Regresamos a la ciudad al caer la tarde, Matt nos llevo a Ale y a mí directamente al apartamento, estábamos exhaustas, mas yo por el ejercicio que hice el día anterior y mi cuerpo estaba algo adolorido. Paso un mes desde aquel fin de semana, no había visto a Mattew desde esa noche que nos dejó en casa, pero no le tomé mucha importancia, estaba enfocada en mi trabajo.
Ale y yo nos encontramos saliendo del trabajo una noche, yo iba hablando con ella tranquilamente cuando de repente se para en seco y me detiene tomandome por un brazo, la veo sorprendida por tal acto, así que la mire y ella me hece señas para que volteara hacia el frente, cuando lo hice abrí mis ojos de la impresión, allí se encontraba Mattew recostado en su carro con una ramos de rosas rojas sobre el capo, estaba con los brazos cruzados y me mira con una sonrisa.—¿Que esperas amiga? Acercate —me dice Ale en tono bajo.—Pero...—Pero nada, anda allá —dice dándome un pequeño empujón.—Pero, que se yo si viene por alguien más, además ¿y tu?—Ey Abby —escucho que me llama Matt en ese momento, sentí como mis nervios subían por mi espina dorsal en ese momento, tanto tiempo sin oír su voz y ahora que la escucho siento como me invade una alegría en mi pecho que ni yo misma sabria explicar el motivo.—Ves que si viene por ti, anda, yo te espero en casa.—Ok, nos veremos allá —me despido de mi amiga y me dirijo hacia donde se encuentra Matt— hola Mattew ¿como estas? —pregunto con una sonrisa tratando de calmarme, no quería que el notara lo nerviosa que estaba.—Hola hermosa —me da un beso en la mejilla— estoy bien.—¿Y eso? ¿Que haces por aquí?—Vine a verte —toma el ramo de rosas y me las entrega— son para ti.—Oh vaya, son muy hermosas —le digo mientras tomo el ramo— gracias.—Traje rosas porque no sabía que tipo de flores te gustan y como a todas las mujeres le encantan las rosas rojas, bueno decidí traerte estas.—Oh, si, me encantan las rosas —le digo sonriendo— bueno en realidad me gustan todo tipo de flores.—Me alegra que te hayan gustado, ¿nos vamos?—¿A donde vamos? —pregunto curiosa.—Es una sorpresa —dice mientras me abre la puerta del carro, yo entro.Íbamos por el camino en silencio, Matt estaba muy concentrado en la vía, por un momento voltee y lo vi que iba con una ligera sonrisa, transcurrieron como unos quince minutos cuando veo que Matt se estaciona en un restaurante muy lujoso, en ese momento mis nervios comenzaron a aflorar de nuevo, era la primera vez que me traían a un lugar tan hermoso, Mattew se baja y en seguida da la vuelta para abrir la puerta del carro.—Ya llegamos —me dice y me tiende una mano, yo la tomo y bajo.—¿Y eso? ¿por qué me traes a este lugar?El no me respondió, entramos al lugar, creí que nos sentiríamos en una de las mesas, pero le sorprendí al ver que seguimos y subimos unas escalera, subimos hasta llegar al balcón, me sorprendí cuando vi una mesa, pero mas me sorprendí cuando vi que solo había una mesa.—¿Por que pones esa cara? —pregunta Matt al ver la expresión en mi rostro.—Pues... Este —mis palabras no salían, estaba muy nerviosa, no sabía porque me encontraba en ese estado— es que solo hay una silla.—No sabía que eras tan detallista —me dice soltando una pequeña risa— aunque es mas que evidente.—Pues si, no entiendo —digo riendo— pensé que habría una mesa para dos.—Esa era la sorpresa que quería mostrarte —se acerca y me toma de los hombros mientras esta detrás de mi y me voltea— ¿ves esa cocina? Esta noche yo prepararé tu cena.—Matt no... —Ssshhh, solo disfruta esta noche —me dice en un susurro— aprovecha que no hago esto todos los días —dice mientras camina hacia la pequeña cocina que se encontraba en el lugar— y tampoco lo hago por cualquiera.Yo me senté en la mesa mientras observaba como Mattew cocinaba, se le veía muy alegre y se notaba que lo sabia hacer muy bien, mientras el cocinaba hablamos de diversas temas, cosas comunes, como gustos, hobbies.—Ey, hablando aqui como los locos —le digo riendo— ¿donde estuviste todos estos días?—Viaje de negocios, tenemos un problema en uno de mis negocios y tuve que irme de imprevisto.—Ah ok ¿y Luisa donde la dejaste?—Como la abuela iba a estar todos estos días en la ciudad, aproveche para que la cuidara ¿sabes? Me hizo mucha falta mi niña, y me sorprendí cuando llegue al ver lo que había crecido en tan solo un mes, cuando me vio se lanzo a mis brazos.