Keeva le habló por el vínculo colectivo de la manada y Michael entonces asintió reacio a dejar a su compañera y a la de Lucian. Tenía que haber aceptado que los gemelos Alfas se quedaran con él y no que fueran a luchar con Lucian. — Aisling no te expongas, por favor, no puedo perder a ninguna de u
Dos enormes lobos, uno blanco y otro negro, mortales y fieros, surcaban la noche rumbo a la mansión. Lucian confiaba en sus hijos Alfa, para que cuidaran a sus mujeres. “Tengo aquí a Charlie y está dispuesto a ser intercambiado” Aisling le dijo a Lucian. “Aisling, pero Charlie…” “No te preocupes
“Lo haremos al mismo tiempo, lanza el huevo y tu Omega que salga por la entrada” le propuso, cansado de tanto jueguito y con la vista solo puesta en el Dragón. — En lo que el huevo cae de tu lado, mi mujer quedará atrapada en el escudo y hecha triza. Yo entraré con el huevo a la vez que ella sale.
Ofelia había aguantado, pero tanta tensión y miedo, no lo soportaba más y menos en la situación en la que estaban, encerrados como ratas. No pudo evitar comenzar a llorar con amargura. — Así que al final, decidiste hacerte el héroe. Solo morirás con más dolor, ¿sabías? — Ambos lo harán y yo, ten
La pobre mente de Ophelia no aguantó tanta presión y miedo. “¡Aisling concéntrate en lo tuyo, yo cuido de tu hermana! ¡Si no podemos ayudar a su mate, nunca nos perdonará!” Lucian le rugió haciéndose cargo de Ophelia y Aisling miró hacia la batalla de masacre, dentro del escudo. Solo pudo sacar
“Antiguo, no podemos encontrar al Alfa y ni a su Beta. Al parecer, habían escapado antes del escudo caer” “¡¿Cómo puede ser posible?!”, pero entonces Lucian recordó ese extraño poder que le había complicado todos sus planes y que nunca había visto. “Búsquenlos por todos lados. Marco, ¿qué hay de l
— Los he reunido a todos aquí porque hay un asunto muy importante que resolver – Lucian anunció a los presentes, en esta reunión que había convocado. — Actualmente, la manada del Alfa Douglas está sin un líder al frente. Es una de las manadas más grandes del norte. Quiero que la conquistemos – fue
Cintra sentía que había caído en una caverna de agua helada y oscuridad. Luchaba por salir con todas sus fuerzas, nadar para tomar el preciado aire, pero a cada segundo se ahogaba. Era tanta la agonía, que por un instante quiso dejar de luchar y ceder a cerrar sus ojos y descansar. Pero en la su