Capítulo 6
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El William Drake al que amé.
Emily bebía un poco de té de hierbas, sentada junto a aquel hombre, frente al fuego de la chimenea, escuchándole con interés.
Emily le miró, perdiendo su sonrisa, dándose cuenta de una cosa, era la primera vez que alguien la hacía reír, en años.
Capítulo 7
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Después
de la muerte.
William Drake ha muerto, ya no queda nada de él ahí abajo, entre los mortales, pero en la isla de las almas, aquella que tienen que atravesar antes de llegar al cielo, esa que se encuentra entre la vida y la muerte. Es allí donde nuestro grandioso pirata se encuentra, parece perdido, sin saber que hacer o a donde ir, junto al árbol de la vida.
Antes de que decida marcharse algo extraño sucede, de aquel majestuoso árbol, una inmensa catarata comienza a caer, pero antes de tocar el suelo se esfuma, como si pudiese atravesar el suelo y caer debajo de él.
Una hermosa mujer, seguida de tres hombres se aparece frente a él: la mujer es alguien a la que reconoce al instante, parece ser la diosa de la naturaleza, y por el aspecto de los otros tres puede prever de quienes se tratan: el primer hombre de aspecto delgado y tímido que lleva un pequeño reloj de arena colgado de su cuello debe ser el dios del tiempo, al segundo hombre lo reconoce en seguida, se trata del dios de la muerte, aquel al que se enfrentó en tantas ocasiones, y el tercero es alguien extraño con pelo blanco y un largo manto sobre sus hombros, de color blanco.
–Bajo uncielo de estrellas.Emily caminaba en la oscuridad de la noche, por aquella hermosa colina, en Gloucestershire, sintiendo la delicada brisa marina sobre su rostro.Levantó el rostro, mirando hacia el bosque que se presentaba delante, mientras el viento le incidía en la parte derecha del rostro, haciendo que sus cabellos se moviesen hacia un lado.Parecía más pensativa que de costumbre, con la mirada fija en un punto, un lugar muy lejos de donde se encontraba, un lugar al que recordaba haber ido alguna vez, justo después de que su madrina abandonase el mundo de las sirenas.Caminó despacio, adentrándose en la maleza, escuchando las ramas de los árboles, que chocaban unas con otras a causa de la ventisca que parec&iacu
Capítulo 9–El juegode los dioses.Emily, sentada sobre el banco del porche, agarraba un vaso de té que Marina le había preparado, mientras William intentaba adivinar qué hacia ella allí, al mismo tiempo que su madre dejaba unas pastas sobre la mesa y miraba hacia ellos, con ternura…¿eres una acosadora? – Preguntó, haciendo que tanto Emily como Marina riesen ante aquel comentario.Ella es una vieja amiga – anunció Marina, hacia su hijo, mientras se sentaba en la mecedora, frente a ellos - ¿y vosotros como os conocisteis?Compré su lágrima – aclaró, haciendo que su madre le mirase sin comprender. Así que se levantó, sacó una pe
CAPÍTULO 11–Una muerte pausada.Más allá de la isla de las siete cruces, sobre las rocas del ahorcado, junto al mar, no lejos de la playa más cercana, una sirena descansa, apoyando ambas manos sobre una enorme piedra aplanada, mientras escucha con atención los consejos de su protectora, la misma que cuidó de su pequeña hija cuando ella no pudo hacerlo, su fiel amiga Tuka.La diosa se enfadará si se entera que te lo he contado – aseguraba el pequeño ser, mientras revoloteaba sobre ella, haciendo que a la joven le fuese imposible seguirla con la mirada.Haz el favor de dejar de moverte – le exigía su amiga, intentando que el hada se detuviese en el aire – me estás mareando.
Capítulo 13–¿Quién es ella?William llegó a casa antes de lo esperado, mientras su madre, que preparaba el almuerzo en la cocina le miraba sin comprender, y su hermano pequeño dejaba de prestar atención a la maqueta que estaba montando…Has llegado antes…- comenzó la mujer, mientras este cerraba la puerta de la cocina, dejando a su hermano al margen de aquello.Necesitamos hablar – espetó William, bastante serio, haciendo que su madre se preocupase bastante - ¿quién es ella? – preguntó, haciendo que la mujer le mirase sin comprender a lo que se refería - ¿Quién es Emily Forbes?Es mi ahijada – aclaró, haciendo que su hijo la mirase de compre
–La magiade los antiguos.Emily caminaba por el bosque, con pies descalzos, mientras sentía la neblina de la noche a su alrededor, aquel paisaje era oscuro y tenebroso, sin lugar a dudas se había adentrado en el bosque más de lo necesario.Se introducía más y más en aquella ciénaga, sin apenas darse cuenta de dónde se encontraba, mientras metía el pie en el agua y se percataba de que algo no iba bien, ese no era el lugar seguro hacia su nueva casa en el bosque, sin lugar a dudas se había perdido.Sacó el pie rápidamente de la charca, temiendo convertirse en aquello que evitaba a diario, una sirena. Pero ya era demasiado tarde, sus piernas se volvieron verdes y membranosas en un momento, y calló al suelo al sent
Capítulo 16–Si tuviera una oportunidad.Emily se encontraba en el jardín de su nueva casa, tendiendo la ropa que acababa de lavar.Marina aparece en escena y se acerca a ella, con la intención de hablar con ella, ya que en las últimas semanas apenas habla con su hijo, tan sólo se mantiene al margen y se marcha cuando están en la misma habitación. Ella está preocupada, no sabe que es lo que puede estar sucediendo con ella.¿podemos hablar?Por tu cara parece que no es algo bueno.¿Ocurre algo? ¿por qué has decidido volver? He escuchado que si te quedas demasiado tiempo fuera del agua…Ya me he ocupado de ello, gracias a
–Un corazónpor otro.William esperaba junto a la playa, mirando hacia la tormenta que caía sobre él, esperando a aquella joven que había prometido esperar, ni siquiera sabía por qué estaba haciendo todo aquello, todo le parecía una locura, incluido aquel estúpido colgante que había aceptado.Miró sobrecogido hacia él, admirando como este parecía estar apagándose poco a poco. Lo pegó a su corazón, asustado de que pudiese apagarse, de que ella volviese y que él se hubiese cargado aquel estúpido colgante.Estaba cansado de aquella mujer que vivía en el lugar de la fantasía, siempre hablando de cosas como aquellas, como la magia, los piratas y las sirenas.
–Una vidapor otra.Emily se encontraba en el lago, junto a los juncos, mientras pensaba en la conversación que había tenido con él. Se sentía como una estúpida al haber pensado en la sola idea de poder confiar en aquel humano.Un fuerte dolor en la espalda, justo donde se encontraba su cintura, la hicieron despertar de golpe, haciendo que cayese al suelo dolorida.Gritó tan fuerte que pensó que su garganta se desgarraría, mientras sentía como sus lágrimas caían por sus mejillas.Pero había algo extraño, sus lágrimas tan sólo eran eso, lágrimas, como las de cualquier humano, era como si realmente no fuese una sirena.Agarró su colgante, con la intención de quitárselo e introducirse en el agua, pues sa