—¡Que lindo! —digo— si me imagino que estaba emocionada por verte, de seguro te extraño muchísimo.—Si, y lo mas probable es que tenga que irme de viaje de nuevo, aun no solucionamos el problema por el cual me fui.—Oh que mal, otra vez se van a tener que separar.—Si, pero en cuando resuelva todo, me vendré tranquilo y seguiré con ella.Mattew termino de cocinar y sirvió la mesa, el se quedó de pie mientras me observaba probar el plato.—Matt busca una silla, no quiero cenar sola —le digo deteniéndome antes de probar el plato.—No, esto lo hice para ti.—Pero... Si no lo haces entonces no comeré, no es justo que después que hayas hecho todo no comas, además no me voy a comer todo esto yo sola.—Pero si no es mucho.—¿No será que estas experimentando y solo quieres que le de el visto bueno a tu comida? ¿Tan malo cocinas? —digo bromeando.—Ok —dice resiganadose y bajó, regresó con una silla y se sentó en la mesa.—Ahora si —me dice ya después de servir su comida— ya verás que no estas en lo cierto.Al probar la comida me quedé muy impresionada, de verdad sabía cocinar muy bien, tenia un sabor exquisito, no quería dejar de comer, pero no podía comportarme como si hubiera pasado cinco días sin probar bocado, así que me contuve y observé como en su rostro tenia una sonrisa plasmada—¿Aun piensas que no cocino bien? —me pregunta.—Nunca dije eso —le respondí apenada— no pongas palabras en mi boca.—Dame tu mejor critica entonces.—Bueno, si te quedó bien, pero no es para tanto —le miento.—¿Sabias que no sabes mentir? —me dice sonriendo.—¿Mentir yo? —le digo llevando una de mis manos hacia mi pecho.—Acabas de hacerlo.—Bueno, si te quedo muy rica la comida, se me hace agua la boca —digo riendo.Cenamos y continuamos hablando el resto de la velada, recogí los platos y los llevé hacia la cocina, Matt se retiro por un momento, me dijo que iria al baño, me dispuse a lavar los platos, no soy de dejarlos sucios, prefiero ordenar de una vez y dejar todo impecable, cuando voltee vi a Mattew en la mesa con una gran sonrisa y un pastel, me quede con la boca abierta, estaba muy impresionada.—Feliz cumpleaños —me dice.—¿Todo esto fue por mi cumpleaños? —pregunto acercándome hacia el.—Pues si, no podía pasar por alto —me abraza.—¿y como te enteraste de que hoy era mi cumpleaños? —pregunto confundida, nunca le dije cuando cumplía años.—Tengo mis fuentes —me mira y me sonríe.Matt me contó cumpleaños y comimos torta, después hablamos otro rato mas hasta que se hicieron las doce de la noche y Mattew me llevo a casa, pase una noche agradable, me sentí tan bien al lado de Mattew, nunca me había sentido así en mi vida, creo que me estaba empezando a enamorar, aunque me daba un poco de miedo, no sabia si el siente lo mismo por mi, por ahora lo tendré como amigo, no me atrevería a decirle que me gusta, soy muy penosa con respecto a estas cosas.—Bueno, espero que te haya gustado la sorpresa —me dice Matt mientras se recostaba en el capo de su carro mientras se encontraba estacionado en frente del edificio en donde vivía.—¿que si me gusto? ¡me encanto! —le respondo— gracias.Nos despedido y el se fue, yo me dirigí hacia adentro y me fui directo a mi apartamento, entre con cuidado para no despertar a mi amiga.—¿y? ¿como te fue? —pregunta mi amiga, quien se encontraba sentada en la sala con la luz apagada.—¡Alejandra! No hagas eso —lendigo mientras llevo una mano hasta mi pecho— ¡me asustarse!—Ay amiga, eres muy asustadiza —dice acercándose a mi y jos dirigimos a mi habitación ¿como te fue? ¿que hicieron? ¿por que llegas tan tarde?—Wou, wou, wou, son muchas preguntas ¿no? —le digo riendo mientras me siento en la cama y comienzo a quitarme los zapatos.—¡Que va! No son tantas exagerada, solo quiero saber sobre tu cita.—¿Tu crees que fue una cita? —pregunto algo inocente.—Pues claro que si amiga.—¡Oh vaya! Siempre me imagine mi primera cita un poco mas arreglada —digo haciendo un puchero.—Y amiga, tu eres hermosa así tal cual —dice y me abraza.—Gracias amiga, sabes que te quiero micho ¿verdad?.—Claro que si, yo también te quiero un montón.—Bueno ya es la una de la madrugada, así que, es mejor que nos vayamos a dormir, mañana tenemos que trabajar.
