Narrador omnisciente.__ El señor Rubén Alcázar es acusado de haber raptado, agredido y abandonado a Irene Castellón en un lugar solitario, por lo que, pedimos hablar con él, señor ministro. - informó el detective que se presentó a la casa de Ismael Alcázar.__ Están muy equivocados. Mi hijo salió de la ciudad desde hace tres días, por lo que veo imposible que haya hecho lo que dicen. - contestó el hombre de sesenta años, sin titubeos. - ¿En que se basan para asegurar tal cosa? __ Es algo que no puedo informar por...__ A ver, detective. Soy el ministro, puedo conseguir esa información porque usted la diga o que su superior lo obligue a hacerlo. - manifestó con un tono mordaz que al detective no le quedó mas alternativa que dar detalles que este le pidió. Algo que a su familia entera le convino, no habían más que pruebas circunstanciales, las cuales solo probaron el que Irene haya abandonado a Tej en el altar, más no que decía la verdad a estar con Rubén. Eso sería lo que el minist
Tej__ ¿De qué demonios habla? - me crucé de brazos ante la estupidez que estaba escuchando. - ¿Su hija? ¿Ahora viene a acordarse de eso? Su desfachatez era lo peor que había conocido en alguien de su tipo. __ Es mi hija, si quieren pueden hacernos una prueba y verán que es verdad, por lo tanto tengo derecho a...__ ¿Derecho? ¿De qué derechos me habla, señora? __ Alicia. - corrigió ella. - No señora.__ ¿Usted cree que puede presentarse a este sitio y llevarse a Irene solo porque es su madre? - me exalté debido al enfado. - Está mal de la cabeza si cree que voy a permitirlo.__ Es mi hija y...__ Me importa un carajo quien sea, señora. - solté. - Lo único que va a recibir de Irene es una orden de alejamiento. __ No puedes hacer eso. Conforme a la ley, yo...__ Usa la ley a su conveniencia cuando quiere ¿verdad? - selló sus labios como si le ofendiera ser tratada así. - Pero puede hacer, decir o pensar en lo que quiera. Irene no se irá de aquí con usted, señora. __ No soy...__ No
Tej.__ Con este poder, quien lo obtenga podrá mover a su disposición, sin límites, las cuentas bancarias, las propiedades y las inversiones hechas por el señor Castellón antes de su muerte. - comentó el notario, mientras yo seguía leyendo lo que el padre de Irene dejó por qué se cumpliera. «...por lo tanto, mi esposa solo tendrá derecho a la cantidad que mi hija disponga, salvo que ella no pueda tomar esa decisión» muy bien especificadas sus demandas dejaron a Alicia sin poder tomar un solo centavo del dinero de su esposo al fallecer, por ello supe que casarla con uno de sus "grandes amigos" también formó parte de sus artimañas para cambiar lo predispuesto. __ Usted dice ser su pareja, pero alguien nos contactó ayer por la tarde, solicitando el poder que quisimos entregar. - mencionó uno de los testigos. - Dijo que era de suma urgencia, porque las cantidades necesarias no las tenía. __ Soy su prometido y no pedí nada, ni siquiera estaba enterado de esto. - comuniqué con el documen
Tej.__ Deberías ir a dormir a tu apartamento. - sugirió Irene al verme acomodarme en el mismo mueble de siempre. - No pasará nada si descansas una noche.__ Eso hago. - cerré los ojos bajo el brazo con el cual cubrí mi rostro de la luz. __ Sabes a lo que me refiero, Tej. - logró que la viera. - Te ves muy agotado, desperté hace casi dos días y no sé cuánto llevas aquí en realidad, pero sé que es más que eso.__ He estado más agotado otras veces y aún asi asistir a tribunales a ganar un caso , sin ningún esfuerzo, más que una taza de café humeante. - alegué en mi defensa. La vi sonreír, avalando el que con solo un gesto me hiciera pensar en que decir o hacer para que permaneciera en su cara todo el tiempo. Escuché decir a muchos que podían hacerse adictos a algo con solo probarlo, yo lo comprobé, me hice dependiente de una sola cosa en la vida. La curva que surgía en sus labios y ponía a brillar su mirada, aún con nubarrones queriendo apagarla. __ Tej. - me habló en la mañana y me
