Capítulo 18

—¡Suéltame, suéltame, suéltame! —grité y me senté sobre la cama de hospital.

Abrí los ojos y el alemán me observa preocupado mientras se acerca velozmente a mí.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —preguntó mirándome—. Llamaré al doctor.

—¿Adán estuvo aquí? —pregunté—. Mientras te fuiste.

—No, Eva, no estuvo. —siguió preocupado y con el semblante serio—. ¿Qué pasa? —preguntó sentándose a mi lado y tomando mi mano con las suyas.

—Tuve una pesadilla. —terminé diciendo—. Adán descubría que le mentí y que no había perdido a mi bebé y quería obligarme a… dios, no me quería dejar ir. Fue tan real. —respondí sollozando.

El alem

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP