••••••••••7: 45 pm. Esa noche en la mansión de Gavin Scott. — ¿Es en serio? Wow, realmente tu padre es todo un maldito. — Decía Gavin frunciendo el ceño. — Sé que es tu papá, Alex, que no te gusta que se hable mal de él… De ellos mejor dicho, ya que tu madre también tuvo su participación, es solo que no puedo creerlo. Mentir de esa manera a su propio hijo fue realmente bajo. El CEO Phillips quien sostenía una copa en su mano veía el licor en el interior sin decir absolutamente nada contra lo que hablaba su mejor amigo. ¡Gavin tenía razón! Alexander sabía que fue demasiado blando por el hecho de que eran sus padres. — ¿Qué harás al respecto? — Preguntó la voz grave de la tercera persona en la habitación, Jake Smith. — Si quieres mi consejo, divorciarte, es lo mejor. — Lo sé… — Susurró Alexander decaído. — No te deprimas amigo, ya volverás a encontrar el amor, por qué esa ex amante a la que tienes en tu mansión como sirvienta tampoco es la mejor opción. Probablemente te estuvo
— Nadie se irá este fin de semana. Lo siento pero todos los empleados del CEO Phillips quedarán trabajando en la mansión. — Informó el mayordomo. De inmediato los empleados de Alexander comenzaron a quejarse y murmurar entre ellos expresando su descontento. — ¡Guarden silencio! — Exclamó la ama de llaves, Nichole. — El motivo se debe a una emergencia. Todos comenzaron a prestar atención en ese momento. — La señora Bailey se quedará unos días en la mansión de sus padres, así que sus empleados si tendrán el fin de semana libre. — Continúo hablando la ama de llaves. — Sin embargo, la emergencia presentada es para informar a todos los presentes, no puede salir ni una palabra de aquí o de lo contrario el despedido será solo el principio de todo lo malo que les esperará. — El CEO Phillips sufrió un accidente automovilísticos en su viaje de regreso. — Informó el mayordomo. El silencio reinó de inmediato en el salón. Todos se quedaron atónitos, se veían los unos a los otros con incredu
Savannah dudó un momento antes de pedirle el descarado favor a la sirvienta Penélope. Sin embargo, no tenía más elecciones. William se enojó con ella y aunque sabía que él era un buen hombre y probablemente no duraría mucho tiempo molesto. Ella se había quedado sin método eficaz para lograr ver a Alexander. "Es cierto lo que dijo Will, yo… No soy nadie de Alexander, ¿Por qué me dejarían verlo si ha de estar en un hospital privado de élite?"Tras ese pensamiento, la mujer disfrazada habló a Penélope: — Quiero que me ayudes a convencer al mayordomo quien está a cargo de la mansión… Iré con los mellizos al hospital donde se encuentra Alexander. Soy nueva y se van a oponer por ser empleada oficial de Olivia así que… Te necesito conmigo… — Pidió Savannah a esa sirvienta, viéndola desesperada. Penélope exhaló sintiéndose mal por lo que había sucedido a esa pobre mujer que terminó como niñera de sus propios mellizos. — Lo haré. Pero creo que estás cometiendo un error. El encargado de
••••••••••CLANK~ La puerta de la habitación de Olivia Bailey se cerró de golpe. La hermosa mujer de cabello oscuro se dejó caer sobre la enorme y cómoda cama llorando desconsolada. "Sabía que se arruinaría todo…""¿Pero por qué es mi culpa?""¿Por qué este bebé tiene que pagar?""¿Qué debo abortarlo?""¿Qué es lo mejor para la continuidad de los negocios en conjunto con los Phillips?" "¡Al demonio!""Yo… No quiero perder a Alexander, pero si tengo que elegir uno o lo otro, tampoco pienso perder a este bebé" La hija de los Bailey se sentó sobre la cama y tomó en sus manos su cartera de mano, ella sacó el teléfono celular marcando el número de ese ex amante, Anthony Clark. — Olivia, ¿Estás bien? — Habló el hombre de inmediato del otro lado de la línea telefónica. — No… — Negó ella con una expresión cabizbaja mientras de sus ojos azules, lágrimas todavía se iban deslizando por sus mejillas. — ¿Hay algo que pueda hacer por ti, nena, cualquier cosa? Puedes pedirme lo que quieras si
