Emma Mark.
Hoy amanecí con el pie izquierdo, todo me ha salido mal: la alarma no sonó por lo cual me desperté tarde y ni tiempo de desayunar tengo, no encontraba mi uniforme en mi armario donde se supone debe de estar, llegue tarde a la parada del bus escolar por lo que tuve que esperar uno público, llegue treinta minutos tarde y para el colmo, el profesor me mando a la dirección por obviamente llegar sumamente tarde por lo cual, recibí una reprimenda del director.
Después de mi castigo que fue pasar un maravilloso día (nótese el sarcasmo) en la oficina del director, por fin estaba llegando a casa y como mi padre entro a trabajar, los niños los cuida la señora Cuper que es una vecina de mi comunidad que vive unas cuadras más debajo de mi casa, así que tengo que pasar por ellos más tarde, pero antes me dispuse a hacer la limpieza de la casa y ducharme relajada.
No sé porque siento una extraña sensación extraña pero si sé, que no me gusta para nada este sentimiento.
(…)
Toco la puerta de la señora Cuper y esta abre al paso de unos minutos.
—Linda ¿Cómo estás? –pregunto la señora Cuper.
—Muy bien señora Cuper ¿y usted?
—Muy bien también –Me sonrió –Cada día estas más hermosa, deberías de cuidarte de los muchachos y esos hombres enfermos –Hizo una mueca de desagrado.
—Siempre me cuido y gracias por el consejo… y por lo de hermosa.
Reí por mi comentario no me considero hermosa pero no estoy fea, mi estatura es promedio 5’3, mi pelo negro es muy largo me llega un poco por debajo de los glúteos por lo cual casi nunca por no decir nunca me dedico a hacerme un peinado, no tengo curvas de impacto pero tengo, Eva considera que tengo un cuerpo de impacto pero yo no lo considero así, bah mejor alejo esos pensamientos si soy hermosa o no, ni que fuera tan importante, o ¿sí? Bueno mejor lo olvido de una vez por todas.
(…)
Tengo en mis brazos a Laura y Luis va a mi lado, cuando estamos cerca de mi casa visualizo dos camionetas en frente de esta, mi ceño se frunce al ver la escena, esto es extraño, hay hombres vestidos de trajes de color negro fuera de la casa y están… ¿Vigilando?
Como puedo abro la puerta principal y me encuentro a mis padres sentados frente a un hombre con el cabello un poco largo hasta los hombros pero bien peinado con un traje mucho más elegante que los hombres fuera de la casa ¿Dónde he visto algo parecido?
—Buenas noches –Dije y todos se voltearon a verme, no lo podía creer, me quede estática en mi lugar, él es… él es el hombre a que le derrame mi batido ese días en Beignet Doré, veo a mis padres llorar y a él se le formo una sonrisa maliciosa, lo vi y trague saliva al ver sus ojos y ver que su mirada se conectó con la mía, lentamente volteo a ver a mi madre que llora como si alguien muy querido hubiera fallecido, mi instinto me movió a acercarme a consolarla.
—Madre ¿Pasa algo? –Camine hacia ella con una evidente cara de preocupación, cuando ya estaba frente a mis padres, Luis se sentó en las piernas de mi padre y mi madre cargo a Laura.
—Si Emma, pasa algo –Se paró del mueble ese hombre y se acercó a mí –Pasa que vas a tener que irte conmigo –Dijo mientras mostraba total seguridad en sus palabras y malicia en su mirada.
¿Qué?, ¿Qué pasa por la cabeza de este hombre? –Pensé.
—¿Irme?, ¿Contigo?, ¿A dónde? –Dije con un tono muy evidente de preocupación y horror en mi mirada.
—A mi casa –Hizo una pausa y sonrió –Como mi mujer, claro está ¿O no? –Volteo a ver a mis padres con una sonrisa tétrica y estos atemorizados asintieron.
—¿Qué? –Esto es el colmo, voltee a ver mis padres y ellos me miraron con lastima, ¿Que acaso no escuchan lo que dijo ese hombre loco?
—Tienes que hacerlo hija –Dijo mi padre –Por favor Emma –Dijo cabizbajo con el orgullo herido aparentemente.
—¿Qué?, ¿Te has vuelto loco padre?, ¿Qué les pasa? –Mis ojos empiezan a picar y las lágrimas amenazan en salir.
—Es por el bien de la familia –Comento mi madre y lágrimas brotaban de sus ojos ya hinchados.
