Alexander Phillips no quería decirlo, pero después de todo había dado su palabra a Savannah. — ¿Por qué dudas? — Preguntó ella de nuevo terminando de tomar el vino en su copa. — No es que no pueda o no haya querido hijos. Hubo un tiempo en el que lo quise. Savannah aún no entendía de que hablaba Alexander. — Explica bien, no seas tan ambiguo. — Olivia está enferma, ella no puede tener embarazos normales por complicaciones hormonales y al parecer uterinas. — Confesó Alexander serio. — Sí intenté tener hijos con ella, más que todo por qué nuestras familias así lo querían y así lo quieren aún. — Cuando dices que no pudo tener embarazos normales… ¿De que hablas? — Se embarazó en cinco ocasiones y abortó en todas ellas, por supuesto, fue involuntario. Su familia la sigue presionando con tratamientos en distintos países y con médicos de excelencia después de que se supo que no había más opciones. Savannah se quedó atónita. Ella no sabía que decir o tan siquiera que gesto hacer. Se
12: 30 am.Savannah se encontraba frente a la puerta de la habitación de Alexander. Ella tocó dos veces, pero no obtuvo respuesta. Los nervios la invadían y sus manos se encontraban sudorosas por la misma razón, pero ella ya había tomado una decisión. Posó su mano derecha en la manija e intentó ver si la puerta no estaba asegurada. Para su sorpresa, no tenía seguro alguno y se abrió. Ella ingresó a la habitación, una más grande, elegante y espaciosa que la de ella. "Esta debe ser la habitación principal de la casa" Pensó la joven viendo de inmediato todo a oscuras, excepto por las puertas de cristal del balcón que continuaban abiertas y podía verse la luz de luna iluminando esa noche. La silueta de espaldas de ese hombre, el cual estaba sentado en un sofá individual cuya vista iba dirigida hacia el balcón, fue notada por Savannah. Ella comenzó a caminar despacio, conforme más se acercaba vió en la mesa una botella de whisky medio llena. "¿Él ha estado tomando?"Pensó ella.
••••••••••7: 30 am. Savannah abrió sus ojos parpadeando varias veces. Ella se sentó sobre la cama. Aún estaba en la habitación de Alexander, la claridad de una nueva mañana iluminaban el interior de la amplia habitación. Ella se puso de pie cubriendo su cuerpo desnudo con una sábana ligera y comenzó a caminar al anexo de la recámara. "Alexander no está… Probablemente fue con los mellizos" Pensó Savannah, para después dirigir su mirada en la mesita al lado del sofá individual donde Alexander y ella se dejaron llevar por la pasión esa madrugada. Savannah se sonrojó. "¡Dios mío, no lo puedo creer! ¡Me he confesado a ese desgraciado!" Pensó ella acercándose a la mesita y tomó con su mano el anillo de Alexander. "Él no se lo volvió a poner…" Tras ese pensamiento, Savannah escuchó el sonido de la puerta al abrirse. Alexander ingresó a la habitación, ya duchado y usando otra vestimenta. — Oh, ya estás despierta, venía a avisarte que el desayuno está listo, los bebés están inqu
Mientras el CEO Phillips y su secretaria iban en el automóvil conducido por el chófer de él. Savannah se debatía si preguntar al respecto o no sobre el tema del que la esposa de su jefe había hablado. — Alexander, tú— — No preguntes nada. — La interrumpió él de inmediato. — No estoy de humor para hablar ahorita. — Informó volviendo a ver hacia la ventanilla de su sector. "Así que… ¿No quiere hablar conmigo sobre absolutamente nada?""¿Es por qué se encontró con esa mujer? La relación de ellos parece ser tan tensa…""Fue realmente horrible estar ahí de espectadora""Ahora entiendo por qué no le importó quitarse el anillo de bodas" Tras esos pensamientos Savannah decidió no insistir, después de todo, ella no quería discutir con él por una tontería. ••••••••••En ese mismo momento, en el hospital privado del doctor Adams; Olivia quien s
