—Entonces eres la señorita que encontraron en las afueras del pueblo —Rouse observo a la tal Lauren, tan solo era una niña —. Dicen que estuviste al borde de la muerte, debió ser terrible. ¿Qué fue lo que te paso?—¿Eres Lauren?—Sí, soy yo.—Eres muy joven para trabajar en este lugar, ¿y tus padres?—Ya conociste a mi madre, es Hilary. Y mi padre, quien sabe, nunca lo conocí. Pero si la tal Hilary era bastante joven, y era la madre de esa muchacha. Se podría decir que no se llevaban mucho en la edad.—¿De verdad es tu madre?—Todos preguntan lo mismo —Contesta la joven recogiendo las mantas de la cama —. Mi madre no habla mucho sobre cómo se quedó embarazada de mí, pero lo que sí sé, es que lo hizo a muy temprana edad.Eso explicaba por qué siendo tan joven ya tenía una hija, lo que le extrañaba a Rouse era que la mujer del doctor mantuviera tratos con ella. Hasta donde se daba cuenta no parecía tener marido.—Bueno, si mi madre te dio trabajo, tienes que ayudarme. Tenemos que recog
Así que el sheriff era todo un misterio, bueno, tampoco se tenía que ser muy astuto para fijarse que ese sujeto no era muy amable. Sí, cuidaba al pueblo de los forajidos y hasta de los mismos forasteros, pero se le notaba que era bastante reservado.Sin embargo, a ella le tenía sin cuidado como fuese ese Tom. Mientras menos tratos tuvieran, mucho mejor. No estaba dispuesta a caer en las redes de ese sheriff, para dejarse sacar información que no deseaba contar.—Bueno, basta de charla. Será mejor que nos pongamos a cocinar ya se está haciendo tarde. Si mi madre se da cuenta de que solo hemos estado conversando, se enojara mucho.Rouse asiente, era conveniente no meterse en problemas…[…]—He revisado en todo lo ancho de tus dominios Joy, el rastro se pierde en el horizonte.—Ese camino conduce a Tombstone, se fueron a la ciudad con mi ganado.—Pudieron haberse ido a cualquier parte, Joy. Ese camino lleva a muchas partes —Tom se cala su sombrero mientras observa que el sol estaba a pun
Ese sheriff sí que era altanero, si creía que le iba a estar dando detalles de cada uno de sus movimientos o decisiones estaba muy equivocado.—Sheriff Wesley, no creo que sea correcto que sujete de esta manera a una dama —La mirada de Tom se oscureció en el acto —. No es propio de un caballero tan respetado en este pueblo.Del impacto, Tom se puso en pie empujado la silla hacia atrás bruscamente y quedando a muy poca distancia de Rouse. Esa cercanía tan inapropiada sí que llamo la atención del huésped sentado a dos mesas de ellos. Pero eso no le importo a Tom, si con ello conseguía sacarle información a esa mujer.—¡¿Dama?! De verdad, ¿usted es una dama? —Susurra sin quitarle los ojos de encima.Rouse le mantuvo la mirada, pero por dentro sospecho que ese hombre no se rendiría con tal de sacarle toda la información posible. Aparte, ¿Qué demonios con esa cercanía? Estaban demasiados íntimos, y eso no era bien visto, aunque el público fuese escaso.—¿Sheriff? —De pronto la voz de Hilar
Tom fue directo a la parte de atrás del hotel, su misión era que nadie lo interrumpiera mientras interrogaba a la supuesta señorita LeRoy… inmediatamente divisa al fondo el cuarto donde se hospedaba Rouse, se aproxima al mismo completamente decidido a la mujer; el sheriff halló la puerta abierta y sus instintos los llevan a entrar en la habitación, descubriendo que estaba vacía.—Demonios, se ha escapado —Masculla, justo al tiempo que escucha un ruido en las afueras del cuarto.El sheriff desenfundó su revólver, y caminó despacio hacia dónde provenía el ruido, el castaño observo una gruesa sabana de color blanco en medio del camino, así que la hizo a un lado bruscamente para ver quién estaba detrás de la misma, pero, para su sorpresa, lo que yacía atrás de la sabana no era lo que él esperaba ver.—¡AHHH! —El grito y la presencia de esa mujer petrifico al sheriff.—¡Rouse! —Exclama sobresaltado.—¿Pero qué demonios está haciendo? —Pregunta ella cubriendo su desnudo cuerpo con su camisó