Ya había transcurrido una semana y realmente me sentía sola en aquel lugar, extrañaba muchísimo a Alejandra, ella había cambiado mi vida y había hecho una rutina conmigo, hacia mis días mas alegres, aun no había encontrado trabajo y ya me estaba empezando a preocupar, había comprado con una parte de mis ahorros un teléfono para poder comunicarme con mi familia ya que, siempre lo hacia del celular de mi amiga pero ahora como ella no estaba tuve que proponerme a comprarme uno, así le escribía todos los días a mis padre y por supuesto con Ale también.—Hola amiga ¿como estas? —dice mi amiga en un mensaje de texto.—Muy bien amiga ¿y tu? ¿como va el bebé?—Esta muy bien, justo ayer fui a hacerme un eco y pude ver su desarrollo, el médico dice que esta saludable.—Me alegra eso Ale ¿Y ya sabes el sexo? —pregunto emocionada.—Aun no se ve, pero el doctor dijo que tal vez para la próxima vez que vaya.—Como me gustaría ir contigo, pero como sabes que he gastado parte de m
Al pasar los dias recibí un mensaje —número desconocido— abrí el mensaje y me sorprendí al ver lo que decía —cada día que estoy a tu lado me siento una persona completa, siento que eres mi otra mitad y jamás me quisiera separar de ti— al leer esas palabras ya sabía de quien se trataba —¿pero como consiguió Mattew mi número?— pensé, pero no pasó mucho tiempo para saber quien pudo dárselo, Alejandra, ella era la única que no se guardaba nada, así que decidí responderle, porque ¿para que negarlo? Me gustó el texto que me había enviado, y una ligera sonrisa apareció en mi rostro —Gracias— fue lo único que pude escribirle, después de haber borrado tantas veces lo que había escrito solo se resumió en eso, y en seguida me quedé dormida ya qué, era muy tarde.Así iban pasando los días, nunca me faltaba un mensaje de Matt, diciéndome palabras muy bonitas, y explicándome porque no me había ido a visitar, me contaba como pasaba su día y como iba creciendo Luisa, las tremenduras que ya hacia
Mattew me continuó besando mientras que yo le seguía el ritmo, el beso subió de intensidad, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo hasta llegar a mi pierna, poco a poco fue subiendo mi vestido, yo me estaba preparando para el momento, nunca había tenido relaciones, pues tenía el temor de encontrarme a alguien irresponsable y que solo quisiera usarme, además, desde que una compañera del colegio me dijo que la primera vez dolía, me dio miedo, pero después Alejandra me explicó que eso sucedía era al principio, y cada día yo me iba preparando psicológicamente para el momento.—>>Ay amiga, ese momento llega sin esperarlo, cuando menos lo piensas, eso de prepararte "psicológicamente" no te funcionará<< —me llegó el recuerdo de Alejandra, un día se estaba burlando de mí, esa vez me avergonzó hasta decir ya no más.Esfumé esos pensamientos y seguí disfrutando de las caricias de Matt, nos besamos frenéticamente, como si no existiera un mañana, Mattew me pidió permi
