—Me vine para darte espacio —me dice mientras rodea su brazo por mi cuello y caminamos hacia las escaleras.
—Tus palabras me llegaron como hoja que lleva el viento —le digo mientras subíamos— gracias por tu consejo.—No es nada, para eso están las amigas, por mas que sea tu no tienes experiencia y por eso es que te da vergüenza este tipo de cosas.—Y tu eres muy experimentada —le digo con algo de sarcasmo mientras río, llegamos al apartamento y entramos, nos fuimos a mi habitación y nos sentamos en la cama para seguir hablando.—Pues tanta que ya tengo un bebé a bordo —dice agarrando su enorme panza— pero la experiencia más importante no la tengo, que es cuidar de un bebé.—Tranquila, que eso lo aprenderás pronto —le digo mientras paso mi mano por su panza.—¿Como es que tu sabes tanto de niños si no tienes ninguno? —pregunta curiosa.—Pues, a mi simpre me han gustado mucho los niños y al nacer mis dos sobrinas me apegue a ellas y las atendía mucho, son gemelas,Pasó una semana, Alejandra decidió quedarse un tiempo conmigo antes de regresar a casa de su madre, pues había decidido que daría a luz en el pequeño pueblo donde había crecido, ya que, su mamá era quien la podía ayudar en aquellos días en que más necesitaba ayuda, más que ella era primeriza, aún le faltaba mucho por aprender, como bañar a un bebé cuando aún tiene el cordón umbilical, si el bebé sufre de cólicos no sabría que hacer, en las noches cuando tenga que amamantar, necesitaba a alguien con mucha experiencia y de confianza, y la más indicada era su madre.—Abby, ¿qué te parece Alondra Estefanía? —dice Alejandra entrando a mi habitación, se acuesta en la cama boca arriba y en sus manos tenía un libro de nombres para bebés.—¿Cómo dices? —digo algo desconcertada, pues me había agarrado por sorpresa, pues me encontraba arreglando la ropa en mi clóset.—El nombre de mi hija —dice ella colocándose de lado para mirarme— Alondra Estefanía, me gustan ambos nombres y,
—Feliz cumpleaños amor —me dice Matt y se acerca para darme un beso en los labios— te compre estas rosas —me entrega el ramo, yo lo tomo y lo acerco hasta mi rostro para oler las flores.—Gracias amor —le digo con una sonrisa desbordante— son hermosas, me encantan.Todos los allí presentes nos estaban mirando, incluida Alejandra, sus miradas desbordaban ternura, yo me intimide en ese momento, no me gustaba ser el centro de atracción, Ale entendió y dejo de mirar y le hablo a todos.—Bueno, bueno, bueno, ¿que creen que esto es un show? Sigan con lo suyo y dejen de mirar para acá.—Ale, Sheee, no seas así —le digo acercándome a ella, se que me quería ayudar pero me daba más vergüenza si armaba un espectáculo.—Lo siento amiga, pero es que se pasan de chismosos —me dice ella en un susurro— y se que este tipo de cosas te incomodan porque no estás acostumbrada.—Gracias, pero déjalo así —le digo y le abrazo para agradecerle.Matt pidió otra silla y se sentó jun
—No me mires así —le digo algo apenada.—Es que es imposible no mirarte, realmente eres hermosa.No supe que decir en ese momento, solo pude sonreír ante aquel comentario, Matthew se acercó hacia mi y subió una de sus manos hasta mi mejilla derecha y comenzó a acariciarla delicadamente con su dedo pulgar.—Tu hermosura se puede comparar con la belleza misma del universo, hasta podría decir que el mismo cielo te envidia, por tener esa belleza que se compara con el, pero que apreciamos aún más de cerca y podemos palpar con nuestras manos.—Que hermosas palabras —le digo sonriendo y tomando entre mis manos la suya— eres aquello que tanto anhele tener y que pensé que nunca iba a tener, pero ya veo que la vida me dio la oportunidad de poder conocerte y llegar a amarte como nunca antes he amado.Ese era nuestro momento, aquellas palabras me salieron tan fácilmente de mi corazón, cosa que al ser una chica tímida y reservada no creí que algo así iba a salir de mi boca, pero y
Iban transcurriendo los días, Matthew últimamente se encontraba muy ocupado en la empresa; por lo poco que me contó, estaba concretando un negocio muy importante con un cliente, el tipo era algo exigente, pero eso era algo que le gustaba mucho a Matt ya que, decía que así se notaba más la seriedad de aquel hombre.Matthew llegaba tarde a casa, y aunque se encontraba cansado siempre se tomaba un tiempo para ver a Luisa dormir un rato, se sentaba en una silla en la habitación de la niña y la observaba, yo me acercaba a él y le empezaba a dar masajes, acariciaba su cabello hasta que se relajaba, conversaba un rato con él, esas noches como se hacía tarde Alejandra y yo teníamos que quedarnos a dormir en su casa para que él no tuviera que salir a llevarnos, porque aunque le insistía en que podría prestarme el Chevette para irnos a casa el me decía que no, me decía que a esa hora podría andar un borracho en la calle y podríamos tener un accidente y él no quería que eso sucediera.
