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Por alguna razón, la turista se había sentido tan conmovida por la niña, que insistió en acompañarla al hospital. La búsqueda continuó, hasta dar con los doscientos pasajeros que iban en el vuelo, estuviesen vivos o no.
Ahora, la pequeña yacía en una de las incómodas camas de un hospital en la ciudad de Tijuana, México. La turista, cansada pero dispuesta, había accedido a dar la cara como familiar de la pequeña, pues seguramente sus padres o quién sea que la acompañara habrían fallecido en el accidente.
La niña abrió los ojos al segundo día.
—¡Por fin! ¡Mi amor, habíamos estado tan preocupados por ti! ¿Cómo te sientes?— exclamó la mujer al verla.
Pero al no
A la mañana siguiente, llegué temprano a la clase de Lengua. Tomé un asiento junto a la ventana de nuevo. Me agradaba estar ahí. Pocos minutos después, el aula se empezó a llenar de alumnos riendo y hablando. Entre ellos estaba Wendy. Me acerqué a ella en cuanto la vi. —Ayer ya no terminé de decirte, pero ¿recuerdas que te pregunté si podía leer tu novela?— dije, tras saludarla. Asintió con la cabeza —Bueno, sigue en pie. No importa si está en primeros borradores. Quizá hasta te pueda dar algunas observaciones, como lector. Sonrió, halagada. Luego se descolgó la mochila y sacó un bonito cuaderno azul. Me lo entregó, y me sorprendí al percatarme del formato. —¿Escribes a mano? Creí que la tendrías en un documento en la computadora.— comenté mientras lo recibía.
✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧SCARLETT✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧✧ La mirada herida de Natalia lo decía todo. No se esperaba aquello. En aquellos días, nuestra amistad sufrió una fisura de la que jamás se recuperó del todo. Desde que había sucedido lo de Tony, el ambiente en el pequeño apartamento se había tensado. Mi mejor amiga me miraba como si hubiera descubierto que todo aquel tiempo fui una espía. Ignoré su expresión confundida y preocupada, pasando junto a ella, dirigiéndome a la puerta principal. La abrí y salí del edificio, bajando las escaleras hasta llegar al estacionamiento. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué había traicionado a aquel chico con el que había sentido tanto? Estaba segura de que más de uno se lo preguntaba. Culpa, cobardía y confusión. Aquellas palabras resumían bastante bien la respuesta.<
✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲ Carmen había intentado entretener a la pequeña Wendy mientras esperaban por la respuesta de qué había sido de Jasmine, sin mucho éxito. La niña no paraba de preguntar por ella. A Carmen le angustiaba tanta insistencia, pues temía que si había fallecido, Wendy quedaría devastada. Después de tres tortuosas horas, la enfermera llegó con la información. Carmen escuchó temerosa, Wendy esperanzada. Para alivio de ambas, Jasmine estaba viva, pero había quedado gravemente herida y había estado horas en cirugía. Con ello, pudieron conversar un buen rato. Carmen le ofreció un lugar en su escuela para terminar su primaria, y se prometió a sí misma que haría lo posible para ayudar a la inocente niña a salir adelante. Quizá conseguirles un pequeño apartamento, un trabajo para la
Días después, temía volver a tocar el tema. Analizándolo bien, no había mucho de donde escarbar. La única manera de saber más era preguntándole directamente, y por sus reacciones estaba casi seguro de que, además de que no me diría mucho –si no es que nada–, sólo conseguiría un conflicto. Y no me apetecía uno. Así que decidí dejarlo.Un jueves a principios de mayo, después del entrenamiento de básquetbol, iba hacia la parada del autobús, cuando una voz femenina gritó mi nombre. La inconfundible Carolina. Me volví hacia ella. Venía dando saltitos hasta llegar a mí.—Dijiste que me ibas a esperar.— dijo haciéndose la indignada.—T
✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲ Un día mientras Jasmine desayunaba en una fonda acogedora, rodeada de personas a las que apenas entendía, un joven se le acercó. Hablaba inglés perfecto. Fue directo al punto: sabían quién era y qué tenía con ella. Repitió el mensaje de aquella nota, le tenía que entregar los archivos para poder seguir con su vida. Pero huir sin más simplemente ya no era una opción, sobre todo después de lo que había pasado en el viaje. Así que se mantuvo unos instantes en silencio, observando los marcados rasgos latinos del joven. Sabía que era incorrecto, pero su única salvación parecía ser aprovecharse de su inmadurez. Le preguntó si le gustaba ir a fiestas, ir a las playas o comprarse cosas. El joven se mostró confundido, evidentemente. Entonces Jasmine le ofreció una tentadora cantidad
No corrí tras ella después de eso. Me levanté y me di media vuelta, exhausto de tantas emociones. Si bien lo que había dicho me hizo enojar, había algo de razón en sus palabras. Éramos adolescentes, las relaciones eran efímeras, los sentimientos también. Me encontraba en una burbuja, de cierto modo, fascinado por aquellas historias dramáticas y llenas de emoción que contaba la ficción. Pasé el resto de la hora libre con mis amigos. Afortunadamente, casi siempre estaban alegres cuando lo necesitaba. Jorge nos enseñó un video con el que nos reímos tanto, que el asunto de Carolina había pasado a segundo plano. Se mantuvo así hasta mi última clase de aquel viernes primaveral. Lengua. No pude hablar mucho con Wendy durante la clase, pues ese día teníamos evaluación. Pero teníamos que quedarnos a terminar el último avance del proyecto semestral: una obra teatral. E
✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲✲ Pasó una hora antes de que Jasmine volviera a su cama. Las cenizas del trabajo de Beatrice se habían fundido con el viento hacía mucho. Jasmine seguía con la vista fija en el lugar donde habían partido, ahora observando las tenues estrellas, las delgadas nubes y la luna llena. Su mente repetía el día en el que cometió aquel atroz error, el día en el que asesinó a aquel hombre. Quería convencerse de que había sido por una buena acción, que era algo necesario. Pero nunca dejó de preguntarse qué hubiera pasado si sencillamente no hubiera intervenido... Años atrás, cuando apenas había conocido a Beatrice, Jasmine pasaba por fuertes problemas económicos. La única solución que vio en ese momento fue trabajar para la organización que se había robado su vida entera, prácticamente. Se había convencido de que sería algo temporal, d
Miraba a algún punto, sin realmente mirar nada. La noche anterior se repetía como un bucle temporal en mi mente. Estaba sentado en la sala de interrogatorios. Mis oídos ignoraban el bullicio del despacho donde trabajaba mi madre de fondo. Lo que realmente escuchaba eran los disparos, los gritos y el estruendo del barrote en la puerta de mi cuarto. Ni con un somnífero hubiera vuelto a conciliar el sueño la noche anterior. Esperé tortuosamente a que dieran las siete de la mañana, a solas, con miedo de hacer cualquier cosa. Pensé en salir, correr a casa de Alex, pero apenas pondría un pie fuera de la casa y me desmayaría del terror. No tenía señal ni internet, por lo que no pude comunicarme con nadie. La noche, lenta como tortuga, sólo hacía todo peor. El tic-tac del reloj que había en la cocina destacaba tanto entre el mortal silencio que cada segundo que pasaba era como un trueno en una tormenta.