Este capítulo es dedicado a Liliana Cruz A, gracias por tanto apoyo, y tanto amor.
A la mañana siguiente Samara se estaba arreglando en la misma habitación que Sophie le dejó desde un principio que llegó a esa casa, y aunque en su mente todavía todo se repetía de forma rápida, se miró por un momento en el espejo. Decir que se acostaron a dormir muy tarde era quedarse corto, porque, aunque tenían mucho para contarse, su mente estaba abollada de información, y sobre todo de indicaciones. Michael y Sophie le habían repetido infinidad de veces que ella era la única heredera del patrimonio Walton, y que, así como esta residencia, la fortuna, y todos los centros de beneficencia, había más propiedades fuera de los Estados Unidos, que ella pudiera imaginar. Y sin contar las empresas donde tenían intereses y acciones, o algunos centros comerciales particulares. No sabía cómo digerir toda la información, o cómo tomar su vida a partir de ahora. Un día atrás solo quería huir ante un dolor que aún palpitaba en su pecho, y ahora, tenía estas personas que solo querían su prese
André miró su reloj que marcó las nueve de la mañana, mientras entró junto a Connor a la clínica. Hoy había mejores noticias con respecto a la recuperación del abuelo, aunque de acuerdo a su relación, era como si todavía estuviera conectado a ese tubo, porque lo habían inducido a un coma. Realmente se sentía extraño con la actitud nueva del abuelo. Sabía que la había liado hasta el fondo, lo decepcionó profundamente y entendía que él lo haría pagar por sus errores. Y estaba preparado para recibirlo. Si algo conocía de Pierre, es que era estricto en sus formas, ya que sus caracteres eran similares en muchos sentidos. Cuando estuvo en el salón, saludó a su madre que le ofreció una sonrisa. En este punto nadie sabía lo que pasaba exactamente en su relación de matrimonio, y agradecía enormemente que Pierre hubiese sido cerrado en el tema. Todos pensaban que tuvieron una enorme discusión por lo que Connor asomó ese día, por lo tanto, él y Samara estaban involucrados en la situación, y
Samara estaba ensimismada en sus pensamientos mientras el auto salía de la clínica, estar con el abuelo por unos minutos en el día, era realmente una forma de drenar sus emociones, y sobre todo su tensión. Esta vez estuvo un poco extrañada cuando él no habló de André un solo minuto, sino que se preocupó por su condición, y la nueva etapa de su vida, que, en estos momentos, no sabía a ciencia cierta cómo asumir. Sophie estaba hablando con Iván de las reuniones que reprogramaron, y de vez en cuando la involucraba en la conversación, pero era imposible estar atenta cuando los dedos de André aún quemaban su boca. «¿Por qué estaba haciendo todo esto si ya no quería impresionar al abuelo?, ¿quería estar con ella y realmente solucionar los problemas para seguir en un matrimonio que el mismo había acordado como una conveniencia?» Estaba tan confundida, hasta que escuchó a Iván dirigirse hacia ella. —¿Te ha explicado Sophie que tu matrimonio es inválido ahora? —sus ojos se abrieron mientra
Fue después de unos días cuando Michael estaba llegando a su habitación por la noche, y se quitó la corbata para darle un beso a su esposa. —André Roussel me contactó hoy… —al decir esto, Sophie se puso alerta. —¿Qué quería? —Michael negó dejando su chaqueta en un sofá cerca. —Hablé con su asistente, ella dijo que él quería reunirse con los dos para hablar un asunto serio. Que era urgente, y nos dio una cita. —¿Qué dijiste? —Acepté por supuesto… él es el esposo de nuestra hija. —Ellos no están verdaderamente casados, Michael, y si fuera por mí, esperaría que Hanna recapacitara y nunca más lo viera. Michael tomó un suspiro largo. —Mañana será la cita por la mañana, él se ofreció en ir hasta la empresa, y no me negué, si quieres estar presente, la cita es a las ocho, y dijo que no tomaría mucho tiempo, ya que a su abuelo lo dan de alta mañana, y tendrá que estar al pendiente. Sophie masajeó su cien. Prefería no asistir, pero de seguro se trataría de su hija, y ella no iba a perd
