Lily LloydVeo a Jake salir de la oficina totalmente afectado por lo que acabo de contarle, sabía que no iba a ser sencillo, no obstante, ver cómo quiere alejarse de mí sólo porque no se siente digno de mí… me pone mil veces peor y con ganas de enterrar a Martha.Salgo tras y por más que lo llamo, él no se detiene ni mira atrás, y para cuando se sube al ascensor, ni siquiera me mira cuando grito su nombre.—¡Maldición! —se me escapa el grito de frustración. Corro de regreso a la oficina, me coloco los zapatos, tomo mi bolso y mientras taconeo rápido al ascensor llamo a Mitch.“Dime cómo te fu…—¡Mitch! Esto reventó. Él sabe quién soy, sabe de los gemelos y lo de la cárcel.“¡¿Le contaste todo?! ¡Ese no era el plan!—¡¡Ya no hay plan!! ¡Estuvo secuestrado y luego inconsciente! ¡¡Todo lo que pasó fue únicamente obra de esa bruja!! —las puertas se abren al fin, entro chocando con alguien a quien no miro ni le pido disculpas—. Necesito que me mandes las pruebas de que estuve en la cárcel,
Jake HuxleyCuando me enfrento a la mirada curiosa de mis hijos no puedo hacer nada más que llorar, mientras aprieto firmemente la mano de Lily. Ella me insta con un gesto de la cabeza a que me acerque a ellos, pero son mis pequeños quienes al fin se acercan a nosotros abriendo sus brazos.—¡Mami! —gritan los dos al mismo tiempo, Lily se agacha para abrazarlos para recibirlos y los llena de besos.—¿Cómo están mis príncipes?—¡Ben! —grita uno de ellos, mientras que el otro me mira con curiosidad y se acerca a mí.—¿Quién es, mami? Se parece a mi hemano y mí —Lily se pone de pie, me toma la mano y esta vez se sienta en el piso, tirando de mi para hacer lo mismo.—Él se llama Jake y, aunque no puedan entenderlo muy bien ahora, él es su padre.—No, Mitch… —dice uno de ellos y siento un dolorcito, pero Lily niega con una sonrisa.—No, tesoro. Saben que Mitch es su tío, pero Jake es su padre.—¿Ónde taba? —pregunta el otro y Lily hace que se sienten frente a nosotros.—Bueno, ¿se acuerdan
Samara RogersEscucho gente hablar y gritar a mi alrededor, veo a algunos correr y es como si no fuera yo, como si no estuviera ahí en realidad. De pronto, la voz de Bruce me trae a la realidad.—Samara, preciosa… —me guía hasta la oficina de la directora y me sienta allí—. Ya llamé a la policía y la directora fue por las grabaciones de las cámaras, está muy afectada porque el hombre llegó con una historia muy convincente, incluso trajo tu teléfono.«¿Tienes alguien a quién avisarle? Tal vez al padre de las niñas…—No tengo a nadie —le digo perdida—. Desde hace años sólo soy yo y mis niñas —me limpio las lágrimas y siento cómo el corazón se me rompe.—Entiendo… déjame avisarle a Jenny y pedirle a mi hermana que se vaya con ella, estas son las horas de mayor movimiento.—No es necesario, es tu negocio, no lo dejes por mí.—Samara, te considero no sólo mi empleada, sino también mi amiga, no te dejaré sola en esto —me sonríe con sinceridad y sale para hacer las llamadas, mientras yo llor
Will RussellCuando cuelgo el teléfono Jake me mira entre divertido y con orgullo, porque sólo cuando estoy realmente cabreado uso el nombre que mi padre amaría que use. Miro a Samara y aprieto los dientes, ella tiene mucho que decirme y no voy a esperar.—Tú… —siseo con molestia y me acerco a ella—. Te largaste con mis hijas, me negaste verlas crecer y ahora te apareces cuando seguro te las quitaron por andar…—Will —me advierte Jake, pero niego, ella me lo debe.—Ella tiene boca, puede hablar después de todo… se hizo pasar por tu mujer para sacarte dinero, para dejarse embarazar —Samara baja la mirada y llora en silencio—. Pero no le bastó con eso, sino que me enamoró porque seguro que pensaba quedarse con la mitad del dinero de los dos.—Eso no es así —intenta decir ella mirándome dolida y con el labio temblando, pero no le creo nada.—¡No mientas! ¡¡Y deja de llorar, que no me vas a convencer!!—¡Pues tú me heriste…! —de pronto se calla, se tambalea y se desmaya. Jake logra sosten
