Jake HuxleyLily decidió que quería verse hermosa el día de su boda y eso no contemplaba verse como un globo, aunque le dije que no sería problema, pero simplemente no quiso casarse embarazada.Un día Samara le dijo que, si acaso tenía esa creencia ridícula de que una mujer embarazada no se podía casar de blanco, pero la respuesta de Lily nos dejó a todos en silencio.—El blanco no lo va a quitar nadie, porque ese es mío por derecho. Sólo no quiero parecer una lámpara caminando por la iglesia y espero que dejen de presionarme con el matrimonio. Nos casaremos cuando nuestras hijas tengan cuatro meses de nacidas y con Jake seamos capaces de largarnos a una luna de miel sin que ellas nos extrañen y que a mí me entre un bikini sin parecer fiambre.Y con eso la fecha de la boda quedaba sentenciada.Por supuesto no me atreví a contradecirla y en lugar de treparme por las paredes, me dediqué a hacer lo que debía. Lo primero fue la vasectomía, con dos embarazos y cuatro hijos para mi mujer es
SinopsisCharlotte Huxley es una mujer que se acerca a los treinta, con una pequeña hija y un divorcio a cuestas. Tras la penosa experiencia de tener un esposo por menos de un año debido a sus constantes maltratos, ahora lo único que quiere es concentrarse en su trabajo y su hija, pero eso cambia cuando un día va a visitar a su hermano y allí conoce a su joven tormento, ese que no debería tocar, ya saben… por la edad.Jacob Lloyd es un joven de veinte años, quien a su corta edad sabe muy bien lo que quiere y no es dado a los caprichos ni las banalidades. ¿Mujeriego? Sólo un poco. ¿Inseguro? Para nada. ¿Perseverante? ¡Demasiado! Por eso, cuando conoce a la cuñada de su hermana y se queda prendado de ella, manda todo al demonio e insiste hasta que logra aquello con lo que la mayoría de los chicos de su edad se conformarían… pero para él simplemente no es suficiente.Ambos caen en esa intensidad que sólo las mujeres experimentadas que han conocido las mieles más tiernas conocen, hasta qu
Jacob LloydDebo decir que, cuando estoy leyendo, me molesta muchísimo que me interrumpan. Ya sean los comics que vienen en el diario como uno de los libros de Dan Brown que tanto me gustan, por eso cuando mi madre me saca de mi cuarto para ir a saludar a la hermana de Jake me molesto, porque además esa mujer para mí no es nadie.Nuestro parentesco llega que es la cuñada de mi hermana y nada más, para mí ya es difícil aceptar al tarado de Jake, como para tener que aguantar al resto de su asquerosa familia, porque a mí nadie me quita que todos son iguales, sólo bastaba ver a la vieja bruja de su madre para saber que los motiva el dinero, los lujos y la apariencia.—Cambia la cara, por favor. Ella no es una mala mujer, es incluso mejor que Jake.—No me interesa, me sacaste de mi momento personal de instrucción…—¡Ya basta, Jacob! ¡Espero que no seas descortés, porque no te crie así! —insiste ella, así que le respondo con molestia.—Es la cuñada de Lily, no es nada… mío… —mis ojos van a
Charlotte HuxleyLlegar a casa de mi padre de improviso y ver la alegría en su rostro no tiene precio, especialmente por todo lo que ha pasado en la última semana. El regreso de Lily, saber lo que mi madre hizo y que eso nos alejó de mis sobrinos, todo ha sido muy duro para nosotros.Abraza a Charisse y se la lleva a la cocina para comer algo antes de dormir, mientras yo me siento en la sala a mirar afuera, recordando todas las cosas que viví en esta casa y también las que debería olvidar, pero que por alguna razón no puedo.—¿No vienes a comer, hija? —veo a mi padre con su sonrisa y camino hacia él, que me rodea con uno de sus brazos por los hombros—. Siento que te pasa algo, se nota mucho cuando estás pensativa.—No es importante, sólo pienso en si me quedaré sola o si encontraré alguien que me ame… lindo.—¡Y no es importante! —dice mi padre espantado y se para frente a mí—. Hija, encontrarás a alguien y si no lo has hecho es porque esa ahora no es tu prioridad. Cuando uno prioriza
