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En el momento en que estacionaron en el lugar subterráneo, Connor detalló como Samara miraba el lugar con detenimiento. —Te daré la llave para que subas por el ascensor, y entres al apartamento… Ella asintió lento, y luego lo miró. —¿Es aquí donde trae a esas mujeres? —Connor abrió los ojos. —Samara… no… —Puedes darme las llaves Connor, subiré… Connor rebuscó en su pantalón, y luego se las pasó, pero antes de que ella pudiera bajarse del auto, de nuevo la retuvo. —André ha cambiado mucho desde que te conoció… no puedo defenderlo completamente, pero es necesario que también lo escuches. Si lo conoces, sabrás que expresa una cosa, y siente otra muy distinta. —Por favor llámame si sabes algo del abuelo. —¿Prefieres que venga a buscarte? —Samara negó. —Trataré de salir de aquí con André… Samara se bajó del auto, y con respecto a la indicación de Connor, se metió en el ascensor, mientras miró la llave electrónica. Sus ojos se rodaron al saber que este apartamento también estaba
—Gracias… —Samara alzó su mirada, mientras sus ojos se encontraron. Esta era la primera vez que escuchaba esta pablara de parte de André, pero trató de no demostrar su forma conmovida, y se sentó delante de él. —¿No comerás nada? —cuando él hizo la pregunta, ella negó. —Venía de la casa de la señora Sophie… y… Marta… —Samara sacudió la cabeza—. Han sido muy amables conmigo todo este tiempo. —¿Quién no podría hacerlo contigo? —Samara volvió a mirarlo. —Ya no tienes que fingir conmigo… lo sé todo… —André tomó la taza de café. Su estómago se resintió, habían pasado muchos días desde que había comido algo, y todo este tiempo estuvo bebiendo hasta que no le quedaba conciencia. —No sabes todo… y tampoco quieres escuchar. Samara se cruzó de brazos. —Escucha, no estoy aquí para pedirte explicaciones, André… sé que debemos hablar, y hay cosas que se deben resolver, pero quiero decirte, que no volveré a tu lado aun y cuando esto suceda… me mentiste aún y cuando quise ayudar desde el pri
André y Samara llegaron a la clínica 20 minutos después de haber pasado la ciudad con gran velocidad. Ambos se dirigieron en silencio a los pasillos, pero cuando entraron a la sala de UCI, se encontraron con que, tanto Francois como Albert y Armand, estaban discutiendo fuertemente por luchar por el primer lugar para ver a al abuelo. —¿Qué es esto? —André alzando su voz para callar el bullicio—. Tengo la potestad de mi abuelo, y si han dado el permiso de verlo, no entrarán en esta condición… ¡Coño, el abuelo tenía razón con ustedes…! Él fue a tomarle la mano a Samara, pero ella solo estaba estática, mientras miraba a Sophie con atención. Sophie y Michael estaban allí, y si André podía resumir en cómo se veían, la palabra era "desesperados", pero antes de que ellos se dirigieran hacia Samara para decirle algo, él se apresuró para posicionarse frente a ella. —¿Vas a entrar? Porque iré ahora mismo a ver al abuelo… —ella se debatió por un momento, pero luego asintió. —Entraré, por supu
Hubo un silencio extraño durante el camino junto a los Walton, así que Samara solo pudo mirar por fuera de la ventanilla, mientras cerraba los ojos, y pensaba en lo que el abuelo le había dicho. Ahora todo estaba realmente complicado, eso sumado a que su corazón no dejaba de palpitar fuertemente ante la información que André le había dado. Aún no podía digerirlo, y por un momento creyó, si esto podría ser solo otra jugada suya para algo que desconocía. Pero recostándose en el espaldar del asiento, en lo único que pudo pensar, fue en ese beso. Cuando llegaron a la residencia de los Walton, Samara se bajó y caminó rápidamente, deteniéndose en la sala, donde Sophie y Michael le pidieron que se sentara. Podía notar como Michael apretaba la mano de su esposa, como si con eso regulara su ansiedad, porque ella se veía lo suficientemente pálida. Eso sin contar a como sentía el peso en el ambiente. —Nosotros… queremos contarte una historia… —Samara asintió mientras su boca se abrió para to