••••••••••Unas horas atrás en la mansión de Alexander, él y Olivia ya se preparaban para salir e ir a la fiesta de compromiso de Jake Smith. — Alexander, ahí estás. — Sonrió Olivia viendo a su esposo bajar por las escaleras, perfectamente vestido con un traje oscuro. — Te ves muy apuesto, ¿Cómo piensas que me veo yo? Claro, supongo que perfecta~ después de todo soy bellísima~ — Sonreía ella engreída hablando de si misma. Alexander frunció el ceño cuando quedó frente a esa mujer de cabello largo oscuro. — Vámonos. — Decía él cortante dirigiéndose a la salida. Olivia se molestó siguiendo los pasos de ese hombre y fue en ese instante, que sus ojos azules claros se posaron en la mano izquierda de Alexander. — ¡Espera ahí! — Exclamó Olivia. — ¡¿Dónde está tu anillo?! — Gritó ella enfurecida. Alexander detuvo sus pasos y volvió a ver hacia atrás. Su mirada se encont
— ¿Dejarlo de inmediato? Will, no eres nadie para pedirme o bueno, exigirme, por que eso es lo que estás haciendo aquí y ahora. — Decía Savannah poniéndose de pie bastante molesta. William la miró hacia arriba, estando él aún sentado en el sofá. — Sabes que no lo quise decir de ese modo, solo no quiero que él te rompa el corazón. — Recalcó él. — No es un buen hombre, siempre ha tenido una muy mala fama de mujeriego, engreído, insoportable y mucho más. En cambio yo— — ¡Suficiente! Ya tuve suficiente Will, no quiero discutir más contigo, vete por favor. — Pidió Savannah inquieta. Una parte de ella sabía que ese hombre ingles tenía razón. Una parte de ella se sentía tonta por defender y querer tanto a Alexander Phillips. "Yo echando a Will por que habla mal de ti, y tú seguramente en esa fiesta, tomando, bailando y exhibiendo a esa mujer con la que te has casado por ambición"Pensó Savannah de su jefe, cabizbaja. William quien ya se había levantado del sofá, se acercó hacia esa muj
Savannah Stewart paseó su verde mirada en los alrededores con nerviosismo. Alexander se quedó observando a esa mujer, expectante. Seguidamente, ella apoyó sus manos en los hombros de Alexander y se puso de puntillas susurrando al oído de él. — Él está aquí… Will…Una semi sonrisa curvó los labios de ese CEO, quien entendió ahora, todo el accionar de ella. — ¿Por qué vino a verte desde Inglaterra? ¿Quiere volver contigo? — Preguntó el CEO Phillips con un tono de voz bastante bajo y más pacífico. — Algo así. No, la verdad es que sí, él si vino para hablar de nuestra relación y… Volver conmigo. — Respondió ella sincera, viendo fijamente a los ojos de su jefe. Alexander, quien tenía aún sus manos en la cintura de ella, las fue bajando lentamente a las caderas de esa atractiva mujer. — Eso no va a pasar. No voy a permitirlo. — Respondió él tajante. —
••••••••••Media hora atrás, en la casa de Savannah Stewart. Ella se encontraba en la cocina de pie frente a su ex novio, William. — Tienes que irte, Will, lo siento pero será mejor que no me busques más. — ¿Qué? ¿Por qué? ¡No es justo Savannah! ¿Qué te dijo ese hombre para que ahora vengas a echarme de esta forma? — Tú y yo ya terminamos. Te dí una oportunidad en Inglaterra y simplemente no resultó. — ¡Mientes! No me diste ni siquiera la más mínima oportunidad; cuando uno da una oportunidad en una relación romántica es por qué va a dar su mejor esfuerzo, lo mejor de ti, intentarlo con seriedad. PERO NO. tú no hiciste eso, tú seguías aferrada a ese hombre que jugó contigo, te hirió y te soltó como basura, sin importarle que pasó después contigo… No es justo… Yo sí lo intenté en serio. — Susurró él esa última frase cabizbajo. Savannah guardó silencio viendo con frialdad a Will