Emma Mark.
—Solo fue un accidente, solo por eso no tienes que hacerme esto –Sigo con mi mirada baja sintiéndome derrotada, sintiéndome como si mi corazón late pero sin sangre, nada, simplemente un vacío horrible.
—No solo es eso, Desde que te vi me hiciste un hechizo, no sé si son tus ojos, tu boca, tu piel o todo de ti, pero me gusto absolutamente todo de ti al instante –Intento colocar una mano en mi muslo y cuando aparte mi pierna de su tacto este me miro con ¿Ternura?
Le hizo una seña a unos de los guardianes y este le entrego un trapo, con una mano me acerco a él y me puso el trapo en la boca y nariz, trate de luchar pero fue imposible él es mucho más alto y fuerte que él, trate de no olerlo pero poco a poco empecé a sentirme débil hasta que perdí el conocimiento.
(…)
Lo que creo que es tiempo después desperté desorientada (No es una pesadilla) pensé… me encuentro en una habitación espaciosa y lujosa, no distingo si es de noche o ya es de día, lagrimas amenazan con salir y aún sigo sin creer que esto me pase a mí. Mi familia, la escuela, mis amigos, mis sueños y esperanzas quedaran en el pasado.
Mi padre dice que todo pasa por algo y que lo malo trae cosas buenas, pero no creo que este sea el caso, ¿Cuáles son las cosas buenas me traerá vivir con un hombre que no conozco y me tiene aquí únicamente bajo amenazas?
Mi cabeza duele de tantas preguntas y pensamientos, una de las puertas gemelas de la habitación es abierta y el entra, mi cuerpo se encoje en la cama, camina lentamente y con paso seguro hasta llegar a mi lado y se sienta.
-Buenos días mi amor –Dijo con esa sonrisa maliciosa, no respondo nada y me quedo observándolo asustada.
-Dije buenos días –Sujeta mi rostro con una mano haciendo que vea su rostro, veo que apretó su mandíbula y una vena resalta en la frente por su enojo y yo sigo sin articular palabra por los nervios.
Mi cara es volteada y un gemido de dolor sale de mis labios, Me acaba de golpear, si, lo hizo, me quedo anonadada, pero ¿Qué más podría esperar de un secuestrador? ¿Debo esperar que sea amable conmigo? obviamente eso no va a pasar, siento en mí un dolor a saber que me puede matar y nadie lo detendría, más que un dolor, se siente como impotencia que me quema a braza viva.
Volvió a agarrar mi mandíbula fuertemente e hizo que lo mirara –Cuando yo te hable me respondes de inmediato ¿De acuerdo? –Asentí, las lágrimas no se hicieron esperar y empezaron a salir de mis ojos a ríos, me siento avergonzada.
—No escuche –Apretó más su agarre causando que un gemido de dolor salga de mi boca a lo cual el sonrió como si le diera satisfacción.
—S-si –Respondí apenas y soltó mi mandíbula dejándome fuera de sus manos dejando sus dedos plasmado en enrojecimiento en mi piel.
—Así me gusta mi amor, que me obedezcas y debes hacerlo siempre –Sonríe –Tengo que ir a trabajar –Dijo agarrando mi cabello delicadamente y con una sonrisa tierna –Te prometo que estaré aquí lo más pronto posible, si haces una tontería e intentas escapar le vuelo la cabeza a tus padres ¿Entendido? –Asentí, corto la poca distancia que había y beso mis labios, intente alejarme pero este me agarro del cabello fuertemente –No vuelvas a hacer eso –Apretó mas el agarre volvió a besarme, cuando se separó de mí, salió de la habitación no sin antes darme una mirada de advertencia, al verlo cruzar por la puerta solte el aire que en mis pulmones se compromia.
Llore, llore como nunca lo había hecho en toda mi vida, me siento tan impotente y llena de rabia hacia él, no quiero estar aquí, más bien no quiero estar con ese hombre que ni siquiera se su nombre y que cambia de actitud en una fracción de segundo.
No sé cuánto tiempo llevo llorando, lo que sé es que me arden los ojos y me duele mucho la cabeza, no quiero estar aquí, pero no puedo escapar por el bien de mi familia, me quedo absorbida por mis pensamientos y el tiempo pasa sin darme cuenta.
(...)
La puerta es abierta nuevamente, por un momento pensé que era el pero no, me equivoque, es una mujer de unos cincuenta y siete años, al verme su cara reflejo ¿Tristeza?, ¿Lastima?, No lo sé, se acercó a mí y me miro detenidamente.
—Tan solo eres una niña –Dijo con una voz de tristeza pura –Lo siento tanto por ti pequeña niña, que dios te proteja —hizo una cruz en su pecho como si eso me fuera a proteger.
—¿Quién es usted? –Pregunte dudosa sin saber si esa persona me ayudaría o lo ayudaría a lastimarme por órdenes de ese hombre.
