Mis amores, lamento que ayer no publiqué, es que entré en un bloqueo y me dio pánico jajaja pero ya conseguí el rumbo para el final de esta historia, estamos a solo 14 capítulos del final, pero los estaré diviendo en 2 para que les salga más económico comprar, ya que se me exceden las 2mil palabras :3
El tiempo había perdido sentido para Mía, quien se mantenía atada a los grilletes que la retenían contra su voluntad en ese horrible lugar. Su cuerpo apenas y se sostenía; para evitar que muriese el Alfa Roran les había ordenado a sus lobos que le dieran un poco de agua de vez en cuando y algo de comer.Sin embargo, Mía escupía cualquier cosa que intentasen meterle a la boca, así que estaba demasiado débil.Dentro de ese lugar no sabía si era de día o de noche, pero empezó a deducirlo por la actividad de los lobos de Roran. Muchos de ellos, por no decir todos, no estaban acostumbrados a estar encerrados bajo tierra todo el tiempo, rodeados de concreto y el perturbador sonido de las tuberías. Mía se dio cuenta de que salían varios de ellos en un horario específico, y como era imperativo que nadie los descubriese, asumió que se iban de noche.Por esa razón pensó que en ese momento debía ser de día, pues el lugar estaba lleno de ellos, reunidos en una habitación más delante de donde se e
Cuando Mía recuperó la conciencia lo primero que escuchó fue el bajo de la música proveniente de enormes parlantes. Su cabeza daba vueltas, todavía mareada por el efecto del acónito en su cuerpo. Lentamente abrió los ojos y entonces se dio cuenta de que estaba en un lugar oscuro, con luces de colores que iluminaban a su espalda.Un lobo la ataba con fuerza a una silla, todavía conservaba el vestido azul que Roran le había puesto, pero no entendía nada de lo que pasaba.—¡¿Qué es esto?! ¡Suéltame!—Yo que tú no haría tanto ruido, los humanos del otro lado de ese telón podrían oírte.—¿Qué? ¿De qué estás…?El lobo hizo girar la silla donde se encontraba y entonces comprendió dónde se hallaba. Estaba en el escenario detrás del telón en el salón de fiestas de la universidad. Las luces provenían de los faroles de arriba, bañando el lugar de tonos azules, rosas, púrpuras, verdes y rojos. El bajo de los parlantes venía de la música estruendosa, y el bullicio, de sus amigos y demás estudiante
—¡No me pidas que me tranquilice! ¡¿Acaso hemos logrado encontrarla?! ¡Joder, Mía podría estar muerta para este momento! —gritaba Damien con sus ojos refulgiendo en rojo.—¡¿Crees que no lo sé?! Pero no lograrás nada perdiendo el control —espetó Dereck igual de furioso.Ewan era el único que parecía mantener la calma en medio de los dos Alfas que parecían haber regresado a sus viejos hábitos. La desaparición de Mía y el paso de los días sin encontrarla no hacían más que aumentar las disputas entre los dos. Damien estaba enojado porque habían conseguido seguir el rastro hasta los túneles que se encontraban debajo de la universidad, pero Dereck quería ser más cauteloso que solo arrojarse a esa red intricada y laberíntica donde probablemente se perderían.También habían seguido a Pablo por el mismo sitio, cayendo de nuevo en una trampa. Pensaron que él los guiaría hasta ella, pero no hizo más que alejarlos de su verdadera ubicación. Para ese punto ambos se sentían como unos idiotas.—Hoy
—Oh, qué emocionante, todos preocupados por la pequeña Mía. ¿No es adorable? Pero lamento informarles que están un poco tarde para la fiesta y ni siquiera están bien vestidos.Damien gruñó con frustración, pero Dereck le hizo un gesto para que se calmara. Pablo se apartó de la pared, caminando hacia ellos con pasos lentos y provocativos.—¿Qué hicieron con ella? —exigió saber Damien, su mandíbula estaba apretada.Pablo alzó las cejas en falso asombro y se llevó una mano al pecho.—¿Qué hice yo? Nada, amigo. Deberías preguntarte qué ha hecho tu padre —chasqueó la lengua con sorna—, pero, descuiden, les voy a dar una oportunidad para salvarla. Deberían agradecerme.El tono de Pablo estaba cargado de cinismo, y la rabia hervía en los lobos. Damien dio un paso hacia él, pero Ewan lo detuvo nuevamente.—No caigas en su juego. Necesitamos información para encontrar a Mía —susurró a Damien—¿Dónde está ahora? —insistió, su paciencia estaba siendo puesta a prueba.Pablo soltó una risa despecti
