—Bien, Rosalin y Violeta están perdidas, vamos a encontrarlas. Que las pandillas aliadas aseguren los hospitales y ayuden en los rescates del Venture. Mi padre llegará en unas horas y se encargará del funeral de mamá y de mover sus contactos para cubrir el asunto. ¿La clínica es segura? —Parece que sí, Esmeralda me dijo que trabaja ahí porque es lo más limpio que hay en la ciudad, se comprometió a hablar con el dueño para que nos permita reforzar la seguridad. No vas a creer de quién se trata. —¿El dueño? ¿Lo conocemos? —A él no, es un tipo limpio, pero resulta que está saliendo con Verónica Sáenz, la abogada. —Vaya casualidad, supongo que eso es bueno; ya que la mencionas, necesito que revisemos de nuevo el testamento, debe haber una manera de denunciar a Rosanna para que pierda los derechos sobre Violeta sin que se sepa de nuestros negocios. —Hablaré con ella mañana mismo. Enzo llegará mañana en la noche, no puede movilizar tanta mercancía y hombres en avión, los traerá por barc
—Señora Rosalin, tiene que comer algo, por favor despierte. —Javier se había escabullido en la habitación para llevarle comida saludable a la chica, él no confiaba en que Rosanna no quisiera envenenarla.—¿Javier? —Rosalin parpadeó confundida un par de veces hasta aclarar su vista y al hacerlo se enojó muchísimo— ¡Cómo pudiste hacernos esto! ¡Rubén confía en ti, Dios mío, no puedes ser un traidor!—Shhh, no grite, por favor, puedo explicarlo… El señor Salazar me pidió que me infiltrara, se lo juro, debe creerme.Rosalin lo miraba con rabia sin la menor intención de creer en sus palabras, así que Javier se decantó por contarle la historia completa, desde el momento en el que Rolando vino a él para hablarle acerca de un cambio de jefe. Su primera reacción fue apuntarle con un arma y soltar todos los insultos que se sabía, pero la calma de Rolando lo sorprendió, así que decidió escucharlo para ver qué información podía recabar.Rolando le dijo que la opción era unirse a él o morir, porqu
Sergio y Alexander se aseguraron de que toda la clínica estuviera cubierta antes de marcharse, tenían hombres en cada piso y varios disfrazados rondando por los pasillos o en la sala de espera, la conversación con el dueño del lugar había sido cómica, al pobre hombre casi le da un infarto cuando Alexander puso sobre la mesa un maletín lleno de dinero y su arma, pero no consiguió amedrentarlo, al final, el tipo entendió la situación y fue flexible sin dejarse atropellar. Claro, ayudó que Esmeralda los miraba con advertencia, una cosa era ser bravucones con palabras, ella no permitiría que dañaran a su jefe.—¿Alcanzaron a sacar algo? —preguntó Alexander cuando iban en los autos rumbo a la granja.—Nada. Rubén ni siquiera quiso hacer el intento, él dice que todo se va a recuperar y en eso tiene razón, la mercancía que logren robarnos no nos va a hacer falta.—¿Y las personas?—Todos los burdeles y casinos están cerrados, los empleados se enviaron a los hoteles y esos los está resguardan
Rubén acababa de regresar de su “misión secreta”, como Sergio había bautizado al asunto del que él no había querido hablarle, salió sin mayores explicaciones aprovechando que los demás revisaban el armamento de los Morelli que llegó y nadie lo detuvo. No es como si alguno hubiese tenido la autoridad o la intención de atravesarse en el camino de un Rubén Salazar en modo terminator, pero que el jefe se fuera solo, sin guardias ni respaldo, era peligroso e inusual.Todo el camino estuvo movido por la esperanza, igual que los últimos tres días. La ilusión de encontrar a Rosalin en ese lugar era lo único que mantenía las piezas de sus ser juntas, y se aferraría a ella por el tiempo que fuese necesario. Sin embargo, esa tarde tampoco estaban allí.Cuando Javier vino a él arriesgando su propia vida para contarle lo que sucedía a su alrededor, Rubén ya sabía que el cabecilla de todo era Rolando y ya había hecho su duelo al respecto, lo atribuyó a una ambición desmedida y a los encantos irresi
