĂ©s de haber tenido una pesadilla. "Sangre… Sangre y gritos… Fuego y sollozos…" Virginia estaba pálida y su cuerpo sudoroso, habĂa tenido un horrible sueño que mezclaba la realidad en su pasado con hechos inexistentes. "Gorian en llamas, mis sirvientes ayudándome a ir a la habitaciĂłn de seguridad" "Oh… Mamá… Mi querida Madre, la concubina Leticia… La extraño demasiado" "Cuando volvĂ a Gorian, aunque visitĂ© su tumba, no fue lo mismo… Nunca pude darle el adiĂłs, como sĂ pude con papá y mi hermanito Leonardo quien muriĂł incluso en mis brazos" Tras esos pensamientos, el sentimiento de soledad invadiĂł a la ahora, Reina Maitana. Las lágrimas se hicieron presentes deslizándose por las mejillas de esa joven Reina, quien rápidamente las secĂł al recordar que ese Rey que odiaba
Cuando la Reina abriĂł sus ojos, despertĂł adolorida en el sofá largo por dormir tan incĂłmoda. PensĂł que ese Rey ya no estarĂa en la habitaciĂłn de ella, pero para su sorpresa, al levantarse y dirigirse al anexo donde estaba la cama, ahĂ se encontraba Lance aĂşn durmiendo. Virginia llena de curiosidad se acercĂł. "Que extraño… Parece que ya es bastante tarde, ÂżPor quĂ© Ă©l aĂşn sigue aquĂ?"PensĂł ella sentandose al borde de la cĂłmoda cama.  Lance abriĂł sus ojos lentamente. Él de inmediato se sentĂł sobre la cama, quedando bastante cerca de su Reina, que lo veĂa sorprendida. — ÂżQuĂ© haces aquĂ? — PreguntĂł Lance. — ÂżAquĂ? ÂżQue hago en mi habitaciĂłn? — PreguntĂł ella confundida. — ÂżTe sientes mal? Lance parpadeĂł varias veces. — MaldiciĂłn… Me quedĂ© dormido. — SusurrĂł para si mismo. — Eso te pasa por trasnochar, ahĂ estabas a la una
•••••••••• Reino de Gorian. 10: 30 am, Edificio del consejo Real.  ••••••••••— ¡Propongo que Gorian tome venganza contra Maita! — ExclamĂł uno de los consejeros Gorianitos. — ¡Apoyo completamente! — Contestaron varios al unĂsono. — PensĂ© que vuestras intenciones eran que Gorian entable una fuerte alianza con Maita. — SonriĂł el joven y actual Rey Gorianito, Raynold Wiztan. — ÂżPara eso no fue que se decidiĂł entregar en matrimonio a mi hermana mayor? — PreguntĂł el chico de cabello rubio ondulado. Los consejeros guardaron silencio por un momento, todos alrededor de la gran mesa rectangular. — ¡Venganza! — ExclamĂł con confianza un hombre mayor de cabello oscuro, quien era un nuevo MarquĂ©s. — Su majestad, como un nuevo Rey tiene que ganarse al pueblo Gorianito despuĂ©s de la masacre en la guerra interna para quitarle el poder al despiadado Rey Jhonn y al prĂncipe Leonardo. Se comenzaron
••••••••••Dulce semana. Noche 2: — ÂżBlanco? ÂżPor quĂ© están alternando los colores de mis batas? — PreguntĂł la Reina Virginia curiosa. — ÂżEso? No hay motivo alguno. — InformĂł la asistente. — Simplemente para que el Rey la vea lucir de distintas maneras, ÂżPrefiere dorado o quizá rojo? Virginia negĂł rápidamente con su cabeza. — No, la verdad eso no me importa mucho, solo lo preguntaba por curiosidad.  — Suficiente, salgan todas y dejen a la Reina en paz. — PedĂa la soldado Tiana, despuĂ©s de que Virginia terminara de prepararse esa noche. — Haga su mejor esfuerzo, su majestad y conquiste el corazĂłn del Rey~ — SonriĂł la mujer pelirroja guiñando un ojo a su amiga. …..Los minutos pasaban, Virginia usaba una hermosa bata de ligeros tirantes, de color blanco, lisa y larga hasta sus tobillos. Ella leĂa un libro sobre el Reino Maitano deteni
