Tej.Sus labios se sintieron como la fruta del pecado, uno que sabía a gloria. Suaves, delicados y dulces.Mi mente se nubló, encerrándome en el deseo de seguir bebiendo del recipiente del pecado, deleitando mi deseo con ese movimiento tan lento al saborearlo. Nunca fui de besos delicados o suaves, pero ese tenía un no sé qué, algo atrayente que atrapó mi propia cordura ya que no quería soltarla.Un beso con una mujer que olía a flores, con una mujer que desafiaba mi razón y perturbaba mi mente, un beso con mi casamentera.Me detuve de golpe, cayendo en cuenta lo que estaba haciendo. Me empujó con sus manos y los ojos bien abiertos como si ella tampoco hubiera estado consciente de lo que estábamos provocando. __ ¡Tú me besaste! - acusó, acomodé mis pantalones al sentirse demasiado apretados de la entrepierna. - ¡No debías besarme! __ Siempre hago no que debo, pero se me fue de las manos. - recalqué y se enfadó más. - Es de esos casos complicados, donde vas con una misión a la corte
Tej__ Esto no es de tu incumbencia, abogado. - recalcó Rubén al ver que puse a Irene detrás de mí. - No te compete. Solo es una conversación entre mi esposa y yo. __ No sabía que las conversaciones eran con golpes. - ironicé. - Hasta donde entiendo, la gente normal hace un intercambio de palabras, no de puños. __ La forma en que hablo con ella no es de tu interés. No es tu cliente, ni tu nada para que interfieras. - soltó con enfado.__ Tómalo como un acto sin sentido si quieres, pero un dedo encima no le vuelves a poner. - expresé el enojo que poco a poco iba mermando. __ No te metas en esto, abogado. No tienes nada que hacer aquí, ni queremos tu presencia en nuestros dilemas maritales.__ ¿Irene, te quieres quedar con él o irte conmigo? - ni yo entendí porqué lo había dicho, pero se sintió bien. Más que eso, pareció espeluznante la forma en que ella me miró y en lugar de tratarme como un loco solo tomó mi brazo.__ Iré por mí hijo. - avisó indicando que quería que la espere en e
Irene.No era común que mi mente divagara, se distrajera o fuera tan irresponsable como para abandonarme en un lugar donde un tipo de 1,86 me besaba de la forma en que lo hacía. Debía huir, correr y esconderme en el lugar más recóndito del mundo para no volver a ser vista por ese par de ojos que lanzaron un aviso que interpreté como la perdición a la cual yo sola me estaba lanzando al no detenerlo.Pero a diferencia de otras veces, recobré el sentido. Puse una mano en su pecho y lo miré con perplejidad. __ Cuando ves algo que no quieres en tu vida, huyes. - manifesté. - No te lo agarras a besos como si no hubiera un mañana. Además ¿frente a niños? ¿en serio?__ Julián me aconsejó que lo hiciera. - acusó y quise reír por su forma de responder, siendo él de nuevo. - Da muy malos consejos. Miré a mi hijo y sentí pena por verlo reírse ante las muecas de alguien que lo acusaba injustamente. __ Eres muy creativo, señor Burton. - preferí tomarlo con diversión a evadirlo como Tej decís qu
Tej.No poder dormir era algo que tenía mucho de no pasar. Pero algo lo impedía, miré la hora y solo habían transcurrido diez minutos de la última vez que lo había visto. Era incómodo tener que voltearme en la cama una vez cada treinta segundos, como también fastidioso no encontrar la posición que requería para dormir. Froté mis ojos con frustración. Lancé las sábanas a un lado, sentándome en la cama y soltar la bocanada de aire que confirmó lo jodido que estaba. ¿En que tenía que pensar para estar así? Ese era justo el tema, no encontraba una idea central a todo. Pero lo más extraño es que ninguna era por trabajo. Exasperado por la situación me levanté yendo a la ventana, no había calor, como era habitual cuanto mi enojo llegaba. Me aseguré que eso no volviera a ocurrir, por ello me resultaba muy cuestionable mi actitud. Pensé en llamar a George o Aiden, solo que me pareció injusto tener que cargar a alguien más por un insomnio injustificado. Por ello opté por ver pasar las hor