—Señora Rosalin, soy yo.Javier susurró advirtiendo a la mujer que pretendía estar dormida y que dio un brinco fuera de la cama al escucharlo.—¿Ya se fueron?—La mayoría, quedan unos pocos, tenemos que ser muy silenciosos. Póngase esto, fue lo más pequeño que pude conseguir.Javier le entregó ropa y zapatos y ella comenzó a vestirse sin importarle que él la viera en ropa interior, el pudor era la menor de sus preocupaciones en ese momento, pero Rosalin sonrió cuando él le soltó la cadena sin levantar la vista y luego lo vio girarse respetuosamente y hacer guardia en la puerta. Le había llevado un pantalón deportivo negro y una camiseta de hombre que le quedaba holgada, pero funcionaban mil veces mejor que su vestido. Los zapatos serían la parte más incómoda, pero ajustando bien los cordones podría caminar, incluso si estaba segura de que se llenaría los pies de ampollas. Finalizo su atuendo de huida con una gorra y una sudadera también negras.—Estoy lista, Javier.—Señora Rosalin, n
—No pueden hacerle daño a la señora, Rolando y su perra la necesitan viva.—Eso lo sabemos. No debiste hacer esto, Javier. —dijo uno de los hombres con algo parecido al pesar.—Son ustedes los que no debieron traicionar al jefe. Lo van a pagar caro y lo saben. Déjenla ir, llevándome a mí será suficiente para que Rolando sepa que ustedes actuaron.—Lo que hace tu noviecito Víctor quedará en nada al lado de lo que el jefe va a hacerte. —se burló otro hombre mirándolo de arriba a abajo.—El único jefe que conozco es Rubén Salazar. Rolando no es más que un perro traidor al que mi noviecito, como lo llamaste, disfrutará destazando.—Bájenla y súbanla al otro auto.Mientras los hombres discutían sobre auxiliar a sus compañeros heridos en el choque o dejarlos ahí antes de que llegara la policía, justo cuando iban a abrir la puerta y sacarla, Javier tomó el arma que tenía en la espalda y comenzó a disparar gritándole que se fuera. Rosalin terminó de pasarse al asiento del conductor y movió el
Rubén sentía que el corazón le trepaba por la garganta y se le quería salir. Estaba manejando como un loco por la carretera desde que le avisaron que sí se trataba de su Rosalin y de Javier, y que venían heridos. Escuchar que ella se había desmayado le convirtió la sangre en hielo liquido que lo paralizaba, le dolían los dedos por apretar el volante y veía borroso, nunca antes en su vida había sufrido de tanta ansiedad como en ese momento.Algunos metros atrás lo seguían otros vehículos y una ambulancia en la que iba Víctor muy preocupado, el único informe que recibió fue que ambos estaban cubiertos en sangre, pero nada más, no tenía ni la menor idea de la cantidad o gravedad de heridas que pudieran tener y él estaba solo, era el único médico en el lugar y su prioridad debía ser la señora. Incluso si su corazón quería atender primero a Javier.Poco antes de llegar al tercer puesto de control el vehículo que los traía se detuvo cuando vio la caravana acercarse, los cuatro autos se esta
La mano de Rubén se apoyó en la parte trasera de la cabeza de Rosalin, anclándola a ese beso del que ninguno quería escapar. A Linda le encantaba eso, amaba la manera de su hombre de tomar todo de ella, se sentía como si estuviera completa y su mente dejó de pensar en cosas sin sentido, ahora solo podía concentrarse en las sensaciones de su cuerpo.No pudo evitar gemir y envolver los brazos en el cuello de Rubén tratando de acercarlo más. Ese beso era alucinante y la derritió por dentro, el fuego se encendió en su vientre y sintió una oleada de excitación recorrerla. Ella se echó hacia atrás apenas lo suficiente para separar sus labios y Rubén la miró desconcertado y un poco asustado.—Hazme tuya, cielo.—Oh, preciosa, tú ya eres mía. Para siempre. Te juro que no nos volveremos a separar.Rosalin iba a responder algo, pero Rubén no la dejó, sus labios tomaron los suyos de nuevo en otro beso apasionado, estaba vertiendo todos los sentimientos reprimidos durante esos días en ese beso, é