Hola mis queridos lectores, paso por aquí a recordarles que esta historia pertenece a una saga la cual he llamado Hijos de Selene. El primer libro es completamente gratis y lo puedes conseguir en mi perfil, se llama: Corazón de Alfa por Contrato. Un beso, los quiero y seguimos... Karina Peña de Goncalves
Portia regresó a la manada en el momento que Alexey miraba a todas partes, dejó escapar el aliento y corrió hacia ella aliviado de verla. —Portia, me preocupé cuando no te vi por ninguna parte pensé que podrías haberte perdido. Portia resistió las ganas de poner los ojos en blanco, detestaba la mirada de cachorro perdido de Alexey, detestaba los hombres empalagosos. —Solo quería pensar un poco, todo esto es muy confuso, encima hay un terremoto, me siento en una película de ciencia ficción… Y a mí no me gusta la ciencia ficción —comentó con su teatro de niña buena. —Me imagino, todo esto es nuevo para ti, pero te prometo que pronto te sentirás en casa —Alexey tomó su mano y acarició su antebrazo—. Conmigo. Portia sonrió y retiró el brazo. —Sobre todo esto —dijo señalando hacia él y luego a ella misma—. Es demasiado extraño, porque yo siento que amo a Leonid ¿o no? Ay no sé lo que siento —emitió afligida metiendo su rostro en el pecho de Alexey. Alexey la abrazó co
Aisha observó a Leonid mientras Indira se iba, Leonid le expresó con la mirada su necesidad de desahogarse. Necesitaba poder hablar solo con ella, le hacía falta la conexión telepática de parejas, no estaban en el mejor momento ni mucho menos lugar en medio de la manada. Aisha vio la inseguridad en Leonid y tomó su mano entre las de ella. —Lo harás bien —expresó Aisha con certeza—. Te he visto manejar la audiencia, mujeres gritando solo por verte llegar. —Estos no son mis fans, por el contrario, ven en mí mis fallas como líder. —Eres un líder Leonid Taylan —decretó Aisha—. Eres tú quién te pones obstáculos, tu inseguridad la que se refleja. Leonid sonrió, en ella veía exactamente lo mismo. —Te necesito a mi lado mi Isha. Aisha sonrió y apretó su mano con cariño. —Aunque no esté a tu lado siempre contarás conmigo. Leonid miró las manos de Aisha y como la tela del vestido había cedido hasta dejar ver el borde de las marcas de la maldición en su piel. Le
Lars tenía a Natasha amarrada de pies y manos, en cuanto volvió en sí la magia de su loba no pudo mantenerse y luchar contra Lars. Estaba muy debilitada y de nuevo prisionera, no lamentaba que Dominic sí hubiera escapado, aunque le hubiera agradado que la salvara también. Aunque no tenía esperanza en que regresara por ella, al menos le torcía los planes a Lars. — ¿Qué hiciste con Dominic? —No sé dónde está, yo estaba inconsciente, al despertar solo estabas tú. — ¿Quién los ayudó? ¿Quién los sacó de la cueva? —No lo sé —mintió Natasha mirándolo sin parpadear. Lars le dio una bofetada. —Lo sabré aunque no quieras decirme, te sacaré las respuestas. ¡LARS! Lars volteó escuchando a Alexey buscarlo, dentro de poco lo vería y también a Natasha, él no podía permitir eso. Alexey se daría cuenta que Natasha era su verdadera mate. Natasha olfateó el aire detectando el aroma atrayente, quiso gritar, pero Lars fue más rápido y la dejó inconsciente con un hechizo
Leonid se sentía agotado, aunque no físicamente, su mente era un torbellino. Estaba en la conocida casa de la manada. La casa asignada para el Alfa y su familia, sentado en la mesa de reuniones donde vio a su padre en la visión que tuvo antes, en una asamblea decidiendo el destino de los hombres de Boris que tienen en custodia. —Mi Alfa, piedad, yo solo seguía las órdenes de Boris creyendo que era mi Alfa, nos aseguró a todos que usted era un impostor. —No me importa que hayan querido matarme —espetó Leonid—. Se les juzga por permitir la tortura de lobos de la manada. — ¡No lo sabíamos! —Contestó el hombre que era encargado de la seguridad de la manada. — ¿Cómo es que no sabían lo que ocurría? —Inquirió Kaiser—. Son idiotas, pero no tanto, ¿se perdía gente y ustedes solo lo ignoraban? —Teníamos entendido que eran fugitivos, renegados al poder de Boris —emitió ahora el Beta de Boris. — ¡Tu propia sobrina! —Gritó Indira a su hermano—. ¿Cómo pudieron? —Mírame h
