Elijah Potter es el heredero de la empresa multinacional Potter Inc., pero debido a los constantes escándalos en los que se mete casi todas las semanas, su padre lo ha puesto a escoger: abandonar su alocado estilo de vida y sentar cabeza con una buena mujer o perder el puesto de Director Ejecutivo por el que tantos años ha trabajado y dárselo a su hermanastro.

Y él prefiere hacer lo que su padre desea con tal de no perder la empresa que su progenitor le robó a su madre en el divorcio por medio de artimañas. Pero hay un problema, él no tiene ni la menor idea de con quién casarse.

Valentine Baker es una exitosa abogada que después de ganar un juicio mediático se volvió una de las abogadas mejores pagadas de Nueva York y de la prestigiosa firma de abogados en la que trabaja. Cuando creía que la vida había comenzado a sonreírle, su padre decide comenzar un negocio con un amigo suyo, siendo estafado por este y dejándole una deuda millonaria y cientos de problemas legales.

Sin dinero, deudas que pagar y cientos de problemas legales encima, ella no sabe qué hacer para ayudar a su padre a solucionarlos, porque conforme pasa el tiempo, más grande se hace la deuda y aumentan las probabilidades de su progenitor ir a la cárcel.

Pero, ¿qué tienen en común Elijah y Valentine? Un pasado que ambos quisieran olvidar, él le hizo la vida miserable cuando eran adolescentes y ella lo detesta con toda su alma, reencontrándose diez años después por cosas del destino.

—No te estoy pidiendo que te olvides de toda la m****a que te hice pasar, Baker, porque ni yo lo olvido —susurra Elijah en mi oído, erizándome la piel—. Solo quiero que finjamos que estamos saliendo y vamos a comprometernos porque estamos locos el uno por el otro hasta que mi padre me nombre Director Ejecutivo de Potter Inc.

Lo observo con desdén y suelto una risita cargada de incredulidad, alejándome de él. No puedo creer que me siguiera hasta mi apartamento para pedirme esto como si fuésemos los mejores amigos, es un cínico.

—¿Y qué gano yo si acepto esa estupidez? —Inquiero, enarcando una ceja—. ¿Acaso vas a pagar mis deudas y resolver mis problemas?

Elijah sonríe con aprobación, como si hubiese hecho las preguntas que deseaba escuchar y yo quiero golpearlo, de todas las personas a las que conoce y pudo proponerle esto, ¿por qué me eligió a mí?

—Puedo hacerlo, sin importar qué tanto dinero sea lo que debas, Valentine —dice con súplica—. Si aceptas, mañana mismo puedo acompañarte a pagar tus deudas y ayudarte a resolver los problemas que tengas, a cambio, solo tenemos que fingir que estamos en una relación estable durante seis meses, ¿qué dices? ¿Nos ayudamos?