Azucena escuchó que alguien llamaba a los bomberos, eso era tan complicado para personas como ellos, porque no sabían si esto era todo el ataque o si los enemigos aprovecharían la confusión y el caos para hacer algo peor. Ella no tenía muchas opciones, los autos estaban dañados, no había manera de movilizar a Jazmín y podrían matarlo solo con levantarlo del suelo sin estabilizar su sangrado. Dios, la angustia era tan apabullante que las lágrimas llegaron a sus ojos, ella estaba preparada para atender emergencias de este tipo, pero no para ver a una de sus amigas desangrarse frente a sus ojos sin que pudiera evitarlo. Ver lo que quedaba de la limusina ardiendo en llamas le trajo la realización de que Narcisa estaba adentro, ella acababa de morir y eso la aterró todavía más. No tenían guardias, no había escoltas intactos más que los que se encontraban en la parte posterior de la casa y no serían más de una docena. Estaba expuestos, con la puerta caída, con los autos destruidos, con la
Todo pasó en apenas unos segundos, aunque el tiempo se había detenido para él, era consciente de que todo estaba transcurriendo con demasiada prisa, todo estaba calculado y sus planes de reacción fueron por completo anulados porque, al atacar todos sus frentes por separado, los dejaban en jaque. Su parte racional le dijo que no tardaba en recibir un reporte de la perrera y las bodegas avisando que también fueron atacados. Su mente podía pensar en las opciones a gran velocidad y sabía lo que debía hacer.Seguramente se estaban tomando la casa, la limusina y el Venture eran golpes estratégicos, pero parecían distracciones para separarlos, dejar la casa desprotegida y que pudieran tomársela. Estaba diseñada para poder acuartelarse, tenía refuerzos y torres de control en el perímetro, si los enemigos entraban para “liberar” a Rosanna y secuestrar a Violeta, ellos tendrían problemas en retomarla, especialmente porque a ellos sí les importaba la seguridad de la niña, entrar a sangre y fuego
No había nada que Sergio pudiera hacer en ese lugar, la operación tardaría horas y no le permitirían ver a su hijo hasta el siguiente día. Ya sentía un enorme alivio en su corazón, aunque Rodrigo había llegado al mundo en las peores circunstancias posibles, era un guerrero, iba a sobrevivir, él estaba seguro de eso. Su Jaz entendería que debía ir a buscar a su hermana y mejor amiga, en cuanto despertara, sería lo primero que iba a preguntar y Sergio necesitaba sentirse útil.—Ve tranquilo, voy a quedarme aquí esperando noticias.—Azucena, necesitas descansar y sé que estás angustiada por tu esposo, voy a ir la casa, vamos, podrás cambiarte y averiguaremos qué pasó con él.—Prefiero quedarme aquí, si mis contracciones no se detienen este es el mejor lugar para estar.—¿Sergio? —La voz conocida de una mujer se escuchó a su espalda.—¿Esmeralda? ¿Qué haces aquí?—Oh, por Dios, Azucena, ¿qué te sucedió? ¿Ya te atendieron? —exclamó la mujer al ver a la doctora cubierta de sangre y con expr
—Bien, Rosalin y Violeta están perdidas, vamos a encontrarlas. Que las pandillas aliadas aseguren los hospitales y ayuden en los rescates del Venture. Mi padre llegará en unas horas y se encargará del funeral de mamá y de mover sus contactos para cubrir el asunto. ¿La clínica es segura? —Parece que sí, Esmeralda me dijo que trabaja ahí porque es lo más limpio que hay en la ciudad, se comprometió a hablar con el dueño para que nos permita reforzar la seguridad. No vas a creer de quién se trata. —¿El dueño? ¿Lo conocemos? —A él no, es un tipo limpio, pero resulta que está saliendo con Verónica Sáenz, la abogada. —Vaya casualidad, supongo que eso es bueno; ya que la mencionas, necesito que revisemos de nuevo el testamento, debe haber una manera de denunciar a Rosanna para que pierda los derechos sobre Violeta sin que se sepa de nuestros negocios. —Hablaré con ella mañana mismo. Enzo llegará mañana en la noche, no puede movilizar tanta mercancía y hombres en avión, los traerá por barc