Por un instante todos quedaron en silencio, solo Kaiser asumió que esto no era de extrañar, no confiaba en Lars al igual que sus hijas Aisha y Aziza. Indira solo deseaba respuestas. — ¡Ese hombre!, mataré a ese desgraciado, pero primero le sacaré la verdad —declaró Indira y fue hacia la puerta, pero Alexey le bloqueó el paso con su cuerpo moviéndose más rápido que ella —. No me impedirás que le saque la verdad a ese hombre porque es tu suegro... —A mí no me hablas así mujer, comienza por tener algo de respeto por mí que soy el Beta de esta manada. —Alexey, trae a Lars —indicó Leonid. —Está medio muerto, cayó de un despeñadero—. Además no creo en la palabra de este hombre, todos sabemos que quien tenía a los jóvenes prisioneros era un hechicero del Oriente, lo dijo una víctima, alguien que sí está interesado que se haga justicia. — ¡Yo lo terminaré de matar si no me dice que hizo con mi hija! Indira pasó como una bala rumbo a la casa de Alexey. —Kaiser ve con
Dominic estaba en una habitación cómoda, pero cerrada con seguro. Estaba molesto y con razón, no le habían dado la libertad. —Los Alfas supremos, tuvieron mucha diplomacia, pero igual me dejaron encerrado. Dragos el rey de los vampiros no había tenido la delicadeza, había dicho: el humano se queda mientras no pueda borrarle la memoria. —Acaso cree que soy un disco duro, imbécil prepotente, de haber sabido el poder que tenía con ese objeto extraño lo hubiera utilizado en matar unos cuantos de esos despreciables monstruos —espetó furioso. Pero entonces escuchó ruidos fuera de su habitación. “Dorian. ¿Te has vuelto loco? Deja al humano en paz” Dominic supo que era la voz de la mujer del vampiro. —Desgraciada asesina —musitó y se quedó atento escuchando, ella discutía con un hombre, otra mujer estaba de acuerdo con ella. “Dorian, eres un condenado lobo terco, escucha a Sophia” “Debo verlo, ese hombre merece explicaciones, no pensé tener la oportunidad de ped
Aisha y Aziza se acercaron al círculo que formaron todos alrededor de una fogata, en segunda y tercera línea estaban el resto de la manada. Leonid y Kaiser se pusieron cada uno junto a Aisha y Aziza, protegiéndolas y demostrando que no creían que ellas fueran conspiradoras en contra de la manada. Aisha y Leonid quedaron en frente de Portia y Alexey, lejos pero mirándose. Portia se las había arreglado para llorar de manera tal que su maquillaje no se le regara fuera de lugar. Era notable ver su belleza, aun con tanto que había llorado, todos veían ternura en ella, menos las hermanas. Agatha se sentó al otro lado de Aisha, entre ella y Aziza. —A mí tampoco me gusta esa mujer, huele a maleficio, el olor me trae tristes recuerdos, después les contaré —expresó observando el hiyab de Aisha—. Créeme que te entiendo más de lo que imaginas. —Señores, por primera vez desde que tengo memoria disfruto de estar en Selenials y eso que hace siglos viví por aquí —comenzó Ke
Portia gritaba de dolor y el olor a carne quemada era terrible. —Portia, ¿qué ocurrió? —Preguntó Alexey preocupado. — ¡AHHH! Me quema… — ¡¿Qué te quema?! —Indagó Alexey buscando la causa del sufrimiento de Portia, pero no encontró nada. Ella dio vueltas en el suelo y su piel humeaba en contraste al hielo. — ¡Ayúdame! —Rogó Portia. Alexey la cargó y corrió a toda velocidad de vuelta a la manada. Al llegar encontró a Aisha tratando de canalizar de nuevo el poder de la luna, ahora con un mechón de cabello de Natasha. — ¡Ayuda, no sé qué le pasa! —rogó Alexey. Leonid que estaba retirado conversando con los Alfas Supremos corrió en primer lugar al escuchar los gritos desesperados de Portia. Los ojos de Portia cambiaban de la oscuridad tipica del iris de los lobos al espesor negro que cubría hasta lo blanco del ojo como los demonios. El olor de la carne chamuscada era asqueroso, aunque esta vez no dejaba ver la piel de serpiente, solo la quemadura de su piel