••••••••••11: 00 am. Al día siguiente, en la mansión del señor Christian Bailey. — ¡Papiii! — Exclamó Olivia acercándose a ese señor mayor y abrazándolo cariñosamente. — Estás de muy buen humor hoy, mi niña, ¿Sucedió algo bueno? — Preguntó él a su única y adorada hija. — Por que escuché que no fuiste a la fiesta de compromiso de Jake Smith, pensé que nuevamente habías tenido problemas con Alexander. Olivia hizo un puchero, sentandose en el descansa brazos del sofá individual donde estaba su anciano padre. Seguidamente ella recostó su cabeza suavemente sobre la de su papá. — ¡Oh papi eso es un infierno! Alexander me trata muy mal todo por qué no puedo darle bebés. — Decía ella con un tono de voz infantil y lloroso. — Pero él sabe que sigues intentándolo, ¿Cómo puede ser tan desconsiderado? Él fue quien se negó a volver a intentarlo hace poco, ¿No es así? <
••••••••••2: 00 pm. Olivia Bailey iba en su limusina de regreso a la mansión de su marido. En ese instante, un mensaje ingresó a su teléfono celular. >> Recuerda que quedamos en vernos esta noche, mi amada Reina. La mujer de cabello oscuro largo hizo una mueca de asco. "Tengo que deshacerme de Anthony, ese hombre no es digno de mí, alguien tan hermosa y fina como yo solo puede estar con Alexander Phillips" Pensó ella sonriendo. "De otro modo, si continúo con mi esposo, él no me querrá si ando con un amante" "Tengo que terminar esa relación y demostrar a Alexander que esta vez todo será diferente, me tomaré muy en serio nuestro matrimonio" Pensó ella llamando a su amante. — Amor, no esperaba tu llamada, ¿Cómo te encuentras? ¿Estás teniendo un lindo día? — Preguntó el enfermero, Anthony Clark, del otro lado de la
••••••••••En la casa del CEO William Robinson. El hombre ingles recién ingresó siendo recibido por la ama de llaves. — Señor… ¿Está usted— William asintió rápidamente sin darle tiempo a la señora mayor de hablar. — Lo sé, ella se quedará a vivir aquí… Solo trata a Isabella como una invitada especial, más no permitas que cruce esa línea. Clarisa hizo un gesto de preocupación y asintió con su cabeza. — Entiendo señor, haré tal como me dice. — ¿Dónde está ella ahorita? — Preguntó el hombre rubio. — En el jardín trasero, dijo que tenía ganas de nadar y ya que es una agradable noche… Está ahí. La señorita Isabella Wilson se ha portada bastante decente, lo que me parece extraño. — Por supuesto que se va a portar bien, quiere que baje la guardia con ella. — Decía William comenzando a subir las escaleras rumbo a su habitación. <
••••••••••En la hora actual, en la mansión del CEO Phillips. — ¡Te dije que no hay necesidad de un divorcio! — Exclamó Olivia levantándose del sofá individual donde estaba sentada. — No quiero eso para nosotros, Alexander, sé que comenzaste falsamente conmigo, sé que todo fue tu plan al comienzo, pero ¿Por qué no lo intentamos de verdad? Estamos casados, podemos llegar a amarnos si solamente— — No hay nada que intentar. — La Interrumpió Alexander viéndola con frialdad. — Te dije que nunca te he amado y también me cansé de hacernos daño con los abortos forzados que tuviste… Fue suficiente. El CEO Phillips, el cual estaba aún sentado en un sofá individual, suspiró con pesar. Las lágrimas comenzaron a asomarse por los hermosos ojos azules de la hija de los Bailey. — Alexander yo realmente te amo. — Confesó ella. — Aunque no me creas, lo hago. Te amo demasiado… ¿Cómo puedes ser tan cruel conmigo? — Decía ella con un tono de voz quebradizo mientras lo veía fijamente, con las lágrimas
