***************••••••••••***************>>> Savannah Stewart: No me di cuenta… Reaccioné media hora después de que él se fuera de mi habitación esa noche hace tres días. ¡Se llevó el anillo! No me percaté en qué momento Alexander se llevó consigo el anillo de compromiso que le pedí prestado a William. ¡Fuí demasiado distraída! No… Quizá en realidad nunca me importó en lo más mínimo llevarlo conmigo y por eso ni siquiera me percaté. ¿Eso me hace ser una mala mujer?No.No lo creo, le dejé claro a William que lo nuestro no volvería a suceder. Además, él tiene a esa mujer, Isabella, viviendo en su propia casa. Will es un hombre y ella es su ex novia que lo busca en cada oportunidad, ¿Nada habrá pasado entre los dos? ¡Lo dudo! Aunque me gustaría recuperar ese anillo de la posesión de Alexander. Pero… ¡Ese desgraciado me ha estado evitando a propósito! Me dijo inmadura por no querer escuchar sus tonterías y él hace una inmadurez más grande.Robar el anillo y evitarme para no
••••••••••11: 00 pm. Alexander se encontraba en el bar del club que frecuentaba con sus amigos. — ¡Wow! Realmente se sobrepasaron… — Decía Gavin Scott, mejor amigo de Alexander, viendo los documentos que le había entregado el detective al CEO Phillips después de que salieran de esa casa. — ¿Dónde están las cosas ahorita, Alex? — Preguntó Jake Smith, mientras sostenía en su mano derecha la copa con licor. — Todas están siendo trasladadas a mi mansión. Ahí dejaré que se ocupen cuidadosamente y sin que nadie se entere unos de mis sirvientes y guardias de más confianza. — ¿Pero no dijiste algo de tu mayordomo? ¿Cómo que ya no cofias en él? Deberías despedirlo. — Sugirió Gavin, mientras sus ojos cafés seguían posados en los archivos. Alexander tomó toda su bebida colocando la copa en la mesita que tenía de frente, estando ellos en una de las zonas vip del bar. — Sí. El muy maldito debe estar vendido a los Bailey y también lo dejé en vigilancia con uno de mis detectives que tengo d
— Te dije que te fueras. No perderé mi tiempo hablando contigo estando tomado. — Pidió Savannah molesta. Aún así él se dirigió a una silla en el dormitorio de ella y se sentó en la misma cruzándose de brazos y piernas. — Dije que no me iré. — ¡Habla solo entonces! No me interesa que tengas que decirme, me iré a dormir. — Decía ella acercándose a un mueble en el que tenía su cartera, misma donde guardó el anillo. Alexander observó la escena en silencio. "¿Esa era su cartera habitual? Parece nueva, ¿Se la dio William? También el teléfono de ella… No lo tenía registrado, ¿Lo cambió a propósito?" Pensó él. Ella comenzó a caminar hacia el baño de la habitación, pensando ignorarlo de esa manera hasta que se aburra y se vaya. Alexander quien seguía sentado comenzó a hablar cuando ella abrió la puerta del baño. — La noche en la que teníamos una cita y t
••••••••••8: 00 am. Alexander salía más temprano que de costumbre a su empresa ese viernes en la mañana. Savannah quien no le dió mucha atención ya se encontraba con los mellizos, sin embargo, él antes de irse se percató que no vió a Olivia por ningún lado. — ¿Dónde está esa mujer? — Le preguntó él al mayordomo. Savannah quien no estaba muy lejos de la escena logró escuchar. — Salió temprano, dijo que tenía una cita de rutina en el hospital. — Contestó ella metiéndose en la conversación. Él volvió a verla seriamente. Le pareció extraño que ella le dirigiera la palabra como si nada. Esos últimos días él la había evitado y ella tampoco hizo mucho para encontrarse con él. Savannah al ver qué Alexander se le quedó observando con una extraña expresión, volvió a hablarle: — ¿Quiere que le deje un mensaje, señor Phillips?
