La estadía de Marito en el centro de rehabilitación mental duró más de lo que su padre pudo haber imaginado, el doctor arguyó que debía desestructurarse toda su personalidad para luego volver a estructurarla bajo su supervisión. Al personal del centro les parecía un enfermo inofensivo, de trato agradable, locuaz, con una conversación sobre temas de cultura universal y arte, además de atractivo encanto personal y físico; las primeras noches fueron de estarse enfrentando al espectro del ministro evangélico identificado como ladrón de los diezmos otorgados por la feligresía quien llegaba en compañía del diablo, por eso llegó a llamarlo el apóstol del diablo, ángel de luz salido del mundo de las tinieblas, cada noche los exhortaba en el nombre del Altísimo, al final se alejaron de su habitación para nunca volver después de
La historiadora antigua mantuvo comunicación fluida con Marito tanto vía telefónica y por correo electrónico, ella disfrutaba de las conversaciones sobre cultura general y arte con el joven antropólogo, él aprovechaba para mejorar su acento latino al hablar en inglés, las miradas azules del paraíso las miraba en todos lados, en la almohada cuando llegaba a la cama, corrían con el agua caída de la ducha, estaban clavadas en el pizarrón y en todos los ladrillos del aula, aquellas miradas exóticas lo tenían obsesionado al límite de la desesperación y la desdicha, añorando sensaciones imposibles de obtener por las barreras creadas en la distancia. En las vacaciones de verano decidió ir a visitarla al pueblo turístico cercano a la ciudad capital, fue visita de un solo día que a &eacut
Confuso y molesto decidió Marito regresar a su casa el siguiente día antes de lo previsto, -diga cuanto diga, algo extraño está ocurriendo con él-, dijo a su mujer el pariente político, -debemos llamar a su papá para que estén prevenidos, él padece un mal parecido al más delicado cristal, cuando menos lo esperas explota y te destroza-, respondió la prima con cara de preocupación; con ese argumento, decidieron llamar a casa de sus padres para solicitarles llevar de cerca la evolución de Marito en esos días. El padre agradeció el gesto pero se mostró escéptico por la conducta observada en los últimos meses en su hijo, “ese es un espectro del pasado”, dijo a sí mismo después de colgar el teléfono, sin embargo preguntó a su otro hijo sobre cómo observaba a Marito, -se ve normal, pero mientras él evite af
-Lo correcto, es llevarlo de nuevo donde el mismo siquiatra que parece entender el mal suyo, se enloquecerá de una forma que va a ser difícil controlarlo-, dijo el padre a sus hijos mayores en relación a Marito, la conducta del joven antropólogo había desilusionado a sus familiares, ellos creían que cada uno de sus conflictos internos estaban resueltos, pero los recientes hechos demostraban todo lo contrario. Habían pasado dos días después del partido de fútbol de la selección nacional, Marito estaba sumido en una profunda crisis existencial agudizada por la presencia de las estatuas mayas en la noche cuando él consideraba que acabaría todo para la humanidad, sin embargo, la noche hizo su recorrido como siempre sin que nada haya ocurrido en su paso. Atento en su habitación escuchó la conversació
-Sin lugar a dudas me han inyectado SIDA-, gritó Marito al siquiatra sintiendo caer desmayado, por sus venas la sangre corría caliente a borbollones y los ganglios linfáticos se inflaban hasta explotar, el doctor lo miró sonriente con ambas manos en el escritorio, -cálmate-, dijo, sólo fue que producto de la ansiedad; te levantaste demasiado pronto y por eso has de sentir nauseas-,-creí que eras persona de mi confianza empero me doy cuenta como de que me has traicionado, con seguridad la DEA o el FBI deben de estar pagando una cuantiosa suma por desaparecerme del planeta porque saben la amenaza que represento para sus intereses de sometimiento a los mercados anglosajones y tú como cualquier pinche lacayo me entregas a su santa voluntad haciéndome infectar de ese mal del siglo-, explotó Marito sonrosado de cuerpo entero y amenazando con su mano izquierda al siquiatra, las risas burlonas del hombre aumentaron las du
Marito logró recuperarse de la crisis neurótica bastante pronto aunque las ideas del fin del mundo como su aporte a la causa seguían revoleteando sin cesar en su cerebro, tampoco desaparecieron tan fácil las ideas de persecución planeadas por la CIA, el FBI, la embajada estadounidense trasladándose hasta la Interpol, quien desató una búsqueda feroz por todo el mundo del famoso antropólogo acusado de servir a los intereses de élites alienígenas intergalácticas. Las vacaciones de verano habían terminado, Marito debió regresar a impartir clases de Humanidades al centro de nivel secundario donde laboraba, las dos semanas anteriores se las cubrió un compañero por su indisposición síquica, cuando llegó al aula para impartir la clase de Historia de la Cultura le sobraron deseos de pronunciar un elocuente discurso despidiéndose de los alumnos para irse
Marito terminó sus estudios de postgrado en Investigación Social con los más altos honores de su clase, al mismo tiempo que cursó esos estudios laboró como asesor turístico en una agencia de vuelos, creía con firmeza haber superado el trastorno bipolar, sin embargo había en los más profundo de su ser un sentimiento de grandeza, sintiéndose llamado a liderar la humanidad hacia un cambio de era donde él desempeñaría una labor mesiánica orientando sobre las diferentes estructuras de vida a implementar. El deseo era vehemente, aparecía a cualquier hora de la noche siempre que existieran insomnios; simulando, a veces, tener contacto telepático con Jesucristo a quien pedía direcciones para hacer su santa voluntad en este planeta, casi siempre los contactos eran interrumpidos por fuertes sobresaltos que sacudían la cama; así fue adaptándose a vivir ent
Debieron aplicarle varios sedantes para sucumbirlo; los niveles de ansiedad habían alcanzado el punto máximo con tendencia a incrementarse, veinticuatro horas aislado de familiares y amigos, Marito adormitado habló con el siquiatra del hospital, al doctor le fue imposible entender su conversación por ello recetó otra dosis de sedantes. Pasadas las veinticuatro horas, los compañeros de trabajo, incluido su jefe, llegaron a visitarle, “una arma de doble filo”, pensaría en su lecho de enfermo. Una vez pasado el efecto de los sedantes mostró considerable mejoría. Marito dijo necesitar irse a casa, los familiares estuvieron de acuerdo, el joven se mostraba cuerdo en comparación con las veces anteriores, además temían del valor comercial de la factura de aquel hospital conocido por sus elevados costos médicos. El hermano confesó al director del Instituto frente al siquiatra que Ma
El éxito laboral de Marito era irrefutable, la casa matriz del Instituto de Desarrollo alababa su trabajo por la exactitud de sus investigaciones de desarrollo humano comparadas con los datos oficiales manejadas por los otros organismos internacionales, la primera etapa del proyecto investigativo había terminado; daba inició la segunda etapa orientada a generar oportunidades en aquellos sectores donde el mercado genera injusticias, pero aprovechando los elementos culturales propios de cada sector, Marito estaba emocionado con el nuevo proyecto y dispuesto a integrarse al equipo multidisciplinario donde él aportaría sus conocimientos de Antropología Social y Económica. Decidió inscribirse en un sitio astrológico por internet con el propósito de averiguar el propósito y la misión de su vida según los astros, aún le