***************••••••••••***************Savannah Stewart: Yo no dije ninguna palabra… respecto a su prisa. Él canceló los planes que teníamos. Supuse de inmediato que algo había sucedido, algo de la compañía, amistades o inclusive de su matrimonio. ¡Si hubiese estado en la cocina, probablemente le hubiese tirado la cena encima, disgustada!Me sentí un poco triste, sí, no podría negarlo. Cómo una tonta me ilusione por un momento. Se sintió tan bien y hasta fuí feliz ese día, que por un momento imaginé como sería si dejará que él sea reconocido como el padre de mis hijos. Pero todo se derrumbó con unas cuantas palabras. ¿Cuando aprenderé que ese hombre no es alguien bueno a quien amar? …..Veía esos bellos ojos de un tono gris claro, mismo que heredaron mis amados mellizos. Ese hombre sin n
Faltando treinta minutos para la media noche. Savannah abrió la puerta de inmediato, apenas fue tocada. Alexander Phillips se sorprendió de la rapidez con la que esa mujer atendió frente a la puerta. Una semi sonrisa se mostró en el rostro de ese CEO. — No pensé que estuvieras tan ansiosa esperándome~ — Bromeó él, ingresado a la casa. — Solo quería lanzarte la cena encima por haberla rechazado antes~ — Respondió ella molestándolo en tono juguetón. Alexander volvió a verla seriamente. — Ahora que lo mencionas, aceptaré la cena.— ¿Y eso? ¿No dijiste que comerías en tu hogar cuando te fuiste? — Preguntó Savannah siguiendo a su jefe, quien caminó ignorando a la hermosa rubia. Alexander se dirigió a la cocina.— Llegue tarde, ¿No recuerdas que nos retrasamos en el baño? Savannah comenzó a calentar la cena, la cual había guardado antes sin si quiera probarla, ya que ella se sintió tan mal sentimentalmente, que no pudo comerla. — Ve al salón comedor, te demostraré que mi estofado e
— ¿Así que no pueden dormir? ¿Ustedes tienen idea de que hora es ya? — Preguntó Alexander viendo seriamente a los pequeños mellizos en sus cunas. Maggie quien estaba sentada y llorosa le veía fijamente, en cuanto a Michael quien estaba de pie en su propia cuna, extendió sus brazos hacia él para que le sacara de ahí. — ¡Ale! — Le llamó el niño agitando sus bracitos para que le alzara. Alexander se acercó a su hijo y se inclinó hacia él, viéndolo seriamente. "¿Ale? En el parque de diversiones no dejaba de decirme solamente: Hey" "Supongo que ya avance, ahora al menos acorta mi nombre" Pensó él sacando al niño de la cuna. "¿Qué los habrá despertado?" Pensó ese hombre perfectamente vestido viendo los alrededores y haciendo una expresión de disgusto. — Bueno… Yo tampoco podría dormir en una habitación tan fea como esta, ahora que la veo mejor. Los entiendo. — Comentó él para si mismo. — La enviaré a remodelar, aunque tu terca madre no quiera aceptar nada de mí para ustedes. — ¡
••••••••••Un día después. Londres, Inglaterra.11: 00 am. — ¿Tan rápido vas a volver? Deberías quedarte un poco más con nosotros, hijo. — Pedía él padre de William Robinson, el señor Charlie. — Déjalo, tiene trabajo que hacer. — Informó Margaret Robinson, madre de William. — Tomarás control de todas las posesiones de Harry, solo por eso estaré de acuerdo en que vuelvas a Los Angeles. Sin embargo, sobre esa mujer casa fortunas, mejor ni la traigas, ahora que tú riqueza ha aumentado aún más, esa cualquiera poca cosa querrá quitarte todo para esos niños bastardos que carga. — Mamá, amo a Savannah, sabes que pienso pedirle que sea mi esposa, ya lo hablé con todos en la cena de anoche. — Decía William cabizbajo. — Me lástima que hables de ellos de esa forma, sus hijos prácticamente fueron criados por mí, estos tres años. — Sí, ¿Pero que fue lo que hizo la miserable malagradecida? — Comenzó a reírse Margaret. — No seas tonto Will, ella no es para ti y nunca va a serlo. — ¿Ah, no? ¿Qui
