Respiraba pesado, resoplaba, gruñía contra su cuello y en su oído caía su aliento caliente como un horno en llamas. La cola ya se movía vigorosa, coordinada con los movimientos de las caderas de Azura, entrando y saliendo con sonidos de chapoteo, metiéndose hasta lo último de su cérvix y dilatándol
La puerta chirrió con un sonido oxidado y el olor a rancio y sangre ahogaba en la instancia. Aun así, Azura ni se inmutó, ¿cuántas escenas sangrientas y de muerte no había visto él en su vida? Más de las que le hubiese gustado presenciar. Lea estaba encadenada de pie, contra la fría pared de pied
— Hija, ¿por qué has estado tan callada?, ¿de verdad lo que buscas en un hechizo de fertilidad para concebir más rápido? – su madre le preguntaba mirándola y un poco extrañada de que, a los días de consumar su unión, Lea la llamase para verse con la bruja. Porque sí, Azura y Charlie le mintieron pa
— Espero que valga la pena, futura Emperatriz, porque la última vez, la información no fue muy fiable que digamos – la miró con agudeza recordando lo del fallo al ataque al convoy.— Conozco la fecha exacta en que el Emperador atacará el palacio del Dragón de Agua por sorpresa.¡BAM!La silla cayó h
— Mierd4 nena, espera, espera, maldici0n me llevaste a los extremos, ¡te dije que paráramos! Ven levanta la cabeza para limpiarte Azura se asustó al darse cuenta de la salvaje cogida que le había dado a la boca de su mujer.— ¿Ahora yo tengo culpa de que te follaras mi garganta casi metiéndome ese
— ¿Su majestad deseaba hablarme? – Aysling se encontraba sentada frente a la Antigua Emperatriz, intrigada porque la mandó a llamar. En realidad, no había tenido la oportunidad de hablar mucho con su suegra y a pesar de los errores graves que ella dice que cometió, en esta vida, salvó prácticamente
— No, tú te irás y quién dirigirá a los dragones en este tiempo. No puedo marcharme también, además me quedaré con ella. No la dejaré sola – Charlie le respondió refiriéndose a su madre. Azura lo miró con ojos complicados, pero en el fondo, sabía que era lo mejor, solo que renunciar a su hermano, l
La Nahara subió peldaño por peldaño, con el corazón retumbando en su pecho, no tenía miedo, pero si estaba intranquila sin saber muy bien a qué se enfrentarían. Escaló y escaló por minutos, ¿qué tan alto estaba esto? La estrecha y oscura escalera la llevó a un enorme salón vacío y en penumbras.