Charlotte HuxleyEl tercer muchacho que llega me coquetea descaradamente y me hago la que va cayendo porque la conquista que propone es demasiado básica. Pero cuando le digo que tengo una hija de tres años, se disculpa con una llamada que no existe y se va. Tomo notas en mi teléfono y me giro para ver el lugar, se supone que así dejo abierta la puerta para que otro llegue.Desde hace rato siento que alguien me observa, esa sensación que te eriza algo y que quieres buscar, pero en cuanto lo intento, se acerca otro chico, debe tener unos veintitrés años, es alto, aunque no tanto como… no es tan alto.—Hola, ¿puedo sentarme? —dice señalando la silla vacía a mi lado.—Por supuesto, nadie está sentado allí.—¿Y no hay nadie que vaya a llegar para ocuparla? —me pregunta con voz ronca y niego mientras tomo mi vaso de piña colada sin alcohol, porque para eso debo estar lúcida.—No, soy una madre divorciada, solitaria y algo aburrida —bebo de mi copa sin perder de vista su reacción, creyendo q
Charlotte HuxleyEl trayecto a departamento de Jacob lo hacemos en un silencio cargado de expectativas y deseo, de vez en cuando lo miro de reojo y veo cómo con expresión seria se mantiene atento al camino, las luces de la ciudad lo iluminan a ratos y me otorgan una vista extraña de luz y oscuridad a partes iguales y me pregunto, una vez que suba a ese departamento, ¿cuál de las dos será la que gobierne a este chico tan varonil y decidido?Baja la velocidad cerca de uno de los edificios de departamentos más lujosos en la ciudad y me imagino que sus padres lo consienten bastante como para darle un lugar así. Sin embargo, antes de entrar se detiene y me mira con seriedad.—¿Aún quieres entrar?—Sí…—Bien —introduce la clave del estacionamiento privado y se detiene muy cerca del elevador. En la pared veo las letras de «Reservado Pent-house» y no tengo tiempo para sorprenderme, porque mi puerta se abre y me extiende la mano—. Vamos, hermosa.Se la doy como si él fuera un imán poderoso, un
Charlotte HuxleyDescribir la manera en cómo me siento ahora no es posible, sencillamente no encuentro las palabras para hacerlo. Jacob me ha demostrado que sabe lo que hace, que la intimidad no tiene nada que ver con la edad sino con la experiencia.Siento cómo acaricia mis nalgas que están expuestas, debería tener vergüenza de estar así, pero esa parte liberal que escondí para no parecer una cualquiera se está soltando poco a poco y es que con este chico creo que no hay otra manera para aguantar el ritmo.—¿Alguna vez te lo hicieron así, preciosa? —me pregunta mientras deja un reguero de besos en mi espalda y luego se estira para sacar otro preservativo.—No…—Te advierto que de esta manera puedo llegar más adentro, así que si te duele… sólo dímelo.—¿Acaso vas a detenerte?—¡Claro que no! Pero podemos intentar otra posición.—¡¿Cuántas más conoces?! —me río mientras él se alista para volver a invadirme.—Las suficientes para estar toda la noche, pero no será hoy, porque me imagino
Charlotte HuxleyAbrir los ojos y no verlo a mi lado es… raro. Sobre todo porque no he pasado ni una sola noche con él jamás. Han pasado unos días de nuestro encuentro y quise llamarlo, pero por Lily supe que se había ido a la universidad nuevamente por unos asuntos pendientes y no quise intentarlo.Birmingham no está lejos, pero tampoco es como que yo vaya a caerle por allá.De pronto, me cae una llamada de mi padre y le respondo rápido, porque no suele llamarme tan temprano.—Papi, buenos días, ¿cómo estás?“Extrañándolas, ¿cuándo vendrán de nuevo?—¿Te parece que me vaya hoy? Sólo tengo citas en la mañana y el resto de la semana la tengo libre.“¿Vas mal con tu trabajo?—No, papi, sólo esta semana quedó así de libre, pero voy bien, no te preocupes.“Bien, las espero por la tarde.Salgo de la cama para alistarme, levanto a mi pequeña Charisse y mi madre nos ha preparado el desayuno. Nos sentamos las tres a la mesa y le digo a mi madre.—Luego de mi cita del mediodía me iré