La noticia del siglo
Cuando el Don está en su habitación, va hasta su baño y entra en la ducha. El agua fría recorre su enorme cuerpo desnudo mientras trata de pensar en otras cosas y no en los tormentosos sollozos de la loba.
—Hago lo que quiera. Su cuerpo me pertenece —suelta como si fuera un mantra.
Sus emociones son confusas. Una parte muy profunda dentro de él le grita que lo que acaba de hacer no es correcto, pero otra parte de su cuerpo se siente satisfecha por dominar a la loba. Él está acostumbrado a tomar lo que quiere en cualquier momento sin necesidad de que otros digan que está mal. Nunca necesitó que otros se metieran en su vida. La única persona que escuchaba sin dudar está a varios metros debajo de la tierra.
Cuando vuelve a estar satisfecho, sale de la ducha, toma una toalla para secar su cuerpo y va hasta su armario. Saca un pantal&o
Susceptible ante el DonEl Don espera impaciente la respuesta de la loba mientras juega con su dedo entre sus piernas, deseoso de poder estar dentro de ella otra vez.—Cachorrita, no tengo todo el tiempo del mundo —susurra con voz ronca y muerde la parte sensible del cuello de la loba.—Seré susceptible ante ti, Don.Eso lo hace sonreír en su interior y hunde dos dedos dentro de la loba.—Buena elección —suelta con su voz cargada de arrogancia—. Quiero comprobar lo que dices. Relájate —pide al sentirla tensa después de esas palabras.La loba respira y llena sus pulmones del picante olor que desprende la excitación del enorme hombre frente a ella. Remueve sus dedos de adentro hacia fuera para introducir un tercer dedo. Kara cierra sus ojos, se deja llevar por la estimulación del Don y echa el miedo a un lado. El dulce olor de la omega e
El calor de sus brazosAunque están en alta mar camino al puerto de Venecia, durante la madruga sufren un horrible calor. El cuerpo del Don arde como si tuviera dentro un horno en plena noche buena. Se remueve en su cama y trata de encontrar una parte fría, pero nada. Todo el colchón está empapado por el sudor que brota de su cuerpo desnudo. Sale de las colchas y entra al baño, donde abre el agua fría de la regadera. Hace lo posible para que el calor de su organismo se vaya. Sin embargo, no pasa nada. Es como si lo quemaran.—¿Qué mierda? —murmura frente al espejo por el insistente calor que siente, no solo en su cuerpo, también en su miembro, la cual está erecta. Frunce los labios cuando siente un dolor punzante en sus testículos, su calor de acoplamiento se ha adelantado por lo que para el hombre es extraño lo que sucede, ya que tiene en su mente los d&iac
Los castigosTodos los jeep se estacionan y Fer custodia a Kara hasta que están dentro donde la deja con Tamara y dos chicos de seguridad en el área VIP, el Don se pasa a otro lado para hacer sus negocios y jugar póquer con sus socios.—Como tienes cara de que no tomas ni un vino, te pediré algo no tan fuerte y así evito mi muerte —suelta Tamara alzando su mano para ser atendida por un camarero. KaraDespierto por la luz que se filtra por la ventana y por el horrible olor en mis extremidades aun permanezco atada trayéndome recuerdos horribles de cuando vivía en esa manada donde lo de más alto rango me humillaban y abusaban de mí solo por ser débil, por ser una omega. Odie por mucho tiempo mi naturaleza, pero cuando ya estaba cansada de todo y ya no tenía ganas de vivir me di cuenta que mi naturaleza era la más importante porque esta brinda paz en las manadas. Cuando el alfa estaba desestabilizado por no tener una luna o una mujer capaz de estar a su lado en tiempo de celos para calmar a su lobo, me querían utilizar después de tanto daño que me causaron por lo que una noche hui de ese lugar, No seas terco, bestia.Después de un largo recorrido marítimo, Kara al fin llega a la mansión del Don en Sicilia, se fue a su habitación para esperar por el pero nunca llego y termino dormida como la otra vez. La loba está preocupada por el Don y un pequeño desorden alimenticio se forma al comenzar a saltar sus comidas, son siete días lo que pasan para que el Don vuelva a verla.—Debes alimentarte mejor o no podrás aguantarme en uno de nuestros encuentro —le dice el Don a Kara que esta desnuda en su cama como cada noche en espera de algo que nunca llega—Me tengo que ir, espero que no me lleguen quejas de que no andas comiendo bien —regaña serio mirando el cuerpo desnudo de la loba y por más que quiere tomarla no puede.— ¿No te quedaras? —su voz es casi un pequeño susurro.—Por más que quiera no puedo, cachoCapítulo 8
Capítulo 9
Sentimientos encontrados.A la mañana siguiente todo era un alboroto porque el Don es alguien que no perdona los errores, su ceño fruncido mirando a su mano derecha por este descuido.—Si Tamara es una enorme distracción me veré obligado a mandársela a Dominicko —comenta serio.—Don le juro que no sabía de esos muchachos… —eleva su mano para que se calle.—Pudieron a verla matado por tu descuido —gruñe—Es u maldita obligación consultar quien entra y sale de mi casa —Fer asiente—Lárgate, no quiero verte o terminare clavando mi puño en tu maldita cara —ordena y Fer sale de la oficina enojado por lo que sucedió. En italiano le grita a uno de los guardias que reúnan a todos en el personal en el área de equipamiento, saca un cigarro y toma su arma. No pasan ni cinco minutos para que todo
LookEl sol ilumina la enorme mansión del Don donde ya las trabajadoras domésticas han comenzado a realizar sus labores para tener todo listo para cuando los integrantes de la mansión bajen a desayunar, Kara despierta atrapada entre los brazos del Don que se quedó a su lado después de haberla tomado.La loba se remueve entre los brazos del enorme hombre provocando que este gruña y despierte, suspira y abre sus ojos encontrando la cabellera castaña de Kara regada por todos lados, el Don retira el cabello del rostro de la loba para mirarla. Admira su belleza mira sus labios donde una pequeña cortada por la mordida que le dio anoche se vislumbra en ellos, Kara abre sus ojos encontrándose con la grisácea mirada del Don y sonríe al verlo a su lado, el Don frunce su ceño extrañado por la alegría de la loba.— ¿Por qué tan alegre? &mdas
Hasta que el sol salga.—Don, el cargamento será imposible de recuperarlo está bajo el FBI porque toco suelo americano cuando lo tomaron —informa Fer provocando que el Don gruña.—Estúpido Massimo, por esa rata hemos perdidos miles de dólares —pasa su mano por su cabeza y se siente bastante enojado—Dile a Kara que venga aquí ahora —ordena.—La señorita Kara no se encuentra en la mansión —frunce su ceño y mira a Fer en busca de una explicación.—Salió hace unas horas con Tamara —murmura.— ¿Dónde están?—De camino aquí, Don —asiente.—Cuando llegue que venga aquí, retírense —ordena y así lo hacen dejándolo solo, toma un trago de whiskey para aliviar la tensión de su cuerpo pero no es suficient