11: 30 am. En el lujoso restaurante, en una mesa más privada para clientes VIP, esperaban Gavin Scott y Jake Smith a su amigo. — ¿Se está demorando demasiado, no lo crees? — Preguntó el hombre de cabello oscuro y ojos verdes oscuros a su amigo, Gavin. — Quiero darle la invitación~ seguro le tomará por sorpresa~ — ¿El que te vas a comprometer o el hecho de que te has enamorado? Tú qué juraste no volver a amar a nadie, luego de casarte y que tú esposa te engañara. — Decía Gavin burlista. — Por eso, nunca hay que decir nunca, la vida da giros que pueden sorprendernos. — Es EX por favor, dí EX esposa, mi futura esposa no me va a engañar, Chelsea es magnífica, jamás conocí a mujer tan grandiosa, radiante y encantadora como ella~ — Jajaja~ lo que menos quiero escuchar ahorita es sobre el amor, recuerda que sigo en mi proceso de divorcio. — Comentó Gavin Scott cabizbajo. En ese instante ingresó Alexander junto a Savannah, escoltados por la elegante gerente del restaurante. — Es aquí,
En el interior del Automóvil, el chófer del CEO Phillips había estado conduciendo por un buen rato.Savannah Stewart simplemente no lo podía negar. ¡Las ansías le estaban ganando!Sus hermosos ojos verdes limón veían a su jefe una y otra vez. Él sonreía, una pequeña sonrisa que mostraban sus hoyuelos, más no la veía a ella, él tenía su mirada fija en la ventanilla polarizada de su costado. — ¡Aún no me has dicho nada! — Exclamó ella en tono infantil quejándose por el silencio de ese hombre. — Dijiste que en el auto me dirías, ¿Por qué no quieres hacerlo? ¿Qué extraño plan tienes en mente? — Preguntaba Savannah inquieta. Él posó sus ojos grises claros en ella en ese instante. Una mirada fija y penetrante por parte de Alexander. Una que hizo que Savannah sintiera su corazón latir emocionando. El vehículo comenzó a ingresar a una calle perfectamente conocida para la secretaria principal de ese poderoso empresario. — ¿Mi casa? — Preguntó ella confundida. — ¿Por qué venimos a mi cas
••••••••••En ese mismo momento, pero en la casa del magnate William Robinson en Los Angeles. — ¿Sigue sin contestarle señor? — Preguntó la ama de llaves, Clarisa. William negó deprimido con su cabeza varias veces. Él, quien estaba sentado en el cómodo sofá de la lujosa sala de su casa, se levantó dirigiéndose a la salida. — Iré a verla, sé dónde vive. Si me está evitando, no le funcionará. — Solo no se altere con ella, señor. — Aconsejó la amable mujer. — Hable pacíficamente, exprese sus sentimientos dé manera que le lleguen a la señorita Stewart, de lo contrario ella va a volverlo a rechazar. William quien ya había abierto la puerta, se giró, volviendo a ver atrás a esa señora mayor. — ¿Rechazo? ¿Por qué crees que ella me podría rechazar? — Preguntó él inquieto. Clarisa sonrió nerviosa sin darle una respuesta a su señor. — Te hice una pregunta, Clarisa. Quiero saber tu opinión… Por favor. La ama de llaves exhaló, para después acercarse a William. — Usted es un buen hombr
Savannah se puso de pie dirigiéndose al baño de esa habitación. Ya en el lavado, ella comenzó a limpiar su nariz que estaba un poco inflamada por el golpe y ensangrentada. "¿Llamar a su doctor? ¿No es un poco exagerado de su parte…?""Ahora que lo pienso, no debí aceptar, si es alguien que también conoce a Olivia Bailey, ¿Eso no traería problemas?""No, no creo que Alexander sea tan tonto, además. Él dice que mi información está segura" Sonrió Savannah dirigiéndose a la planta baja. Fue cuando vió a Alexander persiguiendo por la espaciosa sala al pequeño niño. — ¡Michael te dije que no es un juguete! — Exclamó él. — Dame el teléfono. — Pidió a su hijo. El pequeño tenía una enorme sonrisa maliciosa en su rostro, disfrutando el ser perseguido por su papá. Savannah se quedó sorprendida viendo la escena. El niño corrió hasta su madre lanzándose sobre Savannah, él se aferró a las piernas de ella y le entregó el teléfono a su madre. Savannah sonrió a su hijo con dulzura. — Cariño