Tej.En mi mente se repitió el día de la boda como un boomerang, donde una y otra vez la llamada para avisarme que ese tipo la tenía, se repitió. Sus palabras desesperadas porque lo entendiera, quemaron. Oír como cada herida fue hecha, me hizo apretar los músculos, mientras Irene relató como la obligaba a llamarme, amenazando la vida de Julián a la vez. Escucharla decir paso a paso cómo luchó para escapar de sus manos, fue una tortura también para mí. Los zapatos que encontramos corroboraron sus palabras, pues aún tenían rastros de su piel. Pero lo único que en mi cabeza se repitió fue lo que dijo momentos antes, un nombre salió a flote, y aunque solo lo dijo tres veces fue suficiente para que en mi tórax, una barra de hierro ardiendo se clavara. __ Siendo todo, espero que lo aquí dicho no sea divulgado. - advirtió el detective Solís. - Sobre todo, porque una de ellas es su...__ Descuide, detective. No diré nada. - aseguré en automático. No era su culpa desconfiar de mi en esta
Narrador omniscienteMientras la culpa se agrandaba en Tej, Irene prefirió no pensar en lo que seguía. Para ella, revivir una vez más lo que había ocurrido era algo que no deseaba. Solo recordar la volvía una sensible que quería borrar porque muchos se aprovecharon de ello para dañarla, por ello, solo quiso dormir un rato. George sabía que ya había dicho suficientes tonterías para hacer reír a su esposa y por ello guardó silencio dejando que a quien cuidaban, descansara un poco. Un favor que su amigo le pidió, tanto como él no preguntar sobre lo que él haría. Su hermana, ofuscada por no recibir el trato que deseaba gritaba para que la soltaran, esperando que su hermano llegara para llevarla con él y sacarla de ahí __ ¿Estaba sola? - cuestionó Tej hacia el detective. __ Revisamos todo el lugar, solo estaba ella, aunque había señales de que alguien más habitaba esa casa. - contestó el detective Solís. - Lo que nos lleva a creer que ese alguien es Rubén Alcázar es esto...De uno de l
IreneEl aire fresco me hizo cerrar los ojos y llenar mis pulmones inhalando profundamente, queriendo por ese medio, olvidar lo que mi cuerpo aún sanaba. Tej movió su mano por mi hombro, depositando un beso suave sobre mi cabeza, al tiempo que empujó la silla de ruedas. Viviana, Brenda y Roxana me esperaban con globos, un ramo de flores y una caja de chocolates frente al auto de Tej, recibiendome con una gran sonrisa. Siempre recibí su cariño, por lo que las dejé abrazarme a su gusto. __ Te extrañamos un montón. - me dijo Brenda.__ Tu oficina está repleta de flores por tus clientes agradecidos. - comentó Roxana.__ Y no quedaste mal con ninguno de tus clientes, Rosy se hizo cargo, porque lo que nosotras se refiere, aún no terminamos la nuestra, sigue y sigue y siguen llegando interesados. - mencionó a su vez Viviana. - Creo que la última publicidad rindió frutos, pero ahora nos faltan canastas.__ Por eso, incluso Rosy se las apaña para salir a flote con tanto cliente. __ No pued
Tej.Cuando creí que todo estaba controlado, tuvo que llegar una inconsciente con temas que no conocía de seguro, solo porque su estupidez no le dió para pensar que podía dañar a alguien que por poco sufrió un ataque cardíaco. En la carta especificó, según ella de todo lo que Alma estaba pasando era injusto, catalogando lo de Irene cómo que se aprovechó de la oportunidad, para dañarla por rencor en alguna estupidez. Desistí de seguir leyendo tanta tontería, acercándome a mi madre quién tenía uno mano en el pecho, sin quitar la vista de la ventana como si en el claro del día pudiera encontrar respuestas, algo que sabía que no era real, simplemente trataba de pensar y evadir algo en su mente. No iba a esconder nada ya lo había postergado demasiado tiempo y no pretendí que ella ignorara por más el hecho de que su hija había cometido varios delitos.Con sumo cuidado la llevé a sentarse a uno de los muebles, Irene no se atrevía a moverse de su lugar como si creyera que mi madre la culpa