—Estoy embarazada. —dice y a mí casi se me cae el teléfono de la mano.—¿Cómo que estás embarazada? —le pregunto aterrado.Mi mente comienza a hacer cuentas de la última vez que nos vimos.Justo un día antes de su matrimonio.El día que nosotros…—Y si te estoy contactando es porque quiero pedirte ayuda, en nombre de todas esas veces que me dijiste que me amabas. Ayúdame, Giovanni, a terminar con este matrimonio que me impusieron. —pide Niccola con voz quebrada.— ¿Si sabes lo que me estás pidiendo? —le pregunto con la sangre hirviendo dentro de mis venas.¡¿Cómo puede venir y pedirme que la ayude a salir de un matrimonio que ella misma aceptó?!¡Sé que he pasado la vida entera babeando el suelo que pisa!Pero, por Dios… ¿Cómo puede ser tan cara dura?—Lo sé… Sé que tú y yo estamos en una situación delicada a nivel familiar, pero te pido, Giovanni, que me ayudes. No te lo estuviera pidiendo si tuviera alguna salida, tú me conoces y sabes que cuando te dije que saldría de tu vida era e
—Es mi hijo también, así que quiero estar cuando tú orines para verificar que si estás embarazada. —responde él rápidamente y yo me desternillo en carcajadas.¡Ya para Pablo, están embarazados!Pobre de él si al final el resultado es negativo.— ¡Dina, haz algo! ¡Saca a Pablo de aquí! —me grita Jaspe y yo le muestro las manos en señal de rendición.—Ni creas que voy a meterme para quedar en medio de sus peleas maritales, estás loca. —le digo y veo como Pablo me da un pulgar arriba.—Gracias cuñadita linda. —responde alegremente, pero su sonrisa muere en su boca cuando un frasco de champú conecta con la parte trasera de su cabeza.—¡Ouch! —se queja Pablo.—¡Sal del baño! —le ordena Jaspe.—¡No! —grita él decidido a que se acabe su momento de pelea.Me acerco disimuladamente a la puerta, y mientras ellos siguen discutiendo, yo la cierro desde afuera y le activo el seguro.Los golpes en la puerta no se hacen esperar y yo suelto carcajadas.—¡De ahí nadie sale hasta que hayan resuelto sus
La puerta del baño se abre justo cuando yo vengo entrando de nuevo al pasillo.— ¡Ya intenté con todas las pruebas! —dice Jaspe nada más sale por la puerta.Luce como alguien que se ha quitado un peso de encima.Y eso que aún no sabe el resultado…Pablo luce pálido y viene detrás de ella.—¿Y a ti qué te pasa? —le pregunto divertida ante su expresión.—Creo que ya estoy comenzando a sentir miedo. —susurra con cara de trauma.—Ve el lado positivo, en unos quince minutos te vas a enterar si tú miedo va a ser permanente o totalmente pasajero. —me burlo de él y Pablo me da una mirada de pocos amigos, con los ojos entrecerrados.Vamos a la sala y Jaspe enciende el televisor para ver un programa durante unos minutos.Yo me siento un poco lejos de ellos, para conseguir darles algo de intimidad a pesar de mi presencia.Porque la verdad es que de alguna forma u otra me siento como una intrusa aquí.Entiendo que quieran compartir la noticia conmigo y que les emociona que los acompañe, pero aun
Me alegré tanto cuando el auto encendió que estaba hasta cantando contento y Julie se reía divertida de mi entusiasmo. Ahora, unos minutos más tarde, parece ser que mi alegría se ha ido al garete. —¡No puede ser en serio!—exclama Julie cuando llegamos a lo que parece ser una tranca en plena autopista. Los autos en lugar de ir y venir, huyendo de la tormenta, están totalmente estancados y haciendo un gran bullicio con las cornetas. —No se ve qué es lo que está interrumpiendo el paso…—susurro, moviéndome en distintos ángulos para obtener un mejor vistazo de los autos que están más lejos. Julie suelta una sarta de groserías y yo la ignoro, bajándome del auto. Camino un par de metros, entre los autos, y me doy cuenta del grandísimo problema que nos aqueja. ¡Es un j0dido árbol lo que nos tiene aquí! Un árbol que se cayó por un rayo. Regreso al auto indignado. — ¿Hay forma de regresar? Sé que suena súper loco, pero me parece la única opción porque se cayó un árbol y no hay forma de
