Emma Mark. 

Después de salir de le beignet doré con Eva estoy de camino a casa, no puedo olvidar a ese hombre es como si su ojos reflejaran peligro, pero voy a omitir esos pensamientos al final, no voy a volver a ver ese hombre ¿Verdad?

Lo más raro es la actitud de Liam ¿Será que de verdad le gusto o sera invento de Eva?, Al final eso no importa, no me gusta Liam, el es muy coqueto y eso sería tener más inseguridades, para eso no tengo tiempo.

Por fin llegó a mi casa, paso por el patio del frente donde hay flores de todos los colores gracias a mi padre, abro la puerta y entro a mi casa por ella y la cierro a mis espaldas.

—¡Madre, he llegado! —Grite, anunciando mi llegada y al poco tiempo vi a mi madre saliendo del interior de la casa. 

—Cariño al fin llegaste, llegaré tarde a la entrevista de trabajo y eso no me lo puedo permitir, por llegar tarde me pueden rechazar —Dijo mientras iba recogiendo sus cosas apresurada —Ya voy un poco tarde ¡Que Dios se apiade de mi!

—Vale vale, ya vete madre y ten mucha suerte, no tienes tiempo para hacer plegarias —dije riendo en voz baja para que no me escuche y me miró divertida.

—Laura está dormida cuando despierte le das de comer y Luis está viendo caricaturas tenlo vigilado que se pone a hacer muchas cosas locas cuando no tiene supervisión —Posa un beso un beso en mi frente y se marchó de la casa casi corriendo. 

Subí a mi habitación a despojar el uniforme de la escuela de mi cuerpo y darme un baño,  entre al baño y abrí el agua de la bañera esperando a que llene de agua tibia me quite toda mi ropa quedando desnuda, cuando se llenó coloque en el agua una esencia de fresas y vainilla para que quede en mi piel su olor, entre en la bañera y me bañe relajándome poco a poco. 

Ya lista y vestida obviamente, fui al cuarto de Laura y aún está dormida, es normal en una bebe de 8 meses ¿No?, Espero que si, luego fui hasta la sala a verificar las travesuras de Luis, pero por suerte está muy tranquilo viendo su caricatura favorita y yo sonreí al verlo tan tranquilo, La puerta principal es abierta y  entra por ella mi padre de su trabajo.

—¡Padre! —Gritamos Luis y yo al mismo tiempo, ambos corrimos a abrazar a nuestro padre muy sonrientes, este nos recibió en sus brazos y nos sentamos a ver las caricaturas abrazados de él. 

La noche transcurrió tranquila como siempre, Mama llego una  hora y media después con buenas noticias  sobre la entrevista, diciendo que le dieron el trabajo y todos la felicitamos, estamos en el comedor cenando como una gran y feliz familia que somos, cenamos  entre risas y chistes, recordando anécdotas de la infancia de mis padres, me felicitaron por mi diez dejando que comiera doble postre y así como así paso la velada tranquila, somos una familia tan feliz.

Matthew Jones.

Desde que vi a esa niña no me la puedo sacar de la cabeza, algo bueno me dio ese local de mala muerte, conocí a la mujer a la mujer que será mi esposa, esa niña tiene que tener unos 15 o 16 años pero no me importa ella será mía, solo mía y soy capaz de todo para obtenerla.

Después que salió del local salí tras de ella, tenía que seguirla, tenía que verla por más tiempo.

Iba todo el camino viendo como  camina, como habla, sus gestos, sus movimientos, la ondulación de su cabello en el aire, miraba absolutamente todo de ella y por todo es TODO.

Es perfecta, es tal como la imaginé, ella será la que cumplirá mis caprichos y mis órdenes, la que llenaré de hijos, la mujer que moldeare a mi antojo.

Ella y su amiga iban tan entretenidas que no se dieron cuenta de que no se dieron cuenta de que un auto las perseguía, eso me daba morbo, el echo de que no sabe que su hombre la está vigilando, en mis pantalones sobre sale una erección tan dolorosa que tengo que acariciarla para que no me reviente el miembro, si tan solo supiera como me pone.

Cuando ella llego a su casa tome la dirección y me vine a la mía, cuando llegue a mi casa de inmediato llame a Bill, mi detective privado.

—Aquí está la dirección, quiero que investigues todo sobre esa familia y lo quiero para mañana mismo ¿Entendido? 

—S-si señor Jones —Hablo con cierto tono de nerviosismo.

—Ya sabes la otra parte te la doy cuando el trabajo este echo –Le entrego la mitad del dinero pautado por el asunto.

Asintió y salió del despacho, Ya pronto estará mi pequeño ángel, ya pronto estarás conmigo. 

Toc toc. 

—Adelante —Entro María a mi despacho, es una simple sirvienta más, que es un desahogo sexual  de vez en cuando, cuando no encuentro a alguien más, alguien más refinado.

—Señor, la cena está servida —En su tono de voz escucho su picardía.

—Bien —Fue lo único que dije y salí del despacho pasando por su lado, camino al comedor con María detrás.

Mi nana está esperándome en el comedor, es la única persona que me quiere a pesar de mi “problema”, mi familia me teme, de hecho, todos me temen.

¿Quién no le tendría miedo a un hombre como yo?, ¿Un hombre frio y calculador? Y para más, rico y con mucho poder. 

La verdad es que me encanta ver el miedo reflejado en las demás personas al verme llegar.

—Hola mi niño –Dijo nana después de sentarme.

—¿Cómo estas nana? –Hablo muy sonriente. 

—Cada día más vieja ¿y tú? —Típico de ella que use esa frase.

—No podría estar mejor –Dije con una sonrisa muy bien dibujada en mi rostro y mi mirada radiante.

—¿Qué hiciste hijo? –Dijo nana con una evidente preocupación. 

—Pronto conocerás a la señora Jones, te encantará —La picardía era evidente en mi voz.