Michael no quería ni oír mencionar el nombre de ese idiota. ¿Cómo se había atrevido siquiera a acariciar e intentar besar a su compañera? ¡Y justo en su m4ldita cara! Amath había mandado al caraj0 la prudencia y la paciencia, en cuanto vio a ese macho queriendo aparearse con su hembra, una ira ext
Amath nunca se había sentido tan nervioso e inseguro en su existencia, como cuando se detuvo frente a la mirada de su mate. Sabía muy bien como lucía y esa era una de las razones por las cuales no deseaba despertar, mejor quedarse en el olvido. Si ella lo rechazaba por como se veía, no sabía qué h
Solo ellos saben lo mucho que se aguantaron estos días y como hoy enloquecieron, al ver al tal príncipe queriéndola besar y tocándola. - No me quieras engatusar como una niña, aún no he decidido perdonarlos- le susurró divertida, aunque en su corazón, sabía que ya había perdido totalmente. ¿Cuánto
A medida que el olor se fue acercando, Amath lo reconoció. “¿Alfa, se ha despertado?”, preguntó Aron con incredulidad, la última vez, había hablado con Michael y no sabía que su lobo estaba de vuelta. “Aron, no te atrevas a acercarte un paso más allá” de repente, le llegó la advertencia de su lobo
- Michael- le dijo al masculino rubio, parado desnudo frente a ella, a pesar de las bajas temperaturas del bosque. - Nagy, no vuelvas con él, por favor, amor, no podemos soportarlo, verte con otro hombre, nos está destrozando- Michael se acercó a ella, paso a paso, suplicante. Ya su lobo había hec
- Michael, por favor… no me hieras más, no puedo aguantar una desilusión más… ver como las personas que amo y en las que confío me abandonan y me apuñalan por la espalda…- Nagy no pudo evitar quebrarse y que una lágrima traicionera se escapara de sus ojos. Claro que quería ceder, por supuesto que d
- Nunca lo había visto y tampoco se me hizo conocido su olor. - ¿Alguna vez viste al lobo del Sr. Allistar? – le preguntó por Michael y Nagy le respondió que sí lo había visto, pero era diferente al que lo atacó. Que no eran los mismos. Jamás delataría a su pareja. - Bien, entonces creo en ti –
Nagy esa madrugada se fue a dormir a su habitación. Nada más podían hacer, solo esperar a que se les diera la oportunidad de llevar a cabo su venganza. Pensaba que Michael había ido a hablar con el guerrero de su manada y que quizás no se verían hasta el otro día. Aún quedaba por ver, si Rudolf s