—¡¿Hermanito?! —repite Derek indignado. Las aletas de su nariz se expanden y se encogen, demostrando que esto parece todo menos algo gracioso para él.—¡Te podemos explicar todo lo que pasó!—comienza a decir Julie levantando las manos en señal de stop.Derex suelta una carcajada sarcástica.—¿Podrías comenzar explicándome POR QUÉ DEMONIOS EL AUTO EXPLOTÓ NADA MÁS LLEGÓ A LA CASA? —pregunta enfatizando cada palabra.—¡No te imaginas lo que nos pasó, Derek! —digo, intentando ayudar a Julie y no dejarla sola con la responsabilidad.Derek posa su mirada llena de ira sobre mí y me arrepiento totalmente de haber abierto la boca.Julie se aclara la garganta.—Todo fue idea mía, Derek. No mires así a Luke, que él no tiene la culpa de nada. —le dice acercándose a su hermano y pasando su mano por el brazo de él, tranquilizándolo con su toque.—Estaba aterrado de que algo te sucediera. —le responde Derek. Sabes que me preocupo, Alhelí y tú son mi responsabilidad y jamás voy a querer que les pase
—Doctor Robles… —digo rápidamente, sin creerme mi suerte de que en tantas ciudades del mundo, vine a encontrarme en Nueva York al que fue mi psicólogo en mi país.—¿Cómo estás, Dina? —me saluda cortésmente y lo veo darle una mirada rápida y nerviosa a la entrada de la tienda de vestidos de novia.—¿Trabajas aquí?—pregunta de pronto.Woah, ¿Qué le pasa?—No pienso mentirle, doctor… La verdad que sí trabajo aquí y me parece muy extraño que justamente me lo encuentre acá.—bromeo. —Jamás he sido una mujer muy creída de sí misma, pero estoy comenzando a pensar que usted estaba siguiéndome desde mi nación hasta acá. —le digo en forma de broma y él se ríe a carcajadas.—Si hay algo en lo que no te equivocas es que viene desde Venezuela hasta acá en busca de alguien. —responde con un brillo esperanzado en los ojos. —Pero lamentablemente no esperaba encontrarte aquí… Así que no vine por ti. —dice con sinceridad y yo río.—Lo sé, doctor. Jamás lo creería de verdad. Estaba solo bromeando. —le di
DINASonrío ante mi plato de almuerzo, pensando en lo hambrienta que estaba antes de que nos trajeran la comida.Jonás desdobla su servilleta con una elegancia que me hace sentir muy ignorante.Me aclaro la garganta, dejando de lado mis pensamientos estúpidos.—Entonces, cuéntame ¿Cuál es la razón por la que te encuentras aquí? —le pregunto con curiosidad a Jonás.Él me da una mirada graciosa al tiempo que comienza a enrollar su carbonara con el tenedor.—Es una historia bastante larga que contar… Pero lo único que te puedo decir es que llega un momento en el que te das cuenta de que alejarte no es la mejor opción; porque si al principio lo hacías para que una persona estuviera feliz, pero resulta que los dos son desdichados con esa decisión, entonces simplemente no sirvió de nada alejarse. —explica y se mete el tenedor a la boca.—Entiendo, ¿pero por qué tuviste que alejarte en primer lugar?—pregunto y tomo un bocado de mi propio plato.Por un momento olvido lo gigantesco que es Joná
Miro a mi alrededor, admirando como siempre la alucinante decoración de la Cafetería. Flo’s Coffe es una cafetería bastante colorida, con una rebosante temática de los 90’s que te hace desear venir a solamente tomar unas maravillosas fotografías. Pero en mi opinión, y por maravillosas que sean las fotografías tomadas acá por los clientes, lo mejor de aquí es la comida. Hablo de que comenzar el día aquí es simplemente lo mejor. Donas, waffles, milkshakes, café (lo que sea que desees, aquí lo consigues) y la mejor atención. —Debido a la ubicación a gran altura de a ciudad de Caracas, Distrito Capital de Venezuela, el clima es tropical de altitud, lo que nos asegura temperaturas suaves y estables en todas las estaciones del año. Posee dos estaciones claramente diferenciadas en tenor de las precipitaciones. Lo que nos deja con un clima suave y templado, una temperatura promedio, de 21.1°C.—la voz de la reportera se pasea en mi mente como una mel