La Omega se vio encerrada entre el enorme cuerpo intimidante de su Alfa y la puerta cerrada con el seguro. — Escúchame bien Ophelia Allen, puedes odiarme, puedes maldecirme, pero nunca jamás te atrevas a romper nuestro lazo, ¡no lo permitiré!— Elijah le habló entre dientes mientras la agarraba por
— ¡Déjame en paz!, ya tenías lo que anhelabas, ¿no? Tanto te arrastraste por su amor, que al final lo conseguiste— Ophelia haló con fuerza su brazo para zafarse del duro agarre. — ¿Que te deje en paz? Tú misma te viniste a meter en mi territorio, ofreciéndote como la puta barata que eres. — Si ho
“¿Llegaron bien? ¿Te aseguraste de que nadie lo vio?” “Adviértele bien a esas lobas, que la que diga algo, se marcha de mi manada con toda su familia. Las envías de castigo a hacer las labores más pesadas, para que aprendan a quien deben seguir y a quien no”. “Llegaron perfectas y nadie vio nada.
“¿Llevaste a Estela para la manada?” Douglas le preguntó por el vínculo a su Beta. “No quiso irse bajo ningún concepto, incluso amenazó con su vida” el Beta le respondió con frustración. “¡Maldici0n, no puede entender la importancia de este momento!, ¿cómo puede ser tan caprichosa?”, aprovechando
El grito de agonía del lobo resonó y cayó al suelo como electrocutado, al poco tiempo dejó de moverse con sangre saliendo por todas las cavidades. “¡Maldit0 infeliz!” Elijah miraba con odio, adentro del escudo de energía que rodeaba a Douglas y sus guerreros, muy parecido a los que le gustaba usar
Una sombra silenciosa corría por el bosque hasta llegar a una mansión escondida en el medio de la nada, llena de hechizos y protecciones, pero él se había tomado casi la botella entera con sangre de esa mujer, así que, por un tiempo contado, era como una verdadera sombra. Se coló en la mansión de L
Keeva le habló por el vínculo colectivo de la manada y Michael entonces asintió reacio a dejar a su compañera y a la de Lucian. Tenía que haber aceptado que los gemelos Alfas se quedaran con él y no que fueran a luchar con Lucian. — Aisling no te expongas, por favor, no puedo perder a ninguna de u
Dos enormes lobos, uno blanco y otro negro, mortales y fieros, surcaban la noche rumbo a la mansión. Lucian confiaba en sus hijos Alfa, para que cuidaran a sus mujeres. “Tengo aquí a Charlie y está dispuesto a ser intercambiado” Aisling le dijo a Lucian. “Aisling, pero Charlie…” “No te preocupes