A la mañana siguiente Samara se estaba arreglando en la misma habitación que Sophie le dejó desde un principio que llegó a esa casa, y aunque en su mente todavía todo se repetía de forma rápida, se miró por un momento en el espejo. Decir que se acostaron a dormir muy tarde era quedarse corto, porque, aunque tenían mucho para contarse, su mente estaba abollada de información, y sobre todo de indicaciones. Michael y Sophie le habían repetido infinidad de veces que ella era la única heredera del patrimonio Walton, y que, así como esta residencia, la fortuna, y todos los centros de beneficencia, había más propiedades fuera de los Estados Unidos, que ella pudiera imaginar. Y sin contar las empresas donde tenían intereses y acciones, o algunos centros comerciales particulares. No sabía cómo digerir toda la información, o cómo tomar su vida a partir de ahora. Un día atrás solo quería huir ante un dolor que aún palpitaba en su pecho, y ahora, tenía estas personas que solo querían su prese
André miró su reloj que marcó las nueve de la mañana, mientras entró junto a Connor a la clínica. Hoy había mejores noticias con respecto a la recuperación del abuelo, aunque de acuerdo a su relación, era como si todavía estuviera conectado a ese tubo, porque lo habían inducido a un coma. Realmente se sentía extraño con la actitud nueva del abuelo. Sabía que la había liado hasta el fondo, lo decepcionó profundamente y entendía que él lo haría pagar por sus errores. Y estaba preparado para recibirlo. Si algo conocía de Pierre, es que era estricto en sus formas, ya que sus caracteres eran similares en muchos sentidos. Cuando estuvo en el salón, saludó a su madre que le ofreció una sonrisa. En este punto nadie sabía lo que pasaba exactamente en su relación de matrimonio, y agradecía enormemente que Pierre hubiese sido cerrado en el tema. Todos pensaban que tuvieron una enorme discusión por lo que Connor asomó ese día, por lo tanto, él y Samara estaban involucrados en la situación, y
Samara estaba ensimismada en sus pensamientos mientras el auto salía de la clínica, estar con el abuelo por unos minutos en el día, era realmente una forma de drenar sus emociones, y sobre todo su tensión. Esta vez estuvo un poco extrañada cuando él no habló de André un solo minuto, sino que se preocupó por su condición, y la nueva etapa de su vida, que, en estos momentos, no sabía a ciencia cierta cómo asumir. Sophie estaba hablando con Iván de las reuniones que reprogramaron, y de vez en cuando la involucraba en la conversación, pero era imposible estar atenta cuando los dedos de André aún quemaban su boca. «¿Por qué estaba haciendo todo esto si ya no quería impresionar al abuelo?, ¿quería estar con ella y realmente solucionar los problemas para seguir en un matrimonio que el mismo había acordado como una conveniencia?» Estaba tan confundida, hasta que escuchó a Iván dirigirse hacia ella. —¿Te ha explicado Sophie que tu matrimonio es inválido ahora? —sus ojos se abrieron mientra
Fue después de unos días cuando Michael estaba llegando a su habitación por la noche, y se quitó la corbata para darle un beso a su esposa. —André Roussel me contactó hoy… —al decir esto, Sophie se puso alerta. —¿Qué quería? —Michael negó dejando su chaqueta en un sofá cerca. —Hablé con su asistente, ella dijo que él quería reunirse con los dos para hablar un asunto serio. Que era urgente, y nos dio una cita. —¿Qué dijiste? —Acepté por supuesto… él es el esposo de nuestra hija. —Ellos no están verdaderamente casados, Michael, y si fuera por mí, esperaría que Hanna recapacitara y nunca más lo viera. Michael tomó un suspiro largo. —Mañana será la cita por la mañana, él se ofreció en ir hasta la empresa, y no me negué, si quieres estar presente, la cita es a las ocho, y dijo que no tomaría mucho tiempo, ya que a su abuelo lo dan de alta mañana, y tendrá que estar al pendiente. Sophie masajeó su cien. Prefería no asistir, pero de seguro se trataría de su hija, y ella no iba a perd