Tej.__ Primero que todo, podrías decirme ¿porqué dices que ningún juez se ha puesto de tu lado? - me acomodé sacando una de las pastillas que traía para ponerla en mi boca y pasarla con café. - Eso suena ilógico. Según las leyes...__ Mis derechos no se han respetado ni se han tomado en cuenta al menos al saber quien es mi esposo. - abrazó a Julián, quien se quedó quieto como si quisiera darle tranquilidad a su madre. __ ¿Quien es tu esposo? Lo único que sé es que es un empresario de alta gama en la exportación de...__ Es el hijo del ministro de defensa. - mencionó y elevé la ceja dejando la taza a un lado - Busqué a unos cuantos abogados y todos me dijeron lo mismo, no querían meterse en problemas con un hombre con ese cargo.__ Pues de seguro la calidad de abogados que buscaste no era el mejor para que le tuvieran temor a un sujeto como ese. - descarté que fueran de lo que yo conocía.__ Busqué a los que mi presupuesto podía pagar. Pero puse en venta mi auto, así podré pagar tus
IreneMe estaba perdiendo en la imagen tan maravillosa de Tej con mi hijo, riendo como si no hubiera un mañana, haciendo que esas sonrisa se grabaran en mi mente como un tatuaje tan hermoso que no deseaba tuviera fin.Jamás quise incluir a nadie en la vida de mi hijo, eso no lo deseé jamás porque siempre pensé que no era mi derecho obligarlo a convivir con alguien que apenas lo conocía. Pero eso no ayudó en absoluto. No lo hice yo, ni siquiera me di cuenta cuando pasó, porque aún no asimilé que alguien más caminara a mi lado para dejarme en el trabajo. Roxana no disimuló su asombro. Rosy alargó su cuello para vernos y yo no pude detener el calor que sentí en mis mejillas. __ Dame esos cinco. - jugó Tej con Julián. - Lograste hacerlo.No me di cuenta de lo que habían hecho , pero la diversión en sus rostros me hizo desistir de preguntar. __ Estás en tu oficina. Así no te vienes en un incómodo taxi. - lo dejó en su cuna, a lo que mi hijo se aferró a sus brazos como si le parecieran
Irene.Debía ponerle un alto. Tenía que esforzarme por no caer de nuevo en lo mismo. Pero no Tej no me dió tregua, mucho menos me dejó pensar cuando sus manos me elevaron para ponerme sobre sus caderas. "Irene detenlo" mi mente lo entendió, pero mi cuerpo no dejó de ansiar su toque a cada segundo.Sus labios se adueñaron de mi boca, colocándome a horcajadas sobre él, presionó mi cintura con sus brazos, al tiempo que me perdí en disfrutar del sabor mentolado de sus labios, con notas dulces cegando más mi mente para convertirme en el manojo de emociones que me abordaron mi pecho. Abrió los ojos y lo que ahí había me dejó perpleja. No había solo deseó, tenía ansias, adoración y la más atroz necesidad de seguir besándome de la forma tan posesiva que lo hizo. __ Eres tan jodidamente perfecta. - eso fue lo único que necesité para saber lo mal que estaba por él. Tuve miedo de mí, de lo bien que me sentí a al oír su declaración, pero no lo detuve cuando me abrazó enmedio del beso que nos e
Tej.__ ¿Donde dormiste? - es la pregunta que escuché desde que puse un pie en el apartamento donde me quito el saco donde traía guardada la corbata. __ Buenos días. - mi sonrisa fue demasiado obvia, no todos los días sonreía y mi hermana lo sabía. __ Serán buenos para tí, yo no pude dormir. - alegó molesta. - ¿Eso que traes ahí es labial? Miré el cuello de mi camisa, notando la marca roja que tenía cerca del botón.__ Para que pregunto si ya lo sé. __ Exactamente. - contesté caminando en dirección de mi dormitorio. Recordando donde y con quién desperté me tenía de tan buen humor que nada podía arruinar mi día. Eso era lo malo de caer en ese abismo, los daños que causaban en la vida de quién cedía y lo hice lo suficiente como para no querer retroceder ante lo vivido. __ ¡Tej, hola! - salió Jenifer de su dormitorio justo cuando iba pasando por su puerta. - Estuve preocupada toda la noche por tí. Vi que no llegaste y estabas malhumorado en la mañana, creí que algo te había pasado.