¡Holaaaaa, caracolitas del mar de sueños que son los libros! En primer lugar espero que todos se encuentren bien y estén disfrutando de momentos lindos. Sino es así, quiero recordarles que todo ocurre por una razón y que después de toda tormenta sale el sol... ¡Asi que ánimo, caracolitas! ¡Aquí estoy para apoyarlas en lo que se pueda! Recientemente he estado sufriendo el dolor de una ruptura y me di cuenta de lo hermoso que es saber que a pesar de cualquier cosa, ahí están ustedes. Su apoyo hasta ahora ha sido silencioso, a través de las lecturas, pero para mí es demasiado valioso. Me hacen creer en que los sueños sí se hacen realidad, sin importar la edad, nacionalidad o situación económica... ¡Nunca dejen de soñar! ¡Muero por saber de ustedes! Soy su fan y quiero que lo sepan. Comenten qué opinan de la historia... Y si tienen alguna petición, me encantaría escucharla. Les mando besos y abrazos, por fis no olviden comentar. Sumamente agradecida por sus lecturas y afecto, Al
Giovanni palidece y me da una mirada con el ceño fruncido, pero no me dice nada.—Me hubiese encantado presentarte a mi nueva asistente… Lamentablemente no la veo... Iré a ver si la encuentro, para que la conozcas. —dice Giovanni y Julie pone los ojos en blanco con desdén.—Si, Giovanni. Mejor ve y búscala, que aquí sí tenemos cosas productivas qué hacer. —responde ella dejándolo sin palabras.Giovanni se va irritado y Julie hace como si no existiera.—Continuemos con nuestro tour. —dice ella una vez que se ha ido Giovanni.Caminamos por unos pasillos en dónde veo bastantes diseños. Todos son hermosos y hay distintos modelos de velos colgados dentro de un alguna clase de lámpara que cuelga desde el techo.—No digo esto porque quiera sonar vanidosa, pero la verdad es que tenemos a bastantes personas muy buenas trabajando con nosotros. La mayoría de nuestros diseñadores son latinos y es espectacular, porque siempre su trabajo es original y todo fluye. Es como que siempre tienen ideas y
— ¡Hay un par de pedidos por hacer! ¿Cómo mi3rda vamos a tener eso listo si no hay electricidad para cocer las piezas? —gruñe Giovanni y lo veo caminar hacia la puerta, mientras él habla con un uniformado (que parece ser uno de los encargados de la entrada de la tienda).Julie me toma del brazo, llamando mi atención y dejando a Giovanni en el segundo plano de mi interés.—El auto está estacionado allí, a solo unos metros de nosotros. —me dice y señala al lugar donde efectivamente puedo ver el auto aparcado. —La decisión es tuya, si nos subimos y vamos hacia la casa… Si te fijas en la calle, la dirección de la que viene la tormenta no es la dirección que tomamos para ir a la casa. —explica Julie y me señala a lo que se refiere. Sigo la dirección de su mano y es cierto.El nubarrón oscuro que viene batiendo las cosas está del lado de arriba de la calle, pero nosotros nos vamos hacia la mansión del lado que está hacia abajo.Y gracias a Dios porque esa sea la vía y no la otra, pienso rea
Entro a la casa y me descalzo en la entrada.Lo primero que me recibe es el ruido de las risas de Lucas y Daniela.Suena como que se están divirtiendo muchísimo, por la forma en la que se carcajean.Hogar, dulce hogar.Camino hacia la sala y veo que Pablo y Jaspe están sentados con ellos, viendo un programa de televisión.Pablo me saluda con una sonrisa nada más me ve entrar, mientras que Jaspe está vuelta un ovillo en el sofá sosteniéndose el estómago como si le doliera mucho.—Llegaste, Dina.—dice Pablo sonriendo nerviosamente.—¡Mami!—exclama Daniela desde su lugar, regalándome una de esas sonrisitas dulces que tanto amo.—¿Qué le sucede a Jaspe? —pregunto nada más entro.Ella gimotea y Pablo suspira preocupado, acariciándole un hombro.—Se ha estado sintiendo mal desde ayer. —dice él rápidamente. —Regresa la comida. Nada le provoca, come casi obligada… Y cuando por fin hay algo que le provoca comer, después que se lo come, lo regresa.—agrega.Jaspe se aclara la garganta.—Creo que