— La información que usted quería, está en el USB. Todo sobre el expediente médico de su padre, el señor Alfonso Phillips. — Comentó el detective. Alexander comenzó a revisarlo de inmediato en su computadora, leyendo atentamente la información de sus padres, ya que no estaba únicamente la de don Alfonso si no también doña Jessica Phillips. Los minutos pasaban y entre más lo hacían, la expresión de ese hombre tras el escritorio se comenzaba a tensar. ¡No había nada! Nada que indicara que su padre estuviera enfermo del corazón, era un hombre mayor bastante sano. "Lo supuse… Desde el inicio algo me decía que estaba mintiendo" "Mis padres siempre han gozado de excelente salud, sobre todo mi papá… ¿De pronto comenzó a colapsar?""¡Ja! ¡Si que actuó bien!"Se indignó Alexander sintiéndose bastante ofendido. "Aún así los dos se pusieron de acuerdo para llevar ese acto tan bajo" "Para buscar manipularme y hasta cierto punto, permití que lo hicieran""No puedo creer que hayan decidido
••••••••••11: 00 am. — CEO Phillips, no lo esperaba, justo iba a ir a almorzar. — Decía el médico sorprendido al ver a Alexander ingresar de pronto a su oficina. — Iba, tendrá que esperar. Tengo que hablar seriamente con usted, doctor Richard Adams. El hombre mayor sospechó que algo no andaba bien. — ¿Ocurre algo? ¿Le sucedió algo a usted o alguno de los suyos? — Preguntó preocupado. Alexander se quedó viendo los alrededores de la oficina y se sentó en una silla frente al escritorio. — Este hospital siempre ha recibido grandes ayudas por parte de la familia Phillips para ser lo que es hoy en día. Les hemos permitido estar bajo nuestro cuidado, ¿Por cuanto tiempo? ¿Seis o cinco décadas más o menos? El hombre de cabello oscuro canoso se comenzó a sentir nervioso al ver a ese CEO imponente. "¿Se dio cuenta?""¿Ya se habrá enterado de que Olivia Bailey está embarazada del enfermero Anthony Clark?"Pensó el médico, creyendo que era lo más probable y a eso se debía la obvia molesti
•••••••••5: 00 pm. En la casa de William Robinson. — Señor, es extraño que usted esté aquí tan temprano, ¿Ocurrió algo? — Preguntó doña Clarisa preocupada a su jefe. — Sí. Tengo una cita con Savannah. — Comentó William sonriente mientras subía las escaleras rumbo a su habitación. La ama de llaves, preocupada por él siguió los pasos de ese hombre ingles. — ¿Una cita? Pero… ¿La señorita Stewart no está en la mansión del CEO Phillips cuidando de sus mellizos? — Sí. Pero él tiene que quedarse con los niños este fin de semana a no ser que quiera dárselos a ella de inmediato, lo cual dudo que ese hombre haga, así que dejarán libre el fin de semana a Savannah a partir de esta noche, hasta la del domingo. — Explicó el hombre rubio. — Oh, entiendo, ¿Debería ayudarle? Tiene que lucir lo mejor posible si va por ella. — Sonrió la mujer mayor. William detuvo sus pasos en ese momento y volvió a ver hacia atrás a esa señora de sonrisa dulce. — No, de hecho es todo lo contrario. Iré como
••••••••••7: 45 pm. Esa noche en la mansión de Gavin Scott. — ¿Es en serio? Wow, realmente tu padre es todo un maldito. — Decía Gavin frunciendo el ceño. — Sé que es tu papá, Alex, que no te gusta que se hable mal de él… De ellos mejor dicho, ya que tu madre también tuvo su participación, es solo que no puedo creerlo. Mentir de esa manera a su propio hijo fue realmente bajo. El CEO Phillips quien sostenía una copa en su mano veía el licor en el interior sin decir absolutamente nada contra lo que hablaba su mejor amigo. ¡Gavin tenía razón! Alexander sabía que fue demasiado blando por el hecho de que eran sus padres. — ¿Qué harás al respecto? — Preguntó la voz grave de la tercera persona en la habitación, Jake Smith. — Si quieres mi consejo, divorciarte, es lo mejor. — Lo sé… — Susurró Alexander decaído. — No te deprimas amigo, ya volverás a encontrar el amor, por qué esa ex amante a la que tienes en tu mansión como sirvienta tampoco es la mejor opción. Probablemente te estuvo