—¿y? ¿como te fue? —pregunta mi amiga, quien se encontraba sentada en la sala con la luz apagada.
—¡Alejandra! No hagas eso —lendigo mientras llevo una mano hasta mi pecho— ¡me asustarse!—Ay amiga, eres muy asustadiza —dice acercándose a mi y jos dirigimos a mi habitación ¿como te fue? ¿que hicieron? ¿por que llegas tan tarde?—Wou, wou, wou, son muchas preguntas ¿no? —le digo riendo mientras me siento en la cama y comienzo a quitarme los zapatos.—¡Que va! No son tantas exagerada, solo quiero saber sobre tu cita.—¿Tu crees que fue una cita? —pregunto algo inocente.—Pues claro que si amiga.—¡Oh vaya! Siempre me imagine mi primera cita un poco mas arreglada —digo haciendo un puchero.—Y amiga, tu eres hermosa así tal cual —dice y me abraza.—Gracias amiga, sabes que te quiero micho ¿verdad?.—Claro que si, yo también te quiero un montón.—Bueno ya es la una de la madrugada, así que, es mejor que nos vayamos a dormir, mañana tenemos que trabajar.Ya había transcurrido una semana y realmente me sentía sola en aquel lugar, extrañaba muchísimo a Alejandra, ella había cambiado mi vida y había hecho una rutina conmigo, hacia mis días mas alegres, aun no había encontrado trabajo y ya me estaba empezando a preocupar, había comprado con una parte de mis ahorros un teléfono para poder comunicarme con mi familia ya que, siempre lo hacia del celular de mi amiga pero ahora como ella no estaba tuve que proponerme a comprarme uno, así le escribía todos los días a mis padre y por supuesto con Ale también.—Hola amiga ¿como estas? —dice mi amiga en un mensaje de texto.—Muy bien amiga ¿y tu? ¿como va el bebé?—Esta muy bien, justo ayer fui a hacerme un eco y pude ver su desarrollo, el médico dice que esta saludable.—Me alegra eso Ale ¿Y ya sabes el sexo? —pregunto emocionada.—Aun no se ve, pero el doctor dijo que tal vez para la próxima vez que vaya.—Como me gustaría ir contigo, pero como sabes que he gastado parte de m
Al pasar los dias recibí un mensaje —número desconocido— abrí el mensaje y me sorprendí al ver lo que decía —cada día que estoy a tu lado me siento una persona completa, siento que eres mi otra mitad y jamás me quisiera separar de ti— al leer esas palabras ya sabía de quien se trataba —¿pero como consiguió Mattew mi número?— pensé, pero no pasó mucho tiempo para saber quien pudo dárselo, Alejandra, ella era la única que no se guardaba nada, así que decidí responderle, porque ¿para que negarlo? Me gustó el texto que me había enviado, y una ligera sonrisa apareció en mi rostro —Gracias— fue lo único que pude escribirle, después de haber borrado tantas veces lo que había escrito solo se resumió en eso, y en seguida me quedé dormida ya qué, era muy tarde.Así iban pasando los días, nunca me faltaba un mensaje de Matt, diciéndome palabras muy bonitas, y explicándome porque no me había ido a visitar, me contaba como pasaba su día y como iba creciendo Luisa, las tremenduras que ya hacia
Mattew me continuó besando mientras que yo le seguía el ritmo, el beso subió de intensidad, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo hasta llegar a mi pierna, poco a poco fue subiendo mi vestido, yo me estaba preparando para el momento, nunca había tenido relaciones, pues tenía el temor de encontrarme a alguien irresponsable y que solo quisiera usarme, además, desde que una compañera del colegio me dijo que la primera vez dolía, me dio miedo, pero después Alejandra me explicó que eso sucedía era al principio, y cada día yo me iba preparando psicológicamente para el momento.—>>Ay amiga, ese momento llega sin esperarlo, cuando menos lo piensas, eso de prepararte "psicológicamente" no te funcionará<< —me llegó el recuerdo de Alejandra, un día se estaba burlando de mí, esa vez me avergonzó hasta decir ya no más.Esfumé esos pensamientos y seguí disfrutando de las caricias de Matt, nos besamos frenéticamente, como si no existiera un mañana, Mattew me pidió permi