—Bueno, no te puedes quejar. Estoy siendo sincera… Es más, ve esto como que te estoy tendiendo una mano amiga. —le digo burlonamente y ella pone los ojos en blanco. —Te diré que haremos, desagradecida… En vista de que las farmacias trabajan las veinticuatro horas, podemos ir hasta una de las farmacias cercanas y pedir unas cuantas pruebas de embarazo. Uno de esos test de orina o como los llamen. —le digo y Jaspe frunce el ceño.—Pero, ¿qué pasa si Pablo se entera? ¡Va a hacer un gran alboroto de esto y no quiero que sea así!... Me gustaría mantener todo confidencial, mientras sabemos si estoy embarazada o no. —susurra ella nerviosamente, jugando con el dobladillo de la cobija.—Pues en ese caso la única forma que veo de que puedas escaparte sin que Pablo se entere, es que vayamos en la noche bien tarde… Así cuando él esté dormido, te escapas de la habitación y vamos rápidamente a la farmacia. —le digo y ella asiente decidida.—Sí, me parece muy buena idea. Está bien. Lo haré. —respon
—Pero, ¿qué estás haciendo ahí? —le pregunta Jaspe en un grito, sin poder ocultar su nerviosismo.Yo pongo los ojos en blanco.La muy estúpida grita “He sido atrapada infraganti” con su lenguaje corporal.— ¿Pues qué crees? ¡Consiguiendo a mi novia fugitiva en medio de la noche, obviamente! —responder Pablo ofuscado, destilando su mal humor en su tono de voz.Jaspe me da una mirada de súplica y puedo ver que claramente no sabe qué decir ante la actitud de Pablo.Quien por su parte, se nota bastante enojado.—Fuimos a probar un bocadillo nocturno. —digo rápidamente, intentando preveer cualquier idea loca que se le pueda ocurrir a Jaspe como respuesta.—Sí sabes que tus palabras en vez de darme tranquilidad, me están haciendo irritar más, ¿No? —dice Pablo el tiempo que se pone de pie, pareciendo mucho más intimidante de lo que jamás me ha parecido en la vida.J0der con Pablo y su genio…—¿Me van a decir la verdad de una vez por todas o no? —pregunta yendo directamente al grano.—Ya te l
—Estoy embarazada. —dice y a mí casi se me cae el teléfono de la mano.—¿Cómo que estás embarazada? —le pregunto aterrado.Mi mente comienza a hacer cuentas de la última vez que nos vimos.Justo un día antes de su matrimonio.El día que nosotros…—Y si te estoy contactando es porque quiero pedirte ayuda, en nombre de todas esas veces que me dijiste que me amabas. Ayúdame, Giovanni, a terminar con este matrimonio que me impusieron. —pide Niccola con voz quebrada.— ¿Si sabes lo que me estás pidiendo? —le pregunto con la sangre hirviendo dentro de mis venas.¡¿Cómo puede venir y pedirme que la ayude a salir de un matrimonio que ella misma aceptó?!¡Sé que he pasado la vida entera babeando el suelo que pisa!Pero, por Dios… ¿Cómo puede ser tan cara dura?—Lo sé… Sé que tú y yo estamos en una situación delicada a nivel familiar, pero te pido, Giovanni, que me ayudes. No te lo estuviera pidiendo si tuviera alguna salida, tú me conoces y sabes que cuando te dije que saldría de tu vida era e
—Es mi hijo también, así que quiero estar cuando tú orines para verificar que si estás embarazada. —responde él rápidamente y yo me desternillo en carcajadas.¡Ya para Pablo, están embarazados!Pobre de él si al final el resultado es negativo.— ¡Dina, haz algo! ¡Saca a Pablo de aquí! —me grita Jaspe y yo le muestro las manos en señal de rendición.—Ni creas que voy a meterme para quedar en medio de sus peleas maritales, estás loca. —le digo y veo como Pablo me da un pulgar arriba.—Gracias cuñadita linda. —responde alegremente, pero su sonrisa muere en su boca cuando un frasco de champú conecta con la parte trasera de su cabeza.—¡Ouch! —se queja Pablo.—¡Sal del baño! —le ordena Jaspe.—¡No! —grita él decidido a que se acabe su momento de pelea.Me acerco disimuladamente a la puerta, y mientras ellos siguen discutiendo, yo la cierro desde afuera y le activo el seguro.Los golpes en la puerta no se hacen esperar y yo suelto carcajadas.—¡De ahí nadie sale hasta que hayan resuelto sus