Ya iba a llegar la noche, la enfermera entró a la habitación a colocarle el tratamiento a Luisa, le midió la temperatura y al terminar salió del cuarto, Matthew y yo estábamos jugando con la pequeña sentados en el suelo, Luisa era una niña muy activa y había que jugar con ella para que gastara energías y así pudiera dormir toda la noche tranquilamente y poder descansar bien.
—Ya va a ser hora de cenar, —dice Matt mirando su reloj de muñeca— voy por algo de comer —se levanta y me mira— ¿que vas a querer? —me pregunta.—Lo que tu quieras —le respondo con una sonrisa, él asiente y sale de la habitación.Yo me quedé entreteniendo a Luisa, como estábamos en el hospital, no tenía mucho con que entretenerla ya que, no contaba con sus juguetes y ya se me habían agotando los recursos para mantenerla distraída, ya la niña se estaba empezando a fastidiar con la pequeña pelota y el peluche que Matthew había llevado de casa, ya no los quería, empezó a amenazar con llorar, así que me lev—No tengo nada de especial, solo me gusta ayudar a las personas en la que pueda...—Eso te hace especial —me interrumpe— hay muchas personas que solo ayudan por algún interés en cambio tú no, eso de ayudar a tu amiga cuando mas lo necesitó no cualquiera lo hace sobre todo porque estas acarreando responsabilidades de otros y más cuando se trata de una criatura; esa bondad la noté en ti desde esa primera vez que te conocí cuando me ayudaste con Luisa, esa vez en el supermercado, no me conocías y aun así confiaste en mí cuando te llevé a mi casa, tu hermosa intención no vio que yo podría ser un psicópata, te arriesgaste solo al ver que necesitaba ayuda con mi bebé.Me quedé en silencio al escuchar esas palabras, nunca me habían dicho algo así y nunca le preste atención en la ayuda que brindaba a los demás yo solo al ver que alguien necesitaba ayuda si yo podía brindarsela simplemente lo hacia sin esperar nada a cambio.—Abby —toma mi mano entre las suyas— desde hace tiem
Me encontraba en la sala jugando con Luisa cuando de repente suena el timbre, me levanto del piso y tomo a Luisa entre mis brazos para ver quien había llegado, nunca alguien había ido a casa de Matthew mientras yo estaba sola.—Buenas tardes ¿se encuentra Matty? —se trataba de Elisa, la tía de Luisa.—Él no se encuentra, pero si vino a visitar a Luisa puede pasar —le digo con una sonrisa.—Ah... —su rostro era de desagrado al ver a la niña— claro mi sobrina —forzó una sonrisa y pasó— hola sobrina estas grande —intento cargarla pero Luisa no quiso que ella la tomara.—Lo siento ella generalmente se lleva con todo el mundo, no se porque no se deja agarrar contigo.—¿Estas insinuando que la niña no me quiere? —pregunta ofendida.—No claro que no —le digo— debe ser porque tiene tiempo sin verla.—Ahss, no sé ni para qué pasé a ver a la niña si Matty no está, mira que quedarme con la niñera.Esta mujer no me agradaba para nada, ahora que recuerdo; la primera vez q
Después de cenar y organizar la cocina llevé a Luisa arriba, le quité la ropa y la fui a bañar, jugué un rato con ella en la tina, a ella le encanta jugar con el agua y yo aprovechaba eso para que gastara energías y así se pudiera dormir mas rápido; Luisa empezó a frotarse los ojitos, en señal que ya tenía sueño, tomé el paño y la saqué del agua, quité el tapón de la tina para desaguar. Salí del baño y acosté a Luisa en la cama para poder colocarle el pañal, una vez puesto la vestí con su pijama.Cargué a la niña entre mis brazos y comencé a acurrucarla y cantarle canciones de cuna, mientras caminaba por la habitación al darme vuelta noté que Matthew estaba parado en la puerta observándome con una gran sonrisa, me sonroje por la forma en que me miraba, decidí darle la espalda de nuevo para poder terminar de dormir a la pequeña quien ya estaba cerrando los ojos, de un momento a otro Matt se acerca y me abraza por detrás y se movía al mismo ritmo que yo, me dio un beso en la mejill