—Me llamo Dulce, soy la nana de Matthew –Con que ese es su nombre, pensé, voltee a ver su ojos cayendo en cuenta que si ella es su nana ella lo vio crecer y no pude imaginar que esa abominación pudo haber sido un niño que está señora una vez cuido –Ven, te ayudare a cambiarte.
—¡No! Por favor no me toque ayúdeme, el me secuestró estoy aquí contra mi voluntad, si me ayuda me matará, a mi, a mis padres e incluso mis hermanos ¡Nos matará! –Le explicaba a la señora en tono de súplica al borde del llanto.
—No puedo hacer eso pequeña niña, por favor colabórame no quiero que mi niño se enoje conmigo –Mientras me decía esas palabras en su rostro se veía tristeza, ahí supe que ella no me podría ayudar, por más que cuido a ese niño no tenía influencias aquí o no quería usarlas, eso me decepcionó.
Quizás esté sería mi destino y por eso dios no me lleno de belleza por qué sabía que moriría como una flor en cautiverio.
Emma Mark. —Está bien –Asentí triste mientras ella me ayudaba a cambiarme, quitando mi ropa como una madre a una niña de 3 años. (...) Pase el día con ella y bajamos hacia los salones a pasear, comimos juntas y ella me leía historias viejas de libros de fantasía para distraerme lo cual hacia que pareciera que era una nana cuidándome y para nada que estaba secuestrada, ni por poco parecía eso. En breves momentos llegó a distraerme de su voz y pienso. No debí ir al local con Eva esa tarde, nada esto estaría pasando, no estaría con en las garras de este hombre y seguiría con mi vida normal, si mi vida seguiría normal mi mayor preocupación serían los exámenes y no si un loco me matara al final del día. —¡Ya llegue! –Mi alma salió de mi cuerpo al escuchar esa voz, nana se dio cuenta y agarro mi mano dándole un pequeño apretón como queriendo decir se fuerte. —Aquí estamos hijo –Le dijo para informarle nuestra ubicación, soltamos un suspiro y segundos después apareció él, miro a nan
Emma Mark.Me dejo sola al fin...Su ausencia en la habitación se siente como ligera como si el alma me volviera al cuerpo, en efecto mi alma volvió a mi cuerpo pero echa pedazos, me siento sucia y adolorida.Salgo de la ducha donde me dejó y cierro la puerta con seguro, no quiero ver la cara de nana que de seguro me va a ver con cara lastima y tristeza, no quiero escuchar sus "niña por dios ¿Estás bien?" ¿Cómo cree que voy a estar después de lo ese bastardo me hizo? Dios ¿Dónde estás? No te pido la salvación eterna, no te pido riquezas y poder, solo te pido volver a mi vida anterior donde era feliz ¿Que mal hice para que me ocurra esto? ¿Cuál fue el motivo para que me hayas cruzado en el camino de esa bestia?¿Que me ha hecho este hombre? Me duele mucho mi zona baja y vientre, odio el dolor y este es el más fuerte que he sentido en mi vida, mis piernas flaquean y mi vista se nubla por las lágrimas.Me devuelvo a la ducha caminando torpemente, la sangre sigue brotando de mi interior
Emma Mark.No sé cuanto tiempo soporte esto, apenas tengo 2 días en esta casa y han sido un infierno para mi. Volvió a violarme sin compasión alguna, no le importa hacerme daño, no escucha mis súplicas para que me suelte. Estoy en la cama sin moverme y él está a mi lado, estoy debajo de un charco de sangre con un dolor profundo en mi vientre otra vez, menos doloroso que la primera vez, Intenté pararme y sentí bastante dolor, quiero ducharme y quitar su olor de mi cuerpo, quisiera arrancarme la piel para borrar su tacto de mi, quisiera quitar mi interior si pudiera para no tener el recuerdo de que estuvo dentro de mi, vuelvo a intentar pararme y no puedo evitar un quejido que salió de mi boca.—Ven, yo te ayudo -Tocó mi brazo, mi piel se erizo de asco y aleje su tacto de mi.—No me toques, me das asco -Dije comenzando a llorar, no me dijo nada y me limité a seguir intentando levantarme, cuando logré sentarme en la cama me puse de pie y caí al suelo, varios sollozos salieron de mis lab
Emma MarkMe despierto, sigo aquí, otra vez en la terrible pesadilla, dentro de unas sábanas calientes, sobre una cama más que suave y cómoda, estoy encerrada en una jaula de oro.No, no la puedo llamar así si no tengo ni la más mínima libertad para disfrutar de los lujos que según el me ofrece.¡Dios! como quisiera dormir y jamás despertar, ahogarme mientras duermo y quedarme en esos sueños donde soy feliz y libre, miro a mi lado y afortunadamente él no está aquí, gracias a Dios pensé, me levanto y camino hasta el baño a ducharme, de camino paso ojeo por la ventana y veo los pájaros habiendo nidos, sonrió y sigo mi camino.Entro en el baño y me doy una ducha con agua fría para despertarme, ojalá pudiera dormir todo el día pero lo tengo prohibido, ridículamente prohibido, ya lista salgo y lo que veo me deja helada.Salgo con una toalla cubriendo mi cuerpo mojado y otra en mis manos mientras seco mi cabello, al verlo mi paso queda detenido bruscamente y puedo escuchar los latidos de m