Me encontraba en mi cama cuando de repente tocan la puerta bruscamente, yo al escuchar el sonido pegué un pequeño salto del susto, puse mi mano derecha en mi pecho y en seguida me levanté al oír la insistencia al tocar, salí de mi cuarto y me dirijo a la entrada para abrir.—Abby, necesito un favor tuyo —dice Mattew entrando con Luisa en sus brazos, estaba algo alterado.—¿Que pasa Matt? —pregunto preocupada— ¿le sucede algo a Luisa?—Ammm, ¿Luisa? No, no le pasa nada, solo necesito que me la cuides por un par de días, mi mamá esta enferma y necesito ir donde ella esta,ella vive en Francia —me dice algo desesperado.—¿Cuidar yo a Luisa? ¿sola y sin saber hasta cuando? Ella esta acostumbrada a mi pero, —me detuve a pensar un momento— no creo que ella se quede varios días tranquila conmigo ya tiene por costumbre a que todas las noches duerme contigo y, me da miedo si le llegara a suceder algo mientras está conmigo, no olvido lo que pasó aquella vez mientras estaba sola con
Llego la hora de almuerzo y Matthew y Cassandra aún no habían llegado, se me hacia extraño que Matt no me haya enviado ningun mensaje y no había llamado.—Matthew y la señora Cassandra aún no han llegado —dice Alejandra de repente como si hubiese leído mis pensamientos— y es raro que no te haya avisado nada.—Tal vez tenían mucha gente delante para la consulta —le digo tranquilamente.En ese momento me llega un mensaje."Amor, voy a comer con mi madre por aquí, me dijo que le apeteció comer comida Italiana, así que, no vamos a llegar a almorzar con ustedes, perdoname ¿si?" —era un mensaje de Matthew, lo comprendí inmediatamente, su madre quería aprovechar el tiempo con él."Esta bien amor, ve tranquilo, almorzare con Alejandra y Luisa , espero que disfruten su almuerzo, aprovecha de pasar el tiempo con tu madre, ya que estas aqui" —le respondo en seguida.—Señorita Abby, señorita Alejandra, la mesa ya está servida —anuncia la señora Alicia, ella era la encarg
Ya han pasado varios día desde que Matthew decidió darle la noticia a su madre sobre nuestro compromiso, Cassandra ha reaccionado muy bien, por ahora no tiene quejas de mi, además me agradeció por el amor sin condición que le he dado a Luisa, para ella esa pequeña era alguien muy valiosa, también se sentía agradecida porque no dude desde el primer instante en ayudar a Matthew a salir adelante en su carrera de paternidad, cuando Matt le contó la historia de como nos conocimos se quedó boquiabierta, lo que yo había hecho no cualquier chica lo hubiese hecho, más si se trataban de sifrinas o mujeres interesadas.Cassandra ha mejorado mucho desde la llegada de Matthew y también la presencia de Luisa la ha ayudado un montón, el día en que escucho a la pequeña decir papá de sus ojos brotaron unas pequeñas lágrimas, yo aproveché ese momento y puse a Luisa a que diera unos pequeños pasos hacia ella, su emoción es algo que nunca se me borrará de mi memoria, en ese instante no pudo contener
Salimos de la habitación y nos dirigimos por el largo pasillo que daba hacia la sala de espera, quedaba cerca del área de cirugía, al llegar vi a Cassandra sentada en una silla con un café en sus manos.—Querida, que bien que ya pudiste salir —dice Cassandra levantándose.—Si, gracias a Dios, ¿no han dado noticias de Alejandra? —pregunto impaciente.—Aún no, pero la bebé está en el área neonatal, esta muy bien, no le sucedió nada.—¡Que buena noticia! —digo aliviada— pero me desespera no saber nada aún de Alejandra —digo con la voz quebrada.—Tranquila amor —me dice Matthew mientras me abraza, pasa su mano suavemente por mi cabeza, acaricoandola, mientras yo derramaba lágrimas en su pecho, en sus brazos encontré un refugio en ese momento.Pasaron varios minutos, nos encontrábamos sentados esperando a que saliera alguien a darnos noticia de Alejandra, de por si que mi paciencia no era uno de mis fuertes, en este momento se había vuelto una tortura, pero no pod