Uno, dos y tres besos que empezaron cortos y después de esa cifra, Savannah perdió la cuenta cuando cerró sus ojos y continúo dejándose guiar por esa voraz boca que mezclaba lascivamente su lengua con la suya. Alexander se separó sorpresivamente de Savannah con rapidez después de ese beso. Ella quedó un poco aturdida respirando agitada mientras su vestido que ya había sido bajado del cierre se le había deslizado hasta sus caderas dejando a plena vista su sostén y sus pechos bajo el moviéndose al ritmo de su acelerada respiración. — Te estaré esperando afuera. — Informó Alexander saliendo rápidamente de la habitación en la boutique lujosa donde Savannah se había estado probando las ropas elegidas. "¿Qué… Qué acaba de pasar?"Pensó ella inquieta y con su rostro colorado se quitó la ropa y eligió un traje de dos piezas bastante recatado el cual comenzó a ponerse rápidamente. …..
Alexander en ese momento se dio cuenta que había hablado de más. No quería revelar detalles de lo que habían sido esos casi tres años de vida matrimonial. — Sí… — Susurró él desviando su mirada de la de Savannah. La hermosa mujer rubia se levantó en ese instante de la silla en la cual estaba sentada frente al escritorio de ese CEO. — ¿Sí? Quiere decir que… ¿Ella te está engañando y tú lo sabes? — Preguntó ella sorprendida. Alexander exhaló y volvió a ver con una expresión de molestía a Savannah. — Sí. — JAJAJA~ — Savannah no pudo evitar echarse a reír a carcajadas. — ¡No lo puedo creer! Jajaja~ el famoso CEO Phillips con cientos de mujeres a su alrededor que lo desean y cambia de amante al mes~ jaja~ no pudo mantener feliz a su esposa~ Por supuesto, Savannah reía creyendo que él lo tenía muy bien merecido. Después de todo, ella no era conscient
••••••••••9: 00 am. En la casa de Savannah Stewart, ella recién terminaba de darles de desayunar a sus hijos. — Iré a prepararles el baño señorita. — Decía María amablemente. — Claro ve y ya después tienes el resto del día libre. — ¿En serio? ¡Que bueno! Se lo agradezco mucho, saldré a la ciudad, por si necesita algo. — No, estoy bien. — Sonrió Savannah, hasta que escuchó el timbre de la puerta principal y su expresión cambió a una seria. "¿Ya vino, tan temprano?" Pensó ella dirigiéndose a la puerta. — ¿Tú no dormiste nada, eh? — Preguntó Savannah apenas abrió la puerta y sus ojos verdes limón se encontraron con esos grises claros. — Estaba impaciente~ — Bromeó Alexander pasándole de lado a Savannah e ingresando a la casa de ella. — ¿Dónde están mis hijos? — Esperando el baño, iré a encargarme de ellos y una vez li
Tras esa pregunta de su asistente Lucy, Olivia Bailey hizo una expresión de desagrado. — ¡No digas tonterías! ¡Solo tienes que obedecerme y ya! — Exclamó ella yendo a tomar su almuerzo. "Cuando me dí cuenta del verdadero tipo de hombre que era Alexander, me sentí decepcionada" Pensó la hermosa hija de la familia Bailey. "Probablemente no me hubiera casado con él, pero él fue más astuto, cuando lo supe ya era su esposa""Ya los negocios de nuestras familias estaban avanzados, ya era imposible una cancelación" "Lo peor de todo… Ya me había enamorado de su falsa personalidad, esa con la que me enamoró mientras me cortejo" "Un hermoso sueño del que no me hubiese gustado despertar" "¿Cuántas amantes a tenido desde entonces? Jaja~ ya perdí la cuenta" "Pero ninguna podrá quitarme a ese hombre, de eso estoy 100% segura" "No importa si no m