Emma Mark.Matthew sigue apretando el volante, en el cuerpo del volante se ve la presión que le aplica, acelera y puedo notar su enojo como venas sobresaliendo de su frente, sus hombres en las motos detrás de nosotros comienzan a acelerar al ver su cambio de velocidad, fue una mala idea preguntar, una jodida mala idea.—Escúchame muy bien Emma, tendrás que acostarte conmigo por placer y es como, cuando y donde yo quiera, harás cada cosa que se te pida sin dar problemas, te tendré vigilada las 24 horas del día y si haces o dices algo de lo que pasa en la casa, te olvidas de la escuela y de tus padres, no hablarás con ningunos de tus amigos, si me informan que estuviste con un chico tendrás problemas y nada de salir a "estudiar" con tus amigos, Dios te salve de que me enteré de un chico porque lo mato en tu cara y no querrás tener eso en tu memoria -Dijo rápidamente todo esto apretando la mandíbula y con sumo trabajo.—Y-yo eemmh.. —Estaba asustada, mi pecho subía de arriba a abajo por
Emma Mark.Seguíamos en camino, me quedé dormida un rato y soñé con la señora que nos atendió en la tienda de zapatos y lo que me dijo.«-Por lo que veo la vida marital a sido amarga -Me dijo mientras veía a Matthew sentado al otro lado de la tienda -Ven, toma esconde está pastilla y tómala antes de salir en público, te mantendra feliz unos momentos.»Me desperté sintiendo un toqueteo en mis muslos, me di cuenta que Matthew me trataba de despertar, me incorpore sin decir nada y él tampoco hablo, por suerte.Habíamos llegado, paramos en un restaurante, el chófer abrió la puerta y Matthew bajo primero, como siempre agarró mi mano para aparentar que somos una "pareja", todos nos miran de arriba hasta abajo y viceversa, algunos solo observan y otros murmuran.Todos aquí están vestidos elegantemente, parecen estar en su elemento y totalmente cómodos, yo... Pues yo estoy vestida normal creo, no me ven como si fuera fascinante más bien me ven extrañados.Matthew pidió una mesa, nos sentamos
Emma Mark. Abrió la puertas a mis espaldas, me giré a verlo y retrocedí, su aspecto me da miedo, demasiado miedo, una sonrisa se dibujó en su rostro, una sonrisa de un psicópata.-¿Qué pasa, mi amor? —Preguntó acercándose con paso lento —¿Me tienes miedo? —Siguió acercándose y yo retrocedía asustada.—No te me acerques —Choque con la pared y puse mi mano al frente para que no se acercara.Estaba muerta del miedo y lo peor aún es, que estoy acorralada —¿Te da miedo la sangre? —Preguntó pasando sus dedos manchados de sangre por mi mejilla dejando un rastro de ella a su paso.—No me toques —Traté de empujarlo pero fue imposible, es demasiado grande en comparación conmigo, él agarró mi cara haciendo que lo mire directamente a esos ojos que eran hermosos pero no tenía nada mas, una belleza vacía y oscura como su alma, el olor de la sangre llegaba a mis fosas nasales y me desagradaba, en mi rostro se notó.Rió como un demente, río a carcajadas alzando su mirada am techo, volvió y clavó
Matthew Jones.Ayer por fin se dejó de mi, mi nombre entre sus jadeos se oye tan bien, hace tiempo que la imaginaba así dejándose de mi sin ninguna queja ni un "para" de su parte ¿A quien cree que engaña? Se bien que le gusta mi verga, es la de su hombre, tiene que gustarle, es su destino.Salió del baño con las mejillas rojas y cubriendo su cuerpo con una toalla en dirección al armario, le dije que no lo hiciera y se acostara desnuda a mi lado, se acostó de espalda a mi cubriendo su cuerpo con pudor, a veces da ternura es como una linda conejita antes de ser cazada por el cruel zorro, le pedí que se pegara a mi cuerpo y no respondió, tire de su cabello pegándola a mi, soltó un pequeño chillido de dolor ¡Que dulce melodía es su dolor!Dormí a su lado por unas horas, pero me levanté antes que amaneciera, tenía cosas que hacer desde muy temprano, salí de su habitación y camino la mía vi a la puta de María paseándose por frente a mi puerta en lencería de puta barata ¿Quién se cree a pase