— ¡Veré por mi misma! — Exclamó Savannah apartando el brazo con el que Alexander la retenía, cuando en ese momento el teléfono celular de ella comenzó a timbrar. — ¡Lo que faltaba! — Exclamó ella sacando su móvil. Una llamada de William. Savannah abrió sus ojos en gran manera, sorprendida y se distanció un poco de Alexander. "¿Por qué me llama a estas horas? ¿Habrá pasado algo malo?"Pensó la bella rubia dudando si contestar. Alexander, que se enfocó más en cerrar todas las ventanas abiertas en la laptop, no se percató de quien llamaba a Savannah. Ella salió de la oficina de su jefe. — Me iré a casa, te espero a las 9pm. — Informó Savannah, retirándose. Alexander, quien se había sentado de nuevo en su silla exhaló aliviado. "Maldición… Por poco descubre que Olivia sabe de ella y el tipo de relación que tenemos" Pensó el CEO inquieto. …..Mientras Savannah iba saliendo del edificio, hablaba con William al teléfono. — Te respondí por una excepción, pensé que algo malo te habí
Alexander reaccionó bastante aturdido por la noticia que le daba la hija de los Bailey. — ¿De…de que hablas? ¿Mi madre? Ella… No me ha dicho nada, nadie me ha avisado na— — Solo ven, date prisa yo ya me encuentro aquí con ellos… La verdad no querían que lo sepas pero les convencí y te llamé. — Decía Olivia con un tono de voz bastante serio. Entonces, ya no importaba si era o no mentira, él tenía que ir si o si, necesitaba saber la verdad. ••••••••••Mientras Savannah arreglaba un poco su maquillaje, se dio cuenta que tenía un mensaje de texto por el sonido que emitió su móvil. Ella lo tomo descuidadamente y al desbloquear vió que se trataba de Alexander. Ella leyó de inmediato el mensaje: >> No puedo ir. Después te explico. << — ¿Eh? ¿No puede y ya…? No puede y… ¿Eso es todo? ¿Ninguna disculpa? ¿Ni siquiera una llamada? Se preguntaba la hermosa rubia comenzando a sentirse furiosa al punto que casi avienta su teléfono al suelo. "No… Tengo que calmarme… Quizá algo importante
••••••••••Tanto los padres de Alexander como los de Olivia, estaban presentes esperándolos a ambos. "Así que ella no me mintió en eso, realmente estaban organizando una reunión familiar" Pensó el CEO Phillips. — ¿Puedo saber por qué no me dijeron nada con tiempo? — Preguntó Alexander a sus padres, después de haber dado un saludo general. — Era la mejor opción. — Habló el padre de Alexander, Alfonso Phillips. — Tu esposa, nos ha dado información muy importante, que ya hemos confirmado. Alexander supo de inmediato a qué se referían. — ¿Cómo no nos dijiste antes Alexander? — Preguntó Jessica Phillips, la madre de él, con una expresión cabizbaja. — Sabes todo lo que ha sufrido tu esposa, intentando una y otra vez terminar un embarazo con éxito y dar a luz a un hijo tuyo. Tú teniendo dos bebés escondidos con otra mujer, debiste decirnos. La salud de tu esposa no se hubiera visto afectada. — Temo que tu madre tiene razón Alexander. — Volvió a hablarle, Alfonso. — Es por eso que te
Después de pedirle que se fuera, Savannah no escuchó respuesta alguna por parte de Alexander, lo que le pareció extraño, ella volvió a ver por el ojo de la puerta. Él seguía ahí, de pie e inmóvil esperando que ella abriera. — ¡Te dije que te fueras! — Volvió a decir ella con un tono de voz alto. Él respondió algo y ella pudo verlo por el movimiento de sus labios, más no escuchó lo que ese hombre castaño había dicho. Savannah se distanció de la puerta, no quería verlo. Ella recostó su espalda sobre la puerta, estando de pie, hizo un puchero, la mujer rubia se resistía a si misma de querer saber que tenía que decir Alexander. El timbre volvió a sonar unas cuantas veces más. — ¡Vete! — Gritó ella. Savannah se giró nuevamente hacia la puerta y aseguró bien la entrada, para seguidamente dirigirse a las escaleras y rápidamente subir hasta su habitación. <