No se en que momento me quedé dormida, pero me desperté al escuchar que había entrado una enfermera para revisar que Luisa estuviera bien, Matt se levanto y se paro al lado de la niña mientras la enfermera la revisaba, se veía que estaba muy pendiente de la pequeña.—¿Como esta? —pregunta Mattew al ver que la enfermera ya se iba a retirar.—Por ahora esta bien —le responde la enfermera con una sonrisa.—Gracias —le dice Mattew y la enfermera se retira.Al día siguiente le dieron de alta a Luisa, Mattew estaba muy contento porque a la niña no le había pasado nada grave, pero por otro lado estaba preocupado por la recuperación de Cristina, ella aun se encontraba en cuidados intensivos. Salimos de la habitación de Luisa y nos dirigimos hasta donde estaba José, me dio mucha tristeza verlo tan agobiado y desesperado, Matt hablo con él y se haría cargo de todos los gastos de Cristina, José le agradeció.Salimos del hospital y nos dirigimos a casa de Matt, pasaríamos el rest
A los pocos minutos el doctor se acercó hasta nosotros y comenzó a hacer preguntas para el historial médico.—¿Que hacía la niña al momento de perder el conocimiento? —pregunta mirándonos fijamente.—Ella estaba jugando y parándose, por un momento que no la vi... —no podía con mis nervios, mis palabras no querían salir, solo quería llorar, sentía como se me formaba un nudo en mi garganta.—Cálmate Abby —me dice Matt abrazándome por un lado— dile al doctor lo que pasó.—Al voltear la vi tendida en el suelo —terminé de decir.—¿Se había desmayado en otra oportunidad?—No, es la primera vez que le ocurre —responde Matt.—¿Tienen los padres algún familiar que sufran de epilepsia o alguna otra enfermedad?—De mi parte no —dice Matt— y hasta donde yo sé, de la madre tampoco.—¿Alguna otra cosa que necesite saber? —pregunta el doctor.—Si doctor, hace dos noches ella tuvo un accidente, pero al darle de alta dijeron que todo estaba bien. —agrega Mattew.—Ok,
Me desperté al escuchar un ruido, al abrir mis ojos me encontré con el rostro de Matthew mirándome sonriente, él se encontraba sentado a un lado de la camilla pero de frente hacia nosotras, me sonroje al verlo tan cerca de mí.—¿Por qué me ves así? —le pregunto sonrojada y sonriendo.—¿Así cómo? —me pregunta él aun con su tierna sonrisa y apoyando sus codos sobre sus rodillas y se acercó más hacia mí.—Así tan sonriente ¿es que tengo cara de payaso o qué? —le digo riendo, estaba nerviosa y solo quería disimularlo.—No, claro que no —me responde Matt— al contrario, te veo así porque eres hermosa —al escuchar aquellas palabras sentí como la sangre subía a mis mejillas, creo que ya tenía la cara roja como un tomate— y al verte así con Luisa sé que no me equivoqué.Mi corazón comenzó a latir con fuerza, al escuchar aquellas palabras sabía que quería decir algo más, ¿será lo que yo pienso? ¿se me va a declarar? No me sentía preparada para oír lo que me iba a decir, estaba
Ya iba a llegar la noche, la enfermera entró a la habitación a colocarle el tratamiento a Luisa, le midió la temperatura y al terminar salió del cuarto, Matthew y yo estábamos jugando con la pequeña sentados en el suelo, Luisa era una niña muy activa y había que jugar con ella para que gastara energías y así pudiera dormir toda la noche tranquilamente y poder descansar bien.—Ya va a ser hora de cenar, —dice Matt mirando su reloj de muñeca— voy por algo de comer —se levanta y me mira— ¿que vas a querer? —me pregunta.—Lo que tu quieras —le respondo con una sonrisa, él asiente y sale de la habitación.Yo me quedé entreteniendo a Luisa, como estábamos en el hospital, no tenía mucho con que entretenerla ya que, no contaba con sus juguetes y ya se me habían agotando los recursos para mantenerla distraída, ya la niña se estaba empezando a fastidiar con la pequeña pelota y el peluche que Matthew había llevado de casa, ya no los quería, empezó a amenazar con llorar, así que me lev