El campo de futbol de pronto se convirtió en un verdadero campo de batalla. Los lobos que estaban bajo el control de Dereck solo podían presenciar la pelea que se había desatado entre Dereck y Pablo.Damien, aulló de dolor mientras se arrancaba el cuchillo impregnado con acónito. De inmediato sintió que la debilidad se apoderaba de él. El acónito le quemaba por dentro, y le impedía ponerse de pie. Alzó la cabeza y no le quedó más que contemplar a Dereck luchando.Los dos hombres lobo se habían transformado, las garras emergieron y se miraron amenazantes emitiendo un rugido gutural que debió haberse escuchado en todo el campus.La luna llena era testigo de lo que estaba pasando, una lucha a muerte por el destino de Mía, y también por el suyo propio. Dereck era un Alfa fuerte, sin embargo, Pablo todavía contaba con la ventaja de ser un recién convertido, sus fuerzas casi se igualaban.Los aullidos de los lobos reverberaban en la oscura noche, acompañados por el sonido de las garras choc
Mía luchaba con todas sus fuerzas para desatar el nudo que le ataba la otra muñeca. Roran se había ido y por un breve instante la habían dejado sola. La música estridente impedía que cualquier persona de fuera escuchase alguna súplica de auxilio, además, no quería poner a nadie en peligro. Pedir ayuda implicaba involucrar humanos inocentes y lo que menos deseaba ella era arriesgar a alguien más como pasó con ese estudiante.Las muñecas le escocían debido a que las cuerdas estaban bañadas en acónito, pero eso no le importó, ya prácticamente no sentía dolor. Sin embargo, antes de que pudiera continuar con su intento de escape, dos lobos aparecieron con otras dos personas atadas en sillas.Mía sintió que el corazón se le paralizaba. Llevaban las caras cubiertas con capuchas negras; y a pesar de que no reconoció el aroma de ninguno de sus dos Alfas, pensó por un instante que se trataba de Dereck y Damien.Cuando los dos lobos de Roran les quitaron las capuchas, un suspiro de alivio salió
—¡Déjala ir! —gritó Damien a su padre, de algún modo esperaba que le obedeciera, pero pronto notó que también tenía los audífonos que usaba Pablo, por supuesto, no iba a ser tan fácil.Roran soltó una carcajada y caminó hacia donde se encontraba su hijo, pero aún mantenía la distancia.—Siempre fuiste un poco tonto Damien, ¿en serio creíste que podrías llegar y darme órdenes? Eres patético.—¡Te voy a hacer pagar por lo que le has hecho! —rugió enseñándole los colmillos.Dereck observaba con atención a todos los lobos, en ese momento estaban en desventaja porque rodeaban a Cassandra y a Ambrose, y Mía estaba siendo sujetada por el enorme lobo moreno. Sin embargo, ellos no sabían que los dos Alfas contaban con un as bajo la manga.—Es muy tierno de tu parte intentarlo, pero ambos sabemos cómo terminará esto. Tu amiguito no puede controlarme, ni a mí, ni a mis lobos —señaló a su manada, esa que miraba a Damien con un atisbo de duda.Nunca había encajado entre ellos, pero habían sido su
—¡Damien! —Mía pegó un grito desgarrador al ver lo que Roran le estaba haciendo.Su grito distrajo a Dereck, quien seguía enfrascado en la batalla contra el enorme Beta.En Condiciones normales no habría sido un rival para él, pero el acónito en su sangre y la debilidad que ya traía por la batalla contra Pablo le otorgaban una desventaja con la que no contaba.El lobo moreno le rugió con fuerza y se lanzó contra Dereck nuevamente. En una lucha feroz donde las garras desgarraban su piel y los colmillos se enterraban hasta los huesos, la sangre corría por el escenario convirtiendo aquel salón en una escena del horror.—¡Dereck! —suplicó Mía intentando ponerse de pie. Sus dos lobos estaban sufriendo, y la manada que había llegado de improvisto parecía estar en aprietos contra los experimentados lobos de Roran.—¡Mía, no te acerques! —advirtió Dereck—, ¡huye!Ella negó con la cabeza mientras solo podía presenciar con impotencia y horror la cruel batalla que se desarrollaba frente a sus oj