—Te explico –Volvió hablar aquel hombre extraño y loco –Te quiero como mi mujer, vas a hacer mi mujer y todo lo que lo harás sin reprochar, mi voluntad es la única que seguirás de ahora en adelante por el resto de tu vida y si no lo haces matare a tus padres e hermanitos ¿Entiendes? –Dijo eso ultimo como si nada mientras los apuntaba con desprecio.
—P-pero yo –Dije con voz temblorosa y las lágrimas saliendo de mis ojos sin cesar, sintiendo que mi mundo se derrumba y que es una pesadilla de la cual voy a despertar pronto pero se siente tan real, hice una pausa antes de seguir hablando pero mi padre me interrumpe hablando el primero.
—Hija por favor –Dijo mi padre en tono de súplica y volteo a ver a sus ojos que están lagrimeando, incrédula y no creyendo que me estén entregando así sin más como si nada, como si yo no fuera su hija, como si entregara a un cachorro que será dado en adopción o envía una vaca al matadero, si me dejan ir iré directo a la boca del lobo, ¿Y si ese hombre me mata?
—Nos vamos Emma –Dijo el hombre mientras me toma fuertemente del brazo, veo a mis padres resignada.
—Los sentimos mucho cariño –Dijo mi padre con la cabeza gacha como si verme le así le quedara en la conciencia.
Me saco de mi casa a rastras y no quise gritar por miedo a que les haga algo a mi familia, antes de subirme a una de las dos camionetas que estaban estacionadas en el frente volteo a ver a mi casa… mi hogar… un lugar donde quizás no vuelva y mis pensamientos inundan mi cabeza, son pensamientos de dolor, tristeza y de impotencia.
Maldito sea el segundo que acepte ir con Eva al Beignet Doré, maldito sea el segundo que tropecé con él, m*****a sea él y todos los que vieron que me llevaba y no hicieron nada, a todas estas un pensamiento se cola en mis maldiciones ¿Por qué? Volteo a verlo con una mirada de dolor y de impotencia, el volteo a verme y su mirada helada y maliciosa hizo que agachara mi mirada con temor.
—¿Por qué? –Dije con mi voz rota como mi voluntad.
—Porque eres mía mi amor, no debiste haberte cruzado mi camino –Lo dice con tanta normalidad como si dijera la hora y eso me asusta.
Emma Mark.—Solo fue un accidente, solo por eso no tienes que hacerme esto –Sigo con mi mirada baja sintiéndome derrotada, sintiéndome como si mi corazón late pero sin sangre, nada, simplemente un vacío horrible.—No solo es eso, Desde que te vi me hiciste un hechizo, no sé si son tus ojos, tu boca, tu piel o todo de ti, pero me gusto absolutamente todo de ti al instante –Intento colocar una mano en mi muslo y cuando aparte mi pierna de su tacto este me miro con ¿Ternura? Le hizo una seña a unos de los guardianes y este le entrego un trapo, con una mano me acerco a él y me puso el trapo en la boca y nariz, trate de luchar pero fue imposible él es mucho más alto y fuerte que él, trate de no olerlo pero poco a poco empecé a sentirme débil hasta que perdí el conocimiento.(…)Lo que creo que es tiempo después desperté desorientada (No es una pesadilla) pensé… me encuentro en una habitación espaciosa y lujosa, no distingo si es de noche o ya es de día, lagrimas amenazan con salir y aún s
Emma Mark. —Está bien –Asentí triste mientras ella me ayudaba a cambiarme, quitando mi ropa como una madre a una niña de 3 años. (...) Pase el día con ella y bajamos hacia los salones a pasear, comimos juntas y ella me leía historias viejas de libros de fantasía para distraerme lo cual hacia que pareciera que era una nana cuidándome y para nada que estaba secuestrada, ni por poco parecía eso. En breves momentos llegó a distraerme de su voz y pienso. No debí ir al local con Eva esa tarde, nada esto estaría pasando, no estaría con en las garras de este hombre y seguiría con mi vida normal, si mi vida seguiría normal mi mayor preocupación serían los exámenes y no si un loco me matara al final del día. —¡Ya llegue! –Mi alma salió de mi cuerpo al escuchar esa voz, nana se dio cuenta y agarro mi mano dándole un pequeño apretón como queriendo decir se fuerte. —Aquí estamos hijo –Le dijo para informarle nuestra ubicación, soltamos un suspiro y segundos después apareció él, miