Tej__ ¿Te quedaste callado y ya? - la incredulidad en el rostro de Aiden cuando la pregunta de George fue dicha era la misma que yo también tenía. __ Espera, Tej. En caso de dar una respuesta¿cual hubiera sido? - intervino Aiden dejando el vaso sobre la barra. __ No sé. Ese es el punto. No sé que debía responder y tampoco quise quedarme de pie solo esperando a que mi mente lanzara la respuesta como tal. - exclamé con algo pesado cayendo por mí estómago.Desde que salí de casa de Irene tuve la misma incógnita rodando e incrustándose en mi mente. Un "quédate" hubiese bastado para que no me fuera, pero no lo dijo y en la el taburete donde estaba junto a mis amigos entendí que de seguro ella también espero un "voy a quedarme" Pero ¿como se lo decía si apenas comencé a descubrirlo? ¿Debía regresar? Las preguntas volaron mi cabeza porque lo estaba considerando y no lo descarté de inmediato como solía hacer toda la vida con lo que me trajera disturbios mentales. __ Debí sacar una licen
Tej.__ Sabes que no tolero las disputas entre mis hijos ¿verdad? - cuestionó con seriedad. - Con ninguno, Tej. __ Lo sé. - no quise decir nada más.__ Entonces ¿porqué me enteré de tu pelea que terminó en echar de tu casa a tu hermana? - preguntó con ese semblante de no querer irse sin una respuesta.Exhalé con fuerza. Esto se estaba volviendo una batalla donde para mí hermana, ganar era su meta y la mía olvidar lo ocurrido.__ Son asuntos personales, mamá. Los resolveré yo solo. - exclamé sin querer entrar en detalles, pero ella no iba a quedarse así.__ Esos asuntos personales ¿tienen que ver con la mujer de la que me habló? - ahí estaba. Justo lo que no quería, todo mundo deseando saber sobre lo que pasaba con Irene, incluso mi madre era alguien que no quería inmiscuida en ello. __ Solo olvida lo que te haya dicho, mi hermana. No quiero pelear. - dije con cierto tinte de molestia que Marissa comprendió no era buen momento para tratar. __ Es mejor que desayunemos. - cambió de te
Tej.__ ¿Te dignaste a darme la cara? - le dijo Rubén, ella ni se inmutó ante su reclamo dejando ver que no le afectaba verlo más. __ Dijiste que era para firmar algo importante. - mencionó ella con la misma actitud fría. - Supongo que es el divorcio, porque no hay nada más importante que tratar entre tú y yo.__ Te equivocas. - comentó el idiota con esa confianza en su voz que supe de inmediato que nada bueno tenía planeado, por ello solo me quedé atento a lo que decía. - Aunque no es necesario que hayas citado a tu abogado tambiénIrene me vió por un segundo con un gesto de no saber que responder, cosa que lanzó un látigo doloroso y molesto en mi tórax. Molestia mezclada con algo más, algo ácido a la vez ardió y causó que apretara los dientes al saber que no me dijo nada, ni siquiera un mensaje fue capaz de responder. __ Solo di lo que tengas que decir. - argumentó luego de pasar saliva. __ Un acuerdo entre tú y yo. Uno donde me cedes la custodia del niño y firmamos el divorcio o
Irene.Tej colocó a Julián en su cuna y se movió cuando lo cubrí pues mi hijo se había quedado dormido a medio camino. __ Gracias por traernos hasta aquí. - busqué mi cartera para darle un poco de dinero. __ Si vas a pagarme que sea de otra manera. - no quiso tomar el billete que extendí hacia él. Levanté la mirada con la ceja enarcada y se rió. - No me refiero a eso. No soy tan depravado como imaginas. Aunque si me lo pides porque quieres, no me negaría. - añadió sugerente. __ Tej, con esos comentarios tan fuera de lugar no vamos a poder estar juntos...no me refiero a juntos sino a cerca. - me trabé al tratar de corregir. __ ¿Y si quiero que estemos juntos? - movió su mano a mi mejilla. - ¿Y si quiero que dejes ese miedo?__ No es tan fácil. - admití en un susurro. - Me siento agrietada aún. No puedo asegurar una relación como la que de seguro buscas.__ ¿Que busco según tú? - no pude responder. - Dime, Irene ¿que piensas que busco? Los latidos dentro de mi pecho se volvieron ca
Irene.Varias preguntas saltaron al saberme frente a la mujer que tenía frente a mí. En tanto ella caminó hacia la sala como si nos conociéramos de toda la vida, sentí la necesidad de preguntar a qué se debía su visita.Pero al final me quedé en silencio. La seguí hasta el mueble donde se sentó, colocó su bolso a un lado y suspiró indicando que me sentara a su lado tambien. __ ¿Eres amante de las plantas? - se fijó en las macetas pequeñas que tenía en algunos sitios de la sala. Algunas pintadas a mano y otras que aún estaban en proceso. - A mí me encantan, tengo mi jardín repleto de muchas de ellas. __ Sí, me gustan un poco. - seguí su conversación para romper el hielo. - Pero creo que no vino a mi casa para preguntarme si me gustan las plantas. - fui directa. - No es por ser una mala...__ No te preocupes. Entiendo tu postura y créeme, es mejor que seas directa. Me gusta. - sonrió con naturalidad. - Iré al grano, tampoco quiero interferir en tus labores. __ No es por eso, sino po
Tej.Con el pasar de los días recibí el recordatorio del caso más complicado que había tenido nunca. Había dado mi palabra y por ello, pese a como las cosas estaban entre los dos, decidí enviar el correo con el mismo archivo. Esta vez no quise revisar ni molestarme en saber si contestó, porque supuse que tampoco lo haría. Irene cortó comunicación del todo conmigo, dejó de aparecer su perfil en el sitio web de su compañía. Una semana después no quise decir nada más cuando mis amigos me preguntaron sobre cómo iban las cosas, por lo que de seguro asumieron que todo el dilema que desde un inicio fue con ella había terminado. No volvieron a sacar el tema en una conversación, ni siquiera Marina o Isabella, las cuales, siempre fueron quienes propiciaron ese tipo de pláticas. __ ¿Le puedes entregar esto a Aiden, por favor? - cuestioné a Isabella, quien se veía apurada por alguna razón. Tomó lo que le entregué, asintiendo sin siquiera mirarme. - ¿Ocurre algo?__ Solo olvidé la cita con el p
Irene.__ Me tienes cansada con tus reclamos absurdos, Rubén. - exclamé soltando el aire que había estado conteniendo. __ ¿Porqué? ¿porqué te da vergüenza aceptar que te has dejado coger de tu abogado? - espetó. No debía perder la calma, mi hijo estaba dormido y no quería gritos o golpes. __ Solo vete. - atiné a decir. Quién tenía planes seguramente de otra cosa era Tej, ya que su semblante denotó todo menos control. En mi caso solo quería que se fuera, quería estar conmigo, ya que Julián necesitaba dormir y con su padre en una misma habitación que Tej, eso no sucedería, era como estar en medio de dos cazadores que estaban dispuestos a despedazarse el uno al otro, muy distinto a mí que quería tener paz por un momento.Todos los días anteriores tuve la sensación de ahogo y cuando al fin pude calmarme sucedía esto. __ ¿Y tu, abogado donde quedó la dignidad de no verte envuelto entre las sábanas de una mujer casada? - presionó a Tej. - Porque si no lo recuerdas, sigue siendo mi mujer
Tej.Me repetí lo imbécil que estaba comportándome, no solo busqué algo que no deseó ser encontrado, si no que me vi en la penosa necesidad de hacerme replantear toda maldita vida, al tiempo que me recordé de dónde provenía.Todos los días viendo cómo mi madre trataba de esconder lo que sucedía a puerta cerrada con ese hombre que se mostraba como un ejemplo de padre frente a todos. Odiaba verlo con Alma, ya que le repitió muchas veces que ella debía estar sobre todos en el mundo, pero a mí madre la humillaba tanto que ella llegó a creer que todos esos insultos eran verdad. A una la exaltó, a la otra la rebajó como se le antojó. Por ello la primera imagen que veo, a sabiendas de lo que mi hermana hizo, logró que me dirigiera a ella. __ Dijiste que te irías de aquí ¿no? - reclamé y ambas me vieron. - Te sigo viendo, Alma. __ Hijo es tu hermana. - intervino mi madre.__ Eso no le impidió ir en búsqueda de Rubén Alcázar para decirle no sé qué tanto sobre Irene y yo. - reproché con el