Me desperté al sentir que tomaron mi mano y me la besaron, al abrir mis ojos observé a Matthew tomado de mi mano y mirándome con una sonrisa, al ver bien noté que tenía en mi dedo anular un hermoso anillo con un pequeño diamante, mi vista de nuevo se encontró con el rostro de Matt y le sonreí.—Se que es algo inesperado —me dice— pero no puedo quedarme más tiempo callado, todo este tiempo contigo me ha hecho sentir bien y sé que eres la mujer indicada para mí, no mentí ese día en el hospital cuando dije que quería que fueras mi compañera de vida y mucho menos mentí ayer cuando dije que eres mi prometida, bueno me adelanté a los hechos, solo falta tu respuesta a esta pregunta... ¿quieres ser mi esposa?Me quedé en silencio escuchando todas esas palabras que me estaba diciendo Matthew y me pareció que era el momento más perfecto y hermoso que me podía ocurrir en la vida, me había enamorado y quería pasar el resto de mi vida con Matt.—Dejame pensarlo —le dije una vez que term
Miré mi reloj y noté que aún faltaba para que Alejandra llegara, así que decidí pasarme primero por el apartamento para organizar todo y limpiar; llegué, barrí y limpie el piso, le cambie sabanas a las camas, limpie el baño y deje todo impecable, veo la hora y me quedaban unos minutos, así que decidí darme una ducha, hacía mucho calor y estaba sudada.Llegué al terminal y veo que ya Alejandra había llegado, se encontraba sentada en una banca y en frente de ella estaba su maleta, estaciono el carro, bajo y camino hasta donde se encontraba mi amiga.—¡Abby! Amiga ¿cómo estas? —me dice Alejandra levantándose de la banca y me da un abrazo.—Ay Ale, te he extrañado mucho —le digo correspondiéndole el abrazo— ¡estas hermosa! —digo separándome de ella y observándola, llevaba un vestido de color amarillo con flores en la parte baja.—Gracias amiga, yo también te he extrañado, me tienes abandonada.—No digas eso, lo que pasa es que han ocurrido muchas cosas, pero ven —digo tom
Me desperté con el sonido de la alarma, saco mis pies de la cama y me siento, mis ojos intentan adaptarse a la luz del sol que entra por mi ventana; Alejandra y yo nos acostamos tarde hablando de todo un poco, nos pusimos a buscar nombres para el bebé, aun no sabíamos el sexo pero buscamos opciones para ambos y así se nos fue la hora hasta que nos rindió el sueño. Una vez despierta me levanté y me dirigí al baño para cepillar mis dientes y darme una ducha, al salir me vestí y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno.Preparé unos sándwiches y jugo de naranja natural, al terminar me dirigí a la habitación de Alejandra para avisarle que tenía que ir a trabajar.—Ale, ale —la llame cuidadosamente.—¿Mmm? —empieza a estirarse en la cama.—Ya Matt va a venir a buscarme, te dejé un sándwich y jugo de naranja para que desayunes.Me iba a salir de la habitación cuando Ale de un respingo se sienta en el borde de la cama y me llama.—¡Espera Abby! —me dice
—Me vine para darte espacio —me dice mientras rodea su brazo por mi cuello y caminamos hacia las escaleras.—Tus palabras me llegaron como hoja que lleva el viento —le digo mientras subíamos— gracias por tu consejo.—No es nada, para eso están las amigas, por mas que sea tu no tienes experiencia y por eso es que te da vergüenza este tipo de cosas.—Y tu eres muy experimentada —le digo con algo de sarcasmo mientras río, llegamos al apartamento y entramos, nos fuimos a mi habitación y nos sentamos en la cama para seguir hablando.—Pues tanta que ya tengo un bebé a bordo —dice agarrando su enorme panza— pero la experiencia más importante no la tengo, que es cuidar de un bebé.—Tranquila, que eso lo aprenderás pronto —le digo mientras paso mi mano por su panza.—¿Como es que tu sabes tanto de niños si no tienes ninguno? —pregunta curiosa.—Pues, a mi simpre me han gustado mucho los niños y al nacer mis dos sobrinas me apegue a ellas y las atendía mucho, son gemelas,
Pasó una semana, Alejandra decidió quedarse un tiempo conmigo antes de regresar a casa de su madre, pues había decidido que daría a luz en el pequeño pueblo donde había crecido, ya que, su mamá era quien la podía ayudar en aquellos días en que más necesitaba ayuda, más que ella era primeriza, aún le faltaba mucho por aprender, como bañar a un bebé cuando aún tiene el cordón umbilical, si el bebé sufre de cólicos no sabría que hacer, en las noches cuando tenga que amamantar, necesitaba a alguien con mucha experiencia y de confianza, y la más indicada era su madre.—Abby, ¿qué te parece Alondra Estefanía? —dice Alejandra entrando a mi habitación, se acuesta en la cama boca arriba y en sus manos tenía un libro de nombres para bebés.—¿Cómo dices? —digo algo desconcertada, pues me había agarrado por sorpresa, pues me encontraba arreglando la ropa en mi clóset.—El nombre de mi hija —dice ella colocándose de lado para mirarme— Alondra Estefanía, me gustan ambos nombres y,