Irene.Varias preguntas saltaron al saberme frente a la mujer que tenía frente a mí. En tanto ella caminó hacia la sala como si nos conociéramos de toda la vida, sentí la necesidad de preguntar a qué se debía su visita.Pero al final me quedé en silencio. La seguí hasta el mueble donde se sentó, colocó su bolso a un lado y suspiró indicando que me sentara a su lado tambien. __ ¿Eres amante de las plantas? - se fijó en las macetas pequeñas que tenía en algunos sitios de la sala. Algunas pintadas a mano y otras que aún estaban en proceso. - A mí me encantan, tengo mi jardín repleto de muchas de ellas. __ Sí, me gustan un poco. - seguí su conversación para romper el hielo. - Pero creo que no vino a mi casa para preguntarme si me gustan las plantas. - fui directa. - No es por ser una mala...__ No te preocupes. Entiendo tu postura y créeme, es mejor que seas directa. Me gusta. - sonrió con naturalidad. - Iré al grano, tampoco quiero interferir en tus labores. __ No es por eso, sino po
Tej.Con el pasar de los días recibí el recordatorio del caso más complicado que había tenido nunca. Había dado mi palabra y por ello, pese a como las cosas estaban entre los dos, decidí enviar el correo con el mismo archivo. Esta vez no quise revisar ni molestarme en saber si contestó, porque supuse que tampoco lo haría. Irene cortó comunicación del todo conmigo, dejó de aparecer su perfil en el sitio web de su compañía. Una semana después no quise decir nada más cuando mis amigos me preguntaron sobre cómo iban las cosas, por lo que de seguro asumieron que todo el dilema que desde un inicio fue con ella había terminado. No volvieron a sacar el tema en una conversación, ni siquiera Marina o Isabella, las cuales, siempre fueron quienes propiciaron ese tipo de pláticas. __ ¿Le puedes entregar esto a Aiden, por favor? - cuestioné a Isabella, quien se veía apurada por alguna razón. Tomó lo que le entregué, asintiendo sin siquiera mirarme. - ¿Ocurre algo?__ Solo olvidé la cita con el p
Irene.__ Me tienes cansada con tus reclamos absurdos, Rubén. - exclamé soltando el aire que había estado conteniendo. __ ¿Porqué? ¿porqué te da vergüenza aceptar que te has dejado coger de tu abogado? - espetó. No debía perder la calma, mi hijo estaba dormido y no quería gritos o golpes. __ Solo vete. - atiné a decir. Quién tenía planes seguramente de otra cosa era Tej, ya que su semblante denotó todo menos control. En mi caso solo quería que se fuera, quería estar conmigo, ya que Julián necesitaba dormir y con su padre en una misma habitación que Tej, eso no sucedería, era como estar en medio de dos cazadores que estaban dispuestos a despedazarse el uno al otro, muy distinto a mí que quería tener paz por un momento.Todos los días anteriores tuve la sensación de ahogo y cuando al fin pude calmarme sucedía esto. __ ¿Y tu, abogado donde quedó la dignidad de no verte envuelto entre las sábanas de una mujer casada? - presionó a Tej. - Porque si no lo recuerdas, sigue siendo mi mujer
Tej.Me repetí lo imbécil que estaba comportándome, no solo busqué algo que no deseó ser encontrado, si no que me vi en la penosa necesidad de hacerme replantear toda maldita vida, al tiempo que me recordé de dónde provenía.Todos los días viendo cómo mi madre trataba de esconder lo que sucedía a puerta cerrada con ese hombre que se mostraba como un ejemplo de padre frente a todos. Odiaba verlo con Alma, ya que le repitió muchas veces que ella debía estar sobre todos en el mundo, pero a mí madre la humillaba tanto que ella llegó a creer que todos esos insultos eran verdad. A una la exaltó, a la otra la rebajó como se le antojó. Por ello la primera imagen que veo, a sabiendas de lo que mi hermana hizo, logró que me dirigiera a ella. __ Dijiste que te irías de aquí ¿no? - reclamé y ambas me vieron. - Te sigo viendo, Alma. __ Hijo es tu hermana. - intervino mi madre.__ Eso no le impidió ir en búsqueda de Rubén Alcázar para decirle no sé qué tanto sobre Irene y yo. - reproché con el
IreneCon el pasar de los días desde que los clientes fueron llegando con mayor fluidez y cantidad, fui adquiriendo mayor horario laboral, en donde tenía que estar una hora más temprano en la oficina para poder atender a los primeros que llegaban, en tanto Roxana y las demás lo hacían con más calma, siendo quienes se encargaban del atender las citas y hacerse presentes en el lugar, trabajo que yo hacía antes. Pero con la situación de lo que estaba pasando referente al divorcio no podía ausentarme por tanto tiempo.Mayores ganancias, más reconocidas y eso indicaba que tendríamos más trabajo.Pero estar abarrotadas también nos dio la obligación de cumplir con todos ellos. Por ello tuve que hacerme cargo de una cita en un restaurante. Reservado el segundo piso por completo.En esta ocasión era un empresario de alta gama, el cual no necesitaba más que darle un nuevo aire a su matrimonio. Su esposa era una chica muy agradable que amaba ver mañana y eso le di. Como toda una profesional en e
Irene.Me desesperó su actitud tranquila cuando sabía que me tenía enfadada por todo lo que había hecho durante el día entero. No se puso a pensar una sola vez que me enojaría su poco tacto con mi trabajo. Necesitaba concentrarme y me lo estaba poniendo muy difícil solo porque al señor abogado se le dio por jugar al "aparezco y desaparezco" por horas. Lo vi dejar a Julián en su cuna y en completa calma detallarlo como si fuera algo que le gustara ver. No quise interrumpir su momento con él, por ello salí del dormitorio. Era mejor no ser como él, adoptar su actitud era lo último que haría. Al menos era la misión. Pero verlo aparecer con sus manos en los bolsillos como si verme enojada representara nada para él, me indicó que esto no podría acabar bien. __ Hace una hermosa noche ¿no? - dijo con un tono suave. - ¿Como estuvo tu día, gatita rosa?Apreté las uñas en la palma de mi mano. Lo hacía solo por molestarme.__ ¿Quien te crees para aparecer así en la mañana? - solté con enojo.
Irene.Verme cara a cara con Rubén, frente a un juez que nos hacía las preguntas para determinar la causa del divorcio fue algo que tuve que hacer. No quería estar atada a un hombre que se deleitaba con verme en el suelo pidiendo que se detuviera, por ello cuando el fallo a mi favor se dió, suspiré llena de alivio.Nos entregaron el documento que ya tenía listo, un bolígrafo el cual usé casi de inmediato para estampar mi firma en ese papel.Aún recordaba la las palabras dichas anteriormente ante mi acusación de que era mi agresor. __ No hay ningún registro de que sea alguien violento. No hizo la denuncia pertinente, nunca lo acusó formalmente ni hay pruebas de que así sea. - palabras duras para mí, porque era cierto. Rubén fue listo para hacer todo.Siempre que se le pasaba la mano y necesité de ayuda médica, era a una clínica distinta, donde sufría un asalto, un accidente de las escaleras o un motivo que planeaba muy bien. Le miedo no me dejó hablar en esas ocasiones y ahora notab
Irene.__ No tienes nada que hacer aquí, Ismael. Te pido que te retires. - traté de ser lo más firme que pude, al tiempo que controlé los nervios que me daba el sujeto que permaneció en el mismo lugar, sin inmutarse.__ Estás muy equivocada, Irene. Tenemos mucho de qué hablar, pero no discutir, solo darte por enterada. - reflejó la molestia de tenerme cerca. No venir de una familia con apellido distinguido para el, fue motivo suficiente para despreciarme desde el inicio. __ No tienes nada que ofrecerle a mi nieto, yo sí. Así que tienes dos opciones que creo verás la diferencia. - continuó mirando el lugar con un grado de desprecio muy notable. - Cedes la custodia por tí misma, sin tanto pleito, recibiendo una cantidad mensual por simular una separación de acuerdo mutuo o me voy por la vía legal y lo obtengo por mis medios, quedas en la calle y sin la visita mensual que estoy dispuesto a darte.La sangre se me enfrió al oír su seguridad al proponer tales cosas.__ No tienes derecho.