••••••••••— No deberías estar aquí. Si piensas que puedes salirte con la tuya y recuperar a esos niños NO ES ASÍ. son nuestros nietos y no dejaremos que te los lleves lejos. — Decía enojado Alfonso Phillips a Savannah. La mujer disfrazada frunció el ceño mientras apretaba sus manos en puño y sus hermosos ojos verdes limón veían directamente a ese hombre mayor. Savannah quería responderle, decirle sus verdaderas a ese cruel hombre que la había hecho vivir un infierno esa noche en la que perdió a sus niños. Sin embargo, recordó que Alexander le contó que su padre padecía del corazón. Ella inhaló y exhaló intentando mantener la calma y guardó silencio. "No puedo… Yo, no quiero que él sufra lo que yo pasé al perder a mis padres" Pensó la hermosa mujer con sus ojos llorosos soportando todo lo que los padres de ese CEO le decían. — ¡Karina! — La llamó a distancia Penélope acercándose al salón de espera donde estaban los tres. Los señores Phillips volvieron a ver a la sirvienta peli
— No voy a responderle… — Susurró Savannah respecto a la llamada de William. — Um, así que si te has peleado con él. — Comentó Alexander viéndola seriamente. Savannah guardó silencio y evitó la mirada de ese CEO. Fue entonces que él lo supo. "¿Por qué han discutido?" Pensó el hombre de cabello castaño. — ¿Quieres hablar de eso? No parece que estés nada bien al respecto. Luces triste. Ante las palabras de ese hombre de ojos grises claros, Savannah se sintió incómoda. ¡No le gustaba cómo daba fácilmente con sus sentimientos! Cómo lograba descifrarla… Por supuesto que ella no se sentía nada bien.No quería terminar su amistad con William de esa manera y se sentía preocupada por la llamada que recién había recibido. — No. No hay nada de que quiera hablar al respecto. — Mintió ella, para seguidamente silenciar su móvil.— Olivia está embarazada. — Cambio te tema Alexander haciendo tal confesión. — No es mi hijo, si no de su amante. Savannah abrió sus ojos de par en par sorprend
••••••••••Al día siguiente. 9: 00 am. Hospital privado de los Adams. — Aquí tienes, no te asustes cuando veas un sangrando, ven a ginecología para asegurarnos de que todo haya salido segun lo esperado. — Indicó el doctor Adams, dándole una pequeña caja con unas pastillas a Olivia Bailey. La mujer de ojos azules se quedó viendo fijamente esas cajita que sostenía en sus manos. Desde que se casó con Alexander, su intención siempre fue formar una familia, una grande llena de niños a los que le brindaría mucho amor. Sin embargo, ninguno de sus planes salió como ella lo esperaba. Rápidamente su matrimonio se volvió un infierno cuando él le confesó la verdad. Nunca la amaría y solo fue un escalón para lograr sus objetivos. Aún así, a ella no le importó. "Intenté que él me amara" "Hice todo lo que pude por ser vista como una esposa digna…""Me esforcé, lo hice como jamás en mi vida… Creí que él cambiaría de parecer y yo obtendría su amor" "De haber sabido que ya estaba enamorado
"Volveré a comenzar de cero…"Pensó Savannah Stewart con su expresión entristecida. En ese momento, Michael y Maggie se acercaron con la cajita que se habían llevado para jugar y se la dieron a su madre. Al abrirla, Savannah la vió llena de hojas de distintos tamaños y tipos, algunas florecitas también iban en el interior de la caja blanca. — ¿Son para mí? — Preguntó ella sonriendo. — ¡A papiii! — Sonrió Michael emocionado mientras la señalaba. — ¡Siii a papiii! — Decía Maggie dando pequeños saltitos. — Ustedes… ¿Quieren verlo otra vez?— ¡Siii! — Exclamó Maggie, y Michael asintió con su cabecita. — Es tan pronto… No pueden… Él volverá mañana. No pueden ir hoy… Los mellizos aunque no entendían lo que les explicaba su mamá, si sabían que les dijo "No" e hicieron un puchero en ese momento. — Queo a papiii… — Susurró Michael con lágrimas en sus ojitos grises claros. "¡Jum! Olvidé los berrinches que hacían por ese desgraciado…" Recordó Savannah cuando estaba en la casa de ella