Y comenzaron a correr hacia el clan de los vampiros, queriendo que le salieran alas para ir y venir más rápido. Ahora mismo arrepentidos de no haber estudiado casi nada de magia ancestral. ***** — Rose – Olivia la llamó antes de que volviese a esconderse en su habitación. Rose suspiró y se giró
Esperó a verla meterse en la tienda y caminó deprisa justo adentro de la perfumería, e incluso casi se bañó con varios perfumes de muestras. Los más fuertes y chillones. Rose salió corriendo por otra de las puertas de salida de la perfumería y bajó las escaleras eléctricas directo a la calle. Te
Rudolf decidió luchar hasta que no le quedaran prácticamente fuerzas. Esperaba, que lo fuera que les hubiese sucedido a estos lobos, pronto se les pasara. Había decido acompañarlos personalmente, dejando de lado incluso sus obligaciones, porque quería estrechar las conexiones con este clan poderos
Al escuchar la voz de su padre, querían preguntarle por Rose. Incluso ante la evidente muerte, lo único que estaba en sus mentes era por qué no podían sentir a su mate, por qué el vínculo del lazo estaba tan debilitado al punto de caerse a pedazos. “Cachorros descansen, ya están a salvo, tranquil
En el momento que Olivia sintió la punzada en su vientre, el Rey Vampiro había hecho su aparición en el lugar. Rudolf fue alimentado con un poco de la sangre de Lucian y reunió fuerzas para convertirse en niebla. No quería ir sobre el lomo de nadie y la única forma más rápida era así. Se quedó un
2 meses después… Rose se miró en el espejo de su cuarto. Falda de tubo, blusa blanca clásica, sencilla pero elegante y zapatos de tacón bien bajos. Por encima su blazer, que llegado el momento iba a cambiarse por su bata blanca de científica. Había arribado hace un mes a este país que le permit
El laboratorio que fundó con unos amigos investigadores, pero después no pudo mantener por falta de financiamiento, primero encontró a un patrocinador para una investigación privada y ahora, se aparecían estos dos millonarios misteriosos y compraban todas las acciones. En menos de un mes, su viejo
— Chicos… — Rose se quedó mirándolos como tonta. Sus marcas en la nuca, latiendo frenéticas y sus ojos comenzaron a ponerse rojos. La estaban mirando hacia abajo con sus helados ojos azules, con tanta indiferencia, que Rose se sintió como basura. — Maell, Ni… — pero ellos solo pasaron por su lad