***************••••••••••***************Savannah Stewart: Yo no dije ninguna palabra… respecto a su prisa. Él canceló los planes que teníamos. Supuse de inmediato que algo había sucedido, algo de la compañía, amistades o inclusive de su matrimonio. ¡Si hubiese estado en la cocina, probablemente le hubiese tirado la cena encima, disgustada!Me sentí un poco triste, sí, no podría negarlo. Cómo una tonta me ilusione por un momento. Se sintió tan bien y hasta fuí feliz ese día, que por un momento imaginé como sería si dejará que él sea reconocido como el padre de mis hijos. Pero todo se derrumbó con unas cuantas palabras. ¿Cuando aprenderé que ese hombre no es alguien bueno a quien amar? …..Veía esos bellos ojos de un tono gris claro, mismo que heredaron mis amados mellizos. Ese hombre sin n
Faltando treinta minutos para la media noche. Savannah abrió la puerta de inmediato, apenas fue tocada. Alexander Phillips se sorprendió de la rapidez con la que esa mujer atendió frente a la puerta. Una semi sonrisa se mostró en el rostro de ese CEO. — No pensé que estuvieras tan ansiosa esperándome~ — Bromeó él, ingresado a la casa. — Solo quería lanzarte la cena encima por haberla rechazado antes~ — Respondió ella molestándolo en tono juguetón. Alexander volvió a verla seriamente. — Ahora que lo mencionas, aceptaré la cena.— ¿Y eso? ¿No dijiste que comerías en tu hogar cuando te fuiste? — Preguntó Savannah siguiendo a su jefe, quien caminó ignorando a la hermosa rubia. Alexander se dirigió a la cocina.— Llegue tarde, ¿No recuerdas que nos retrasamos en el baño? Savannah comenzó a calentar la cena, la cual había guardado antes sin si quiera probarla, ya que ella se sintió tan mal sentimentalmente, que no pudo comerla. — Ve al salón comedor, te demostraré que mi estofado e
— ¿Así que no pueden dormir? ¿Ustedes tienen idea de que hora es ya? — Preguntó Alexander viendo seriamente a los pequeños mellizos en sus cunas. Maggie quien estaba sentada y llorosa le veía fijamente, en cuanto a Michael quien estaba de pie en su propia cuna, extendió sus brazos hacia él para que le sacara de ahí. — ¡Ale! — Le llamó el niño agitando sus bracitos para que le alzara. Alexander se acercó a su hijo y se inclinó hacia él, viéndolo seriamente. "¿Ale? En el parque de diversiones no dejaba de decirme solamente: Hey" "Supongo que ya avance, ahora al menos acorta mi nombre" Pensó él sacando al niño de la cuna. "¿Qué los habrá despertado?" Pensó ese hombre perfectamente vestido viendo los alrededores y haciendo una expresión de disgusto. — Bueno… Yo tampoco podría dormir en una habitación tan fea como esta, ahora que la veo mejor. Los entiendo. — Comentó él para si mismo. — La enviaré a remodelar, aunque tu terca madre no quiera aceptar nada de mí para ustedes. — ¡
••••••••••Un día después. Londres, Inglaterra.11: 00 am. — ¿Tan rápido vas a volver? Deberías quedarte un poco más con nosotros, hijo. — Pedía él padre de William Robinson, el señor Charlie. — Déjalo, tiene trabajo que hacer. — Informó Margaret Robinson, madre de William. — Tomarás control de todas las posesiones de Harry, solo por eso estaré de acuerdo en que vuelvas a Los Angeles. Sin embargo, sobre esa mujer casa fortunas, mejor ni la traigas, ahora que tú riqueza ha aumentado aún más, esa cualquiera poca cosa querrá quitarte todo para esos niños bastardos que carga. — Mamá, amo a Savannah, sabes que pienso pedirle que sea mi esposa, ya lo hablé con todos en la cena de anoche. — Decía William cabizbajo. — Me lástima que hables de ellos de esa forma, sus hijos prácticamente fueron criados por mí, estos tres años. — Sí, ¿Pero que fue lo que hizo la miserable malagradecida? — Comenzó a reírse Margaret. — No seas tonto Will, ella no es para ti y nunca va a serlo. — ¿Ah, no? ¿Qui