Capítulo 46
–
Un libro que leer.
Emily, sentada sobre la silla de la cocina, le leía a Josh fragmentos de un libro que este le había recomendado, mientras este preparaba la cena.
“… las leyendas siempre tienen una parte cierta, y como ya habréis leído en mis anteriores entregas, no todas acaban siempre bien. Pero este libro no va dedicado a mis padres, en este libro hablaremos de mí, algo así como un diario sobre cómo es mi vida en este maravilloso lugar, rodeada de aquellos a los que amo: mi maravilloso esposo, mi pequeña hija Ada y mi recién llegado padre…”
Capítulo 48–¿Quién es él?Emily acababa de salir de casa, dispuesta a marcharse a hacer un poco de ejercicio, cuando se percató de que volvía a llover, pero no fue eso lo que la detuvo, si no encontrarse en la puerta de casa con William, pero no lucía como siempre, aquella vez parecía distinto, se parecía mucho más al William que conoció en antaño.Le miró por largo rato, sin atreverse a pronunciar palabra, temiendo que lo que aquel hombre que tanto se parecía a su esposo pudiese decir.¿podemos hablar? – Preguntó con un hilo de voz, se veía a leguas que le había costado mucho llegar hasta allí.Josh no estaba en casa, tenía una reuni&oa
Capítulo 50–Él siempre volverá a ti.Emily bebía una copa de vino, mientras miraba hacia la oscuridad de la noche, en aquel pequeño balcón, en la casa de Josh. Acababan de terminar de cenar, por supuesto William se había quedado con ellos a cenar, y como no, no habían dejado de hablar sobre lo fabulosa y maravillosa que era la gran obra de Andrea Drake, y lo genial que lo explicaba todo.Dio un pequeño sorbo a su copa, mientras escuchaba unos pasos a su espalda, de seguro sería Josh, que ya habría despedido a su amigo y ahora se uniría a ella.La mano del joven se levantó, con aquel viejo libro del que habían estado hablando sobre la cena, además de la famosa obra Giro en el Tiempo, haciendo que la muchacha mir
Capítulo 51–Un duro golpe para Josh.Emily y William se separaban el uno del otro, mirándose con amor, para luego mirar, ambos, hacia el mismo sitio, y descubrir junto a ellos, a Josh, que al parecer había seguido a Emily hasta allí, y acababa de quedar totalmente perplejo al encontrarla besando a su mejor amigo.No es lo que crees… - comenzó Will, al ver el rostro desencajado de su mejor amigo.¿Ah no? – preguntó este, dolido, sin apenas poder creer lo que acababa de presenciar.Deja que te explique…- rogaba su amigo, intentando encontrar las palabras oportunas para explicar aquella situación, pero no parecía estar teniendo mucho éxito con ello.<
Emily paseaba por los bellos bosques del sur, muy cerca de donde había vivido antaño con William, justo en el mismo lugar en el que ella había vivido junto a su familia, en el pasado.Aún añoraba demasiado a aquella pequeña, había pasado demasiado tiempo desde que ella murió, pero aun así aun podía recordarla cada día, como si fuese el día anterior.Se acercó a la barandilla protectora que parecían haber puesto hace relativamente poco, y apreció como la brisa marina se topaba con su rostro.Sonrió al recordar los días en alta mar. Hacía ya tanto tiempo de aquello, que apenas parecía un sueño muy lejano.Unos pasos a su espalda la hicieron salir de sus pensamientos, haciendo que la muchacha mirase hacia atrás, en
PREFACIO“Sobre las frías montañas del norte, en una misteriosa isla que conecta la vida y la muerte, una bella joven de cabellos oscuros como el tronco de los espesos árboles que la rodean, descansa, arropada por los densos juncos que crecen junto al estanque, mientras siente como la lluvia la empapa.Sus lágrimas siguen saliendo sin cese, confundiéndose con las gotas de lluvia que por su bello rostro caen.Aún puede recordar a aquel al que amó, su vida junto a él, y el inmenso dolor que provocó su pérdida.Aún puede recordar a su hermosa hija casándose junto al bueno de Ebraín, aquel que supo darle todo lo que su pequeña necesitaba.Aún puede recordar el tiempo, las estaciones, a las personas q
– El destierro como salvación.Los pájaros canturreaban, dichosos de poder presenciar el alba de la mañana, mientras el sol hacía acto de presencia, iluminándolo todo a su paso.En un bello claro, junto a las colinas del sudoeste de Inglaterra, en el condado de Gloucestershire, había una hermosa casita, sobre la más alta de las colinas, que tenía un pequeño cercado alrededor, algo totalmente diferente a lo que solían tener las casas por allí.La puerta de la casa se abrió y una bella mujer de unos 50 años salía al porche, desperezándose, abriendo los ojos para mirar hacia el bello lugar que tenía delante.Se sentí
–El mercado de Camdem Town.Emily salía a la superficie con aquel extraño atuendo que le había pedido prestado a su buena amiga Tuka, le parecía algo realmente ridículo, pero la diosa no tenía otra cosa de su talla que pudiese dejarle, así que debía de aceptarlo. Llevaba una falda plateada, formada por un montón de brillantina de miles de colores, y algo así como un sujetador en tono verde en la parte de arriba. De su cuello colgaba su particular bolsita, aquella donde tenía guardada sus lágrimas, pues sabía que la única forma de moverse por aquel mundo, sin dinero, era con aquello. Aunque nunca dejaría marchar las de color esmeralda.Caminó descalza,
–Huyendode la lluviaEmily estaba muerta de miedo, mientras él la abrazaba con una mano, y ella sentía el abrazo de un hombre por primera vez desde que se había convertido en sirena.Se resfriará si se moja – aclaró, dejando claro que esa era la razón por la que la había salvado de la lluvia, no tenía nada que ver con que ella era una sirena. Parecía no estar al tanto de lo que pasaría si una sirena se moja. – estoy tentado de escuchar que es lo que quiere ofrecerme a cambio de la lágrima, pero podemos hablar en mi casa, está a tan sólo dos paradas de aquí.¿Está muy lejos del mar? – Preguntó e