Rouse no pretendió quedarse para ver la reacción del sheriff, así que abandono el cuarto de baño inmediatamente, y corrió al cuarto pasándole el seguro a la puerta. La rubia soltó el aliento mientras recostaba su espalda de la puerta.Estuvo muy cerca, eso fue bastante vergonzoso y humillante, pero al menos le sirvió para quitarse de encima a ese sheriff molesto.—Qué sujeto más irritante.La rubia mira sus pies sucios, al final no consiguió darse ese baño. Tendría que esperar mucho más tarde para hacerlo, al menos hasta que ese sheriff se retirara a su cuarto. Y entonces, de la nada, volvió a vivir ese momento que experimento con él, su mano puesta en su cintura, aquel apretón y esa maldita arrogancia con la que le hablaba.Era muy demandante ese Tom, bueno, la mayoría de los hombres lo eran. Pero él, poseía algo que lo volvía diferente al resto. Ella muerde sus propios labios, al pensar en los labios de Tom. Eran tan fuertes, y…—¿Qué mierda estoy diciendo? —Niega, mientras endereza
—¿Encontró lo que buscaba, sheriff?—¿Estás seguro de que estos son todos los anuncios de los bandidos?—Eso me dijeron en la ciudad, son los más actualizados.No tenía pruebas de que ella fuese lo que él estaba pesando, lo único que le quedaba era sacarle directamente la información a ella, o en su defecto, dejarla ir.También podía mantenerla retenida por su deuda, además, dudaba que al irse lo hiciera caminando. Fuera de eso, ¿Por qué una señorita se adentraría sola al desierto? Sin escolta, con tantos bandidos que se escondían afuera.Si pudo defenderse de él, no le quedaba duda que podría hacerlo de otro. Sin embargo, para como la encontró casi moribunda, le da a entender que no le había ido muy bien defendiéndose la última vez.No obstante, si logro escaparse de quien sea que la estaba agrediendo. No lo negaba, era muy perspicaz. Un rasgo poco inusual en una mujer.—Sheriff, ¿todo bien?—Te voy a encargar algo, Harry.—Usted dirá.—Quiero que mantengas vigilada a la forastera, a
—Rouse, ¿te encuentras bien? —Lauren le pregunta al verla más pálida de lo usual.—Estoy bien, terminemos aquí para poder ir a mi cuarto a dormir.Lauren asiente, pero no muy convencida de la contesta de su compañera. Ambas siguen en la cocina terminando de preparar la cena.Rouse tuvo que mentir para que esa muchacha no le fuera con los cuentos a su madre, Hilary no parecía estar muy contenta con ella, no quería darle razones para que la echara del hotel. De momento necesitaba permanecer allí, tenía un cuarto y comida, fuera de eso, era importante que recuperará sus fuerzas.En cuanto ella y Lauren terminaron de preparar la cena, la rubia se dispuso a sacar los platos para servir la cena. Algunos huéspedes ya estaban esperando por la misma, y entre ellos estaba ese hombre nuevo con el que se encontró temprano. No tenía idea de quien era, pero se lo iba a preguntar a Lauren de regreso.—Muchas gracias —Le dice el extraño, no más ella al dejar el plato sobre la mesa.Rouse se disponía
Ambos se miraban fijamente, eran dos personas demasiado orgullosas como para retirar la mirada. Y cada uno tenía sus propias razones.—¿De dónde vienes? ¿Por qué has llegado a este pueblo? Todo el mundo es consciente de que Coloma es un lugar tranquilo.—No vengo de ninguna parte.—Será mejor que coopere conmigo, si de verdad se quiere ir de aquí.—Cuando tenga el dinero que gasto con mi atención médica, se lo devolveré todo, y me largaré de aquí. No tiene por qué saber nada más de mí, señor Wesley.—¿Y cómo pretende irse? Un caballo cuesta mucho, señorita. ¿Intenta volver a robarse otro?—No me provoque, señor Wesley.Rouse le dice completamente irritada, la rubia da un paso más hacia él, y ya para ese entonces, entre ambos no existía más espacio.—¿O qué?, señorita LeRoy —Contesta con una rotunda advertencia en su voz.La rubia no toleraba que le hablará de esa manera, como si ella no supiera como defenderse de un tipo tan arrogante como él. A pesar de estar malherida, no le impedía