Virginia Wiztan se acercĂł a su esposo, más ella siguiĂł de pie, ahora a solo un metro de distancia frente a Ă©l que estaba sentado en el borde de la cama.Los ojos azules zafiros de ella se clavaron en los dorados del Rey. — ÂżRealmente piensas… Acabar con la vida del señor Jones? — PreguntĂł ella sin lograr ocultar su expresiĂłn de preocupaciĂłn. En esos ojos azules se reflejaba angustia y Lance Lamparth lo supo. Él sonriĂł burlista.  — ÂżTe preocupa tanto que acabe con tu amado? — PreguntĂł Lance. — Quizá no me escuchaste bien, pero te dije que no me servirĂa matarle. No lo harĂ©, al menos no por ahora. Virginia desvĂo su mirada del Rey y se alejĂł de Ă©l nuevamente, en total silencio. Ella comenzĂł a caminar hacia el anexo, donde se encontraba la sala. — ÂżTe irás a dormir ya? — SĂ, estoy agotada… Tiana me dijo, que tĂş diste la orden de no detener mis entre
— ÂżQuĂ© mi hijo te odie? — PreguntĂł el Rey Lance burlista, levantándose de la silla trás el escritorio en el salĂłn de estudios de la Reina. Virginia Wiztan se le quedĂł viendo expectante y asintiĂł lentamente. — Es solo un niño, no creo que suceda. — ContinĂşo hablando el Rey. — Es muy ingenuo y aunque le digan algo y se resienta contigo, por causa del marquĂ©s Forsten; Ă©l despuĂ©s de hablar contigo verá que no tiene por quĂ© temer de alguien como tĂş. Virginia no entendiĂł si Lance la estaba animando o la estaba insultando o ambas cosas. Ella se quedĂł confundida. — ÂżEso significa que no me vas a dejar ver al prĂncipe hasta que tĂş quieras? — No hasta que yo quiera, por mĂ, no lo verĂas nunca más; si no despuĂ©s de ese evento. Aunque depende todo de que tan viva termines~ — SonriĂł Ă©l con malicia, ahora quedando de pie frente a Virginia a menos de un metro de distancia. Ella sintiĂł un e
•••••••••• 5: 00 pm. Castillo principal de Maita, oficina del Rey Lance Lamparth. — ÂżMe llamaba, su majestad? — PreguntĂł uno de los consejeros más confiables del Rey, Charlie Evans, noble de cabello rizado castaño y ojos azules claros. — SĂ, estaba pensando en cortarte las cabeza. — SonriĂł Lance al verle, estando ese Rey sentado tras su escritorio. Charlie sonriĂł animado, entendiendo la broma frĂa de ese gobernante y a su vez, viejo amigo. — ÂżAhora que hice para merecer tal castigo, mi Rey? — Eres mi comandante de seguridad y ni siquiera te diste cuenta que Allen Jones hace y deshace con ella a como le plazca. — InformĂł Lance ahora sĂ, con un aspecto más serio. Charlie exhalĂł y se acercĂł hasta el escritorio del Rey. — ÂżAllen Jones rompiĂł mi seguridad? Pero… ÂżCĂłmo es posible? Me encargo personalmente del castillo del Rey y del prĂncipe heredero y— — ¡La Reina! — ExclamĂł Lance, levantándose de su cĂłmoda silla. — Allen buscĂł hacerme daño por medio de una de las personas menos e
— Nada en especial. — RespondiĂł Lance frĂamente. — En otra ocasiĂłn lo verĂ©. DespuĂ©s de decir aquellas palabras el Rey continĂşo su rutina diaria y al llegar la noche comenzĂł a prepararse para ir al castillo de la Reina. — Su majestad, el carruaje está listo. — InformĂł uno de los servidores. — En unos minutos bajo, salgan todos. — PidiĂł Lance y sus sirvientes obedecieron de inmediato. El Rey buscĂł las llaves del nuevo salĂłn de artes que fue preparado. "Puedo tener algo de informaciĂłn extra, ella parecĂa estar escondiendo más de lo que me dice" Tras ese pensamiento, Lance sonriĂł y se llevĂł consigo la llave. ••••••••••Dulce semana. Noche 3: El Rey de Maita ingresĂł a la habitaciĂłn de la Reina, Ă©l la viĂł a ella como era de costumbre en la sala de esa recámara. Las puertas se cerraron despuĂ©s de que la Reina Maitana saludara y nuevamente, ellos quedaron completamente solos. Virginia Wiztan, se encontraba sentada en el sofá largo, sintiĂ©ndose un poco incĂłmoda. "Esta noche elegĂ u