No se en que momento me quedé dormida, pero me desperté al escuchar que había entrado una enfermera para revisar que Luisa estuviera bien, Matt se levanto y se paro al lado de la niña mientras la enfermera la revisaba, se veía que estaba muy pendiente de la pequeña.—¿Como esta? —pregunta Mattew al ver que la enfermera ya se iba a retirar.—Por ahora esta bien —le responde la enfermera con una sonrisa.—Gracias —le dice Mattew y la enfermera se retira.Al día siguiente le dieron de alta a Luisa, Mattew estaba muy contento porque a la niña no le había pasado nada grave, pero por otro lado estaba preocupado por la recuperación de Cristina, ella aun se encontraba en cuidados intensivos. Salimos de la habitación de Luisa y nos dirigimos hasta donde estaba José, me dio mucha tristeza verlo tan agobiado y desesperado, Matt hablo con él y se haría cargo de todos los gastos de Cristina, José le agradeció.Salimos del hospital y nos dirigimos a casa de Matt, pasaríamos el rest
A los pocos minutos el doctor se acercó hasta nosotros y comenzó a hacer preguntas para el historial médico.—¿Que hacía la niña al momento de perder el conocimiento? —pregunta mirándonos fijamente.—Ella estaba jugando y parándose, por un momento que no la vi... —no podía con mis nervios, mis palabras no querían salir, solo quería llorar, sentía como se me formaba un nudo en mi garganta.—Cálmate Abby —me dice Matt abrazándome por un lado— dile al doctor lo que pasó.—Al voltear la vi tendida en el suelo —terminé de decir.—¿Se había desmayado en otra oportunidad?—No, es la primera vez que le ocurre —responde Matt.—¿Tienen los padres algún familiar que sufran de epilepsia o alguna otra enfermedad?—De mi parte no —dice Matt— y hasta donde yo sé, de la madre tampoco.—¿Alguna otra cosa que necesite saber? —pregunta el doctor.—Si doctor, hace dos noches ella tuvo un accidente, pero al darle de alta dijeron que todo estaba bien. —agrega Mattew.—Ok,
Me desperté al escuchar un ruido, al abrir mis ojos me encontré con el rostro de Matthew mirándome sonriente, él se encontraba sentado a un lado de la camilla pero de frente hacia nosotras, me sonroje al verlo tan cerca de mí.—¿Por qué me ves así? —le pregunto sonrojada y sonriendo.—¿Así cómo? —me pregunta él aun con su tierna sonrisa y apoyando sus codos sobre sus rodillas y se acercó más hacia mí.—Así tan sonriente ¿es que tengo cara de payaso o qué? —le digo riendo, estaba nerviosa y solo quería disimularlo.—No, claro que no —me responde Matt— al contrario, te veo así porque eres hermosa —al escuchar aquellas palabras sentí como la sangre subía a mis mejillas, creo que ya tenía la cara roja como un tomate— y al verte así con Luisa sé que no me equivoqué.Mi corazón comenzó a latir con fuerza, al escuchar aquellas palabras sabía que quería decir algo más, ¿será lo que yo pienso? ¿se me va a declarar? No me sentía preparada para oír lo que me iba a decir, estaba
Ya iba a llegar la noche, la enfermera entró a la habitación a colocarle el tratamiento a Luisa, le midió la temperatura y al terminar salió del cuarto, Matthew y yo estábamos jugando con la pequeña sentados en el suelo, Luisa era una niña muy activa y había que jugar con ella para que gastara energías y así pudiera dormir toda la noche tranquilamente y poder descansar bien.—Ya va a ser hora de cenar, —dice Matt mirando su reloj de muñeca— voy por algo de comer —se levanta y me mira— ¿que vas a querer? —me pregunta.—Lo que tu quieras —le respondo con una sonrisa, él asiente y sale de la habitación.Yo me quedé entreteniendo a Luisa, como estábamos en el hospital, no tenía mucho con que entretenerla ya que, no contaba con sus juguetes y ya se me habían agotando los recursos para mantenerla distraída, ya la niña se estaba empezando a fastidiar con la pequeña pelota y el peluche que Matthew había llevado de casa, ya no los quería, empezó a amenazar con llorar, así que me lev
—No tengo nada de especial, solo me gusta ayudar a las personas en la que pueda...—Eso te hace especial —me interrumpe— hay muchas personas que solo ayudan por algún interés en cambio tú no, eso de ayudar a tu amiga cuando mas lo necesitó no cualquiera lo hace sobre todo porque estas acarreando responsabilidades de otros y más cuando se trata de una criatura; esa bondad la noté en ti desde esa primera vez que te conocí cuando me ayudaste con Luisa, esa vez en el supermercado, no me conocías y aun así confiaste en mí cuando te llevé a mi casa, tu hermosa intención no vio que yo podría ser un psicópata, te arriesgaste solo al ver que necesitaba ayuda con mi bebé.Me quedé en silencio al escuchar esas palabras, nunca me habían dicho algo así y nunca le preste atención en la ayuda que brindaba a los demás yo solo al ver que alguien necesitaba ayuda si yo podía brindarsela simplemente lo hacia sin esperar nada a cambio.—Abby —toma mi mano entre las suyas— desde hace tiem