Tej.__ ¿No les alegra? Quiten esas caras, es mi novio, bueno no sé cómo lo quieran catálogar, pero aceptamos cualquier forma de referirse a nosotros. - mi hermana sonrió sin soltar la mano del tipo que, confiado por lo que ella dijo, aferró más sus dedos al brazo de ella.Me repetí que esto solo era una especie de juego.__ ¡Familia, no nos van a felicitar! ¡Creí que éramos muy unidos! - dijo Alma - Bueno, como sea. No importa. ¿Ya vamos a cenar?__ Estás muy equivocada si crees que este tipo de sentará en mi mesa. - escuché decir a mi madre __ ¿Porqué no? Es mi novio, mami.__ No digas tonterías, Alma. - interferí harto de su comportamiento inmaduro. - Espero que esto solo se trate de una broma, porque te juro que...__ ¿Te molesta que sostenga una relación con alguien que no soportas? - me interrumpió. - Pues te recuerdo que esa es mi vida desde que decidiste liarte con esa mujer. __ Tej, no te alteres. - me detuvo Irene. __ Déjalo, Irene. - le habló el infeliz. - No es como que
Tej.Siempre odié los hospitales, el olor que emanaba de cualquier rincón, las caras de todos los que también se e encontraban por razones similares. Todo soltaba un aroma a dolor, frustración. Emociones tan negativas que pegadizas que yo mismo deseé desvanecer a como diera lugar, sin embargo, no era una opción que pudiera tomar. Irene se encontraba recostada en mi hombro, la única forma en que pudiera quedarme quieto era esa. De no ser por ella, de seguro estaría caminando de extremo a otro, o algo peor.Se trataba de mi madre. Temí perderla. Todo en mi mente se tergiversó. Días donde lograba convencerla de ir al médico luego de las palizas que el infeliz de mi padre le daba, me quedaba por horas en un pasillo similar, esperando a que me dijeran que estaba bien. Aunque muchas veces nos tocó que pasar la noche ahí. Hasta que mi padre se daba cuenta de todo y con sus influencias lograba que la enviaran a casa para disimular que su esposa no estaba en una clínica, recuperándose de lo
Irene.Días muy pesados nos esperaron. No sabía que algo podía opacarse así, pero lo estaba viviendo. O quizá solo yo era la única que lo sentí de esa manera, porque Tej, aunque con el ánimo decaído siguió sus días. Tal vez se trató de la culpa que sentí caer sobre mí, porque desde que llegué a su vida le pasaron cosas que de seguro no había ni pensado.Quería remediarlo. Pero mi egoísta deseo de estar con él era mayor, eso era lo que más pesaba, lo que más molestaba en mi cabeza.Me vi en el espejo frente a mí y la tela blanca sobresaliendo en la parte superior me hizo suspirar. No había usado uno y estar en la primera prueba del vestido me hizo recordarlo. La ilusión me llenó. No pude evitar sonreír al saber que ¡iba a casarme! Pensarlo era algo que clavaba esa emoción en mi pecho. __ Solo diré...¡Wow! - Marissa me hizo reír estando atrás de mí. - Es simplemente perfecto para tí, corazón. __ ¿Tú crees? - me vi preguntando. __ Yo lo creo. - exclamó ella. - Pero lo importante a
Tej.__ ¿Prueba de qué? - cuestioné. __ Del banquete. - aclaró mi madre. - Deben elegirlo ustedes. __ Tienes que tener reposo. No estresarte, en lugar de hacerlo parece que te gusta estar en constante estrés. - repliqué al estar en la mesa. - Además ¿que tan complicado puede ser escoger un platillo? No es como que sea la parte importante de la boda.__ ¿Cual es la parte importante de la boda? - consultó mi madre.__ Los novios. Los anillos. Que diga "sí" y no me dejé plantado. - hice el recuento.__ Que Irene no te escuche decir tonterías, Tej. Si te deja, adivina a quien voy a tirarle las orejas. - amenazó con la cuchara en alto. Sonreí enmedio de mi masticar. - Y no te rías. __ No me estoy riendo. - puse cara seria de inmediato. - Mamá, tengo que ir al juzgado hoy. Tengo un caso sobre un divorcio en común...__ ¿A qué horas sales? Así organizo la reunión a esa hora. __ No tengo coche.__ Tienes dos allá abajo. __ ¿Te he dicho lo terca que eres?__ Sí, siete veces en los tres dí