Samara entró a la clínica con evidente alegría en su rostro, ya que hoy le darían de alta al abuelo, después de todo este tiempo con tanta tensión. Su petición había sido insistente porque estuviera en el momento en que saliera de la clínica, y aprovechando que sus padres tenían una reunión importante, se alistó muy temprano para ser una de los primeros en llegar. Saludó a los familiares de André, y de alguna forma lo buscó entre la gente en la sala, pero no lo encontró por ninguna parte. «¿Dónde estaría en este día tan importante?» Y estaba a solo unos pasos de tocar el hombro de René, cuando su propio hombro fue tocado por una mano fuerte para hacerla girar. Cuando se dio la vuelta, sus ojos se abrieron con una fuerte impresión. —Hola, bella… ¿Ya dieron de alta a Pierre? —Samara negó sin saber qué hacía Iván aquí. —Hola, Iván… No… aún no… —Sé que estarás pensando qué hago aquí… pero sabía que hoy tus padres tenían una reunión, y no quería dejarte sola. —Oh no… no tenías que
Capítulo 83—Dios… extrañaba estar en casa… —el abuelo se recostó a las almohadas, mientras Samara se apresuró por buscar más para colocar alrededor, y que este obtuviera mayor comodidad.Y en cuanto terminó esto, ella se sentó a los pies de la cama. Ahora se encontraban solos, porque André había recibido una llamada en cuanto dejó al abuelo, y salió de la habitación. —¿Cómo es que estás más linda que nunca? Incluso aquí en esta casa cómoda puedo detallarte mejor… —Inquirió el abuelo cómo para empezar la conversación.Había mucho tema por hablar, pero quería tantear un poco el terreno.—Gracias… —Samara le sonrío—. ¿Cómo te sientes? —Estoy bien, no te preocupes… No puedo negarte que hay debilidad en mí, pero me siento mejor ahora fuera de esa clínica. No veía la hora de salir… —y haciendo una pausa la observó detenidamente—. Ahora más bien dime qué fue lo que pasó allá al salir de la clínica… Este nieto mío no deja de sorprenderme cada día… Ella negó rápidamente para quitarle impo
Después de unos minutos y de qué Samara volviera a ajustar las almohadas en el abuelo, vio que él estaba parpadeando varias veces y pensó que los medicamentos estaban haciendo algún efecto ante su adormecimiento. Entonces, después de que le dio agua junto con las pastillas que decía la receta, tomó la bandeja que estaba en la encimera, y salió de la habitación mientras André la siguió. —Sabes que no fui yo el que inició esto, ¿no es así…? —Ella se giró dejando la bandeja en la mesa, mientras apretó los dedos varias veces por los nervios que le provocaba su presencia. —Lo sé… estaba allí, sin embargo, no era necesario un golpe. Además, nunca utilizaría a Iván para crear un problema entre nosotros… no es mi manera de enfrentar esto… —André achicó sus ojos y luego apretó su mandíbula para acercarse dos pasos hacia ella. —Sé que necesitas un espacio entre nosotros dos, pero creo que ya va siendo el momento de qué hablemos sobre esto. No me gusta que este hombre esté a tu alrededor todo
—¿Nerviosa? —Samara levantó el rostro cuando Iván se sentó delante de ella en la oficina de su madre, ese viernes por la mañana. Habían pasado algunos días desde que el abuelo había salido de la clínica y se había instalado en la mansión de André. Algunos de sus familiares se regresaron a Francia por petición del mismo, y ahora solo quedaban Francois, y René, porque Lucie también se había devuelto por su programa en la universidad. No había un día en que Samara dejara de asistir, y aunque ella pensaba que André podría estar merodeando el lugar para aprovechar la oportunidad y atajarla, esta vez se había equivocado muchísimo. No hubo un solo día, desde que el abuelo se instaló en la mansión y André le prometió demostraciones, en que el millonario volviera a aparecer frente a ella. Por supuesto había rosas en su escritorio todos los días. Mensajes subliminales como “Mi cama está disponible”, o “Podemos escaparnos”, lo que ella prefirió ignorar. Y no porque no deseara hacerlo, incluso