—Señora Rosalin, tiene que comer algo, por favor despierte. —Javier se había escabullido en la habitación para llevarle comida saludable a la chica, él no confiaba en que Rosanna no quisiera envenenarla.—¿Javier? —Rosalin parpadeó confundida un par de veces hasta aclarar su vista y al hacerlo se enojó muchísimo— ¡Cómo pudiste hacernos esto! ¡Rubén confía en ti, Dios mío, no puedes ser un traidor!—Shhh, no grite, por favor, puedo explicarlo… El señor Salazar me pidió que me infiltrara, se lo juro, debe creerme.Rosalin lo miraba con rabia sin la menor intención de creer en sus palabras, así que Javier se decantó por contarle la historia completa, desde el momento en el que Rolando vino a él para hablarle acerca de un cambio de jefe. Su primera reacción fue apuntarle con un arma y soltar todos los insultos que se sabía, pero la calma de Rolando lo sorprendió, así que decidió escucharlo para ver qué información podía recabar.Rolando le dijo que la opción era unirse a él o morir, porqu
Sergio y Alexander se aseguraron de que toda la clínica estuviera cubierta antes de marcharse, tenían hombres en cada piso y varios disfrazados rondando por los pasillos o en la sala de espera, la conversación con el dueño del lugar había sido cómica, al pobre hombre casi le da un infarto cuando Alexander puso sobre la mesa un maletín lleno de dinero y su arma, pero no consiguió amedrentarlo, al final, el tipo entendió la situación y fue flexible sin dejarse atropellar. Claro, ayudó que Esmeralda los miraba con advertencia, una cosa era ser bravucones con palabras, ella no permitiría que dañaran a su jefe.—¿Alcanzaron a sacar algo? —preguntó Alexander cuando iban en los autos rumbo a la granja.—Nada. Rubén ni siquiera quiso hacer el intento, él dice que todo se va a recuperar y en eso tiene razón, la mercancía que logren robarnos no nos va a hacer falta.—¿Y las personas?—Todos los burdeles y casinos están cerrados, los empleados se enviaron a los hoteles y esos los está resguardan
Rubén acababa de regresar de su “misión secreta”, como Sergio había bautizado al asunto del que él no había querido hablarle, salió sin mayores explicaciones aprovechando que los demás revisaban el armamento de los Morelli que llegó y nadie lo detuvo. No es como si alguno hubiese tenido la autoridad o la intención de atravesarse en el camino de un Rubén Salazar en modo terminator, pero que el jefe se fuera solo, sin guardias ni respaldo, era peligroso e inusual.Todo el camino estuvo movido por la esperanza, igual que los últimos tres días. La ilusión de encontrar a Rosalin en ese lugar era lo único que mantenía las piezas de sus ser juntas, y se aferraría a ella por el tiempo que fuese necesario. Sin embargo, esa tarde tampoco estaban allí.Cuando Javier vino a él arriesgando su propia vida para contarle lo que sucedía a su alrededor, Rubén ya sabía que el cabecilla de todo era Rolando y ya había hecho su duelo al respecto, lo atribuyó a una ambición desmedida y a los encantos irresi
—Señora Rosalin, soy yo.Javier susurró advirtiendo a la mujer que pretendía estar dormida y que dio un brinco fuera de la cama al escucharlo.—¿Ya se fueron?—La mayoría, quedan unos pocos, tenemos que ser muy silenciosos. Póngase esto, fue lo más pequeño que pude conseguir.Javier le entregó ropa y zapatos y ella comenzó a vestirse sin importarle que él la viera en ropa interior, el pudor era la menor de sus preocupaciones en ese momento, pero Rosalin sonrió cuando él le soltó la cadena sin levantar la vista y luego lo vio girarse respetuosamente y hacer guardia en la puerta. Le había llevado un pantalón deportivo negro y una camiseta de hombre que le quedaba holgada, pero funcionaban mil veces mejor que su vestido. Los zapatos serían la parte más incómoda, pero ajustando bien los cordones podría caminar, incluso si estaba segura de que se llenaría los pies de ampollas. Finalizo su atuendo de huida con una gorra y una sudadera también negras.—Estoy lista, Javier.—Señora Rosalin, n