Narrador omniscienteEl reloj de Tej marcó las ocho de la noche, un clima frío lo cubrió, todo parecía bien mientras esta salía de su oficina, perdido en la pantalla del móvil para saber si Irene había llegado a su apartamento o todavía estaba en su trabajo.Se sorprendió cuando ella le indicó que su trabajo la tenía atrasada, por lo que aseguró iría por ella.Solo que la noche tranquila que Irene había pensado tener fue opacada por la presencia de la mujer de cabello corto que entró, como si fuera dueña y señora del lugar.__ Así que casarte ¿eh? - lanzó su bolso con enojo hacia el escritorio de su hija. - ¿Quien te crees para tomar una decisión así, estúpida? __ ¿Quien te crees tú para entrar a mi oficina de esa forma? - contraatacó Irene en el mismo tono, menos mal Rosy se había llevado al pequeño Julián, de no ser así estaría presenciando la disputa que entre ellas comenzó. __ Te dije lo que debes hacer, niña. Te dejé claro que no podía hacer nada más que eso. - recalcó Alicia e
Narrador omniscienteEl reflejo de Irene en el espejo estaba cubierto por felicidad, aún enmedio de dilemas que no se resolvían, ella quería saber a qué sabía ignorar por unas horas. Por ello no dudó en poner a su hijo en brazos, caminar a la salida de la casa y sonreír como si nada más que pasar las horas que le restaban a su boda en un restaurante con Marissa, Isabella y Marina, como lo había propuesto, ya que de Tej se estaban encargando sus amigos. __ Juro que si hacen una estupidez, se quedan a dormir afuera por un año. - advirtió Marina hacia los tres antes de verlos marchar, Isabella solo se rió, despidiéndose de su esposo, pues la confianza abundaba en ellos. Por su parte Tej solo entornó los ojos porque eso sobraba, nunca se juntaban para buscar un tipo de diversión que conllevara tener compañía femenina, no siempre. Pero sobretodo esa noche estarían exentos de ello.Por su parte cuando Irene salió de su casa, un auto ya la estaba esperando, Tej se había encargado que si é
Narrador omniscientePara Irene y Tej su gran día al fin habi llegado, por ello ambos fueron abordados por sus amigos. El abogado solo tuvo tiempo de despedirse con un beso ansioso y un abrazo que no deseaba terminar de la novia. Ambos se miraron por un segundo, gritando en silencio ese sentimiento que ambos compartían.__ Te veo en el altar. - susurró Tej sobre los labios de su prometida. - Seré el que esté viéndote como idiota.__ Yo seré la que llegue al último, me pondré un vestido blanco para que me reconozcas.- jugó ella a su vez.__ Ya, ya. La novia se debe preparar y el novio...__ De eso nos encargamos. - George fue quien tomó el codo del abogado. - ¡Aiden prepara los medicamentos para que no se duerma!Tej no dijo nada, solo lo siguió pues no quería hacer enojar a su madre, la cual por mucho que amara, sabía que se había esmerado mucho en que todo saliera bien. Uno rumbo a su apartamento pensaba en las posibilidades que mucho tiempo dijo que habían de casarse, nulas según é
Narrador omnisciente.La vida se le estaba yendo de las manos a Tej a medida que la carretera y las opciones se terminaban.Para el había un único objetivo y solo era encontrar a Irene antes de que Rubén pudiera llevarla con él. Maldecía en su mente el haberla dejado sola, pero no tenía en cuenta que un descuido hubiera sido suficiente para perderla. Contrató una compañía de renta de limusinas para ella, pero no contó con que su madre fuera interceptada por su hermana la tarde en que lo hizo y sin entender lo que estaba haciendo, se le dio por decir un simple dato que no creyó fuera tan importante, pues Alma pudo actuar conforme a eso. Pero él no lo sabía aún. Lo único que pudo percibir fue desesperación, impotencia y una intensas ganas de hacer pagar a Rubén por lo que hizo. George fue quien se encargó de llamar a la compañía de renta de limusinas, pero estos contestaron que su reserva había sido cancelada horas antes, ya que el novio se encargaría de llevarla él mismo. Tej supo