Samara RogersPor primera vez en tanto tiempo, siento con aquel abrazo protector de mis padres un pequeño calorcito que se extiende en mi corazón y me hace sentir profundamente amada. Algo que nunca experimenté en mi vida y que la única vez que creí era verdad con Will, resultó ser todo una mentira.Mi padre me lleva al sofá y se sienta a mi lado, del otro lado se sienta mi madre y lo único que puedo ver es a todos aquellos ojos preocupados de lo que yo vaya a decir en este instante. Lily, quien se ha sentado en la mesita de centro, me toma las manos para darme fortaleza y comienzo a narrar.—Lo primero que deben saber es que los Rogers son personas interesadas, ambiciosas y muy peligrosas. Adoptaron un hijo que pudiera heredar su apellido y su negocio, pero también a cuatro hijas, a las cuales nos han sacado provecho de todas las maneras posibles… Y no de las mejores.«Se aparecieron unos días atrás buscándome, alegando que les debo dinero. En aquel momento se enteraron de que tengo
Will RussellSigo a Samara por el pasillo, quisiera decirle algo, pero no puedo porque Lily y mi suegra vienen tras de mí. Cuando llegamos abajo, Jake ve a Samara lista para salir y me mira con la pregunta implícita, así que le respondo.—Irá con nosotros —Daryan asiente con una sonrisa y se acerca a ella.—No voy a negarte el derecho a ir, después de todo eres su madre y puedes ayudarnos bastante, especialmente si debemos distraer. Así quiero que oigas mis recomendaciones…—Mejor dile que son órdenes, no le disfraces las palabras —digo mientras tomo una de las armas.—Bueno, eso. Lo primero, si yo te digo que corras, te escondas o que te quedes en el auto, lo harás sin dudarlo —Samara asiente y Daryan sonríe—. Y sólo eso, vámonos.Samara sale primero y casi puedo oler su ansiedad, estoy igual. No quiero pensar en lo que está sintiendo, si yo sólo me enamoré de mis niñas con una fotografía, ella debe estar mucho peor. Le abro la puerta de uno de los vehículos y le hago el gesto con la
Samara RogersExtiendo mi mano para sellar el trato con este cerdo y lo veo sonreír con demasiada satisfacción, así que es obvio que no piensa honrar el trato ni nada que signifique hacerme feliz.—Quiero ver a mis hijas.—Déjame mandar a traerlas… una de ellas es un amor, pero la otra es una fiera —extiende su brazo y se levanta la camisa, en donde puedo ver claramente una mordida.—Willow responde al trato que le dan, no es tonta. Y si ve que ella o su hermana están en algún tipo de peligro, no se medirá en atacar como sea.—Ya tendré oportunidad de adiestrarla dócil y calladita —frunzo el ceño y él se ríe—. Cierto, se irán con su padre… aunque puedo sacarle más dinero si me las quedo.Y antes de que diga nada, se marcha gritando por Agnes y por mis hijas. De pronto, las veo aparecer y mi corazón se me revuelve de pena e ira.—¡Mami! —grita Willow, muerde a Agnes para que la suelte, lo cual consigue, pero ella la detiene tomándola del cabello otra vez. Camino hasta ella, me detengo
ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS QUE PUEDE NO SER DE SU AGRADO POR LA VIOLENCIA QUE CONTIENE. SE SUGIERE DISCRECIÓN. *** Will Russell Mientras conduzco al refugio de la organización de Daryan pienso en las mil maneras en que podría torturar a Pierce por lo que le ha hecho a mi mujer, pero estoy seguro de que allí encontraré herramientas que liberarán mi imaginación para hacerle pagar no sólo secuestrar a mis hijas y dispararle a mi Samara, sino también todas las porquerías que le hizo. Cuando llego, me dejan entrar sin mayores protocolos, al bajarme del auto un hombre me recibe y me estrecha la mano a modo de saludo. —Buen día, señor Baxter… —Russell, mi apellido es Russell. —Disculpe… el señor Sanders nos llamó para que lo esperáramos. Pierce Rogers está en una celda esperando por usted, llegó hace poco y el médico lo está revisando para contener la herida del hombro, la que no es grave. —Perfecto, lléveme con él. Caminamos al edificio que parece una casa común y c