Solos unos minutos más tarde. Alexander se encontraba tomando su café junto al doctor Adams. "¿Por qué se demora tanto?" Pensó él inquieto. — Lamento la tardanza, pero estaban jugando con pinturas y tuve que darles un baño rápido. — Informó Savannah avergonzada, quien llevaba a los pequeños uno en cada brazo alzados. — Señorita debería bajarlos, no es bueno que una mujer tan joven como usted haga tanta fuerza. — Aconsejó el doctor Adams con una preocupación notable en su rostro. Savannah sonrió y asintió. — Sí, tiene razón, suelo olvidarlo por qué son encantadores~ — Decía la hermosa rubia viendo a sus hijos con mucho amor. Alexander, quien se había quedado sin decir nada, se puso de pie y se acercó hasta los niños. Los dos pequeños que aún seguían en los brazos de su madre se aferraron aún más a ella cuando ese extraño se les acercó. — Está bien mis pollitos~ él es un amigo mío, se llama Alex, ¿Pueden decir su nombre? Es el amigo Alex. — Decía ella a sus hijos sin querer me
"¿Debí haberme quedado en Inglaterra?""No, yo ahí no tenía absolutamente nada…"Pensó Savannah esa misma noche, unas horas después de que Alexander se marchó. Los mellizos ya se encontraban durmiendo, así como María en la habitación de invitados que ella ya usaba como suya. Savannah tomaba una taza de té intentando relajarse.La televisión apagada y ella en total silencio se encontraba sentada en un sofá individual. "Hice bien en venir de regreso a Los Angeles, aquí nací, aquí tengo mi propia casa" "Además… No sacaba nada bueno de quedarme en Londres, probablemente Will hubiera intentado regresar conmigo" "Conociéndolo no se hubiera rendido, habría intentado una y otra vez buscándome casi todos los días y eso… No era sano para ninguno de los dos" "La relación que tuvimos… Fue la peor que jamás haya tenido" Pensó Savannah decaída si
1: 00 pm. En la oficina de la empresa del CEO Phillips. — Señor Phillips, tiene una llamada del doctor Adams en la línea cuatro. — Informó la secretaria interina de Alexander. Alexander atendió de inmediato la llamada del médico personal de él. — ¿Sucedió algo? — Preguntó ese CEO. — Sí muchacho, te tengo noticias, ya salieron las pruebas de ADN, puedes venir en la tarde a revisarlas. — ¿Para qué iría? Sé que son positivas, envíamelos a la mansión. — Pero, ¿Cómo estás tan seguro que son positivas? — Ella ya me lo había confirmado. — ¿En serio? Oh, no sabía, pensé que usted tenía dudas. — No las tengo. Solo quería una prueba palpable. — Entiendo, en ese caso irán directamente a su mansión. …..Varios minutos después. La secretaria volvió a llamar a Alexander. <
••••••••••7: 00 pm. — ¿Te pusiste al día con la información de la reunión de hoy? — Preguntó Alexander, viendo a Rouse fijamente, ambos en el interior de la limusina de ese hombre. — Claro, ¿Piensas que soy una mediocre? — Preguntó ella cruzándose de brazos, en el sillón largo frente a dónde estaba sentado Alexander. — Voy muy bien preparada, solo que me hubiese gustado llevar un atuendo más decente, mi traje es bastante común. — Añadió. — Sí, tienes razón. — Estuvo de acuerdo Alexander posando sus hermosos ojos grises claros en el reloj de su mano izquierda. — Aún tenemos tiempo para que te cambies. — ¿Cambiarme? ¿Ya? No puedo ir hasta mi casa en estos— — En ningún momento dije que iríamos a tu casa, no seas tan despistada. — La interrumpió Alexander para después encender el comunicador en el interior de la limusina y dar la órden a su chófer. — Mark llévanos a la boutique de la señorita
Uno, dos y tres besos que empezaron cortos y después de esa cifra, Savannah perdió la cuenta cuando cerró sus ojos y continúo dejándose guiar por esa voraz boca que mezclaba lascivamente su lengua con la suya. Alexander se separó sorpresivamente de Savannah con rapidez después de ese beso. Ella quedó un poco aturdida respirando agitada mientras su vestido que ya había sido bajado del cierre se le había deslizado hasta sus caderas dejando a plena vista su sostén y sus pechos bajo el moviéndose al ritmo de su acelerada respiración. — Te estaré esperando afuera. — Informó Alexander saliendo rápidamente de la habitación en la boutique lujosa donde Savannah se había estado probando las ropas elegidas. "¿Qué… Qué acaba de pasar?"Pensó ella inquieta y con su rostro colorado se quitó la ropa y eligió un traje de dos piezas bastante recatado el cual comenzó a ponerse rápidamente. …..
Alexander en ese momento se dio cuenta que había hablado de más. No quería revelar detalles de lo que habían sido esos casi tres años de vida matrimonial. — Sí… — Susurró él desviando su mirada de la de Savannah. La hermosa mujer rubia se levantó en ese instante de la silla en la cual estaba sentada frente al escritorio de ese CEO. — ¿Sí? Quiere decir que… ¿Ella te está engañando y tú lo sabes? — Preguntó ella sorprendida. Alexander exhaló y volvió a ver con una expresión de molestía a Savannah. — Sí. — JAJAJA~ — Savannah no pudo evitar echarse a reír a carcajadas. — ¡No lo puedo creer! Jajaja~ el famoso CEO Phillips con cientos de mujeres a su alrededor que lo desean y cambia de amante al mes~ jaja~ no pudo mantener feliz a su esposa~ Por supuesto, Savannah reía creyendo que él lo tenía muy bien merecido. Después de todo, ella no era conscient
••••••••••9: 00 am. En la casa de Savannah Stewart, ella recién terminaba de darles de desayunar a sus hijos. — Iré a prepararles el baño señorita. — Decía María amablemente. — Claro ve y ya después tienes el resto del día libre. — ¿En serio? ¡Que bueno! Se lo agradezco mucho, saldré a la ciudad, por si necesita algo. — No, estoy bien. — Sonrió Savannah, hasta que escuchó el timbre de la puerta principal y su expresión cambió a una seria. "¿Ya vino, tan temprano?" Pensó ella dirigiéndose a la puerta. — ¿Tú no dormiste nada, eh? — Preguntó Savannah apenas abrió la puerta y sus ojos verdes limón se encontraron con esos grises claros. — Estaba impaciente~ — Bromeó Alexander pasándole de lado a Savannah e ingresando a la casa de ella. — ¿Dónde están mis hijos? — Esperando el baño, iré a encargarme de ellos y una vez li
Tras esa pregunta de su asistente Lucy, Olivia Bailey hizo una expresión de desagrado. — ¡No digas tonterías! ¡Solo tienes que obedecerme y ya! — Exclamó ella yendo a tomar su almuerzo. "Cuando me dí cuenta del verdadero tipo de hombre que era Alexander, me sentí decepcionada" Pensó la hermosa hija de la familia Bailey. "Probablemente no me hubiera casado con él, pero él fue más astuto, cuando lo supe ya era su esposa""Ya los negocios de nuestras familias estaban avanzados, ya era imposible una cancelación" "Lo peor de todo… Ya me había enamorado de su falsa personalidad, esa con la que me enamoró mientras me cortejo" "Un hermoso sueño del que no me hubiese gustado despertar" "¿Cuántas amantes a tenido desde entonces? Jaja~ ya perdí la cuenta" "Pero ninguna podrá quitarme a ese hombre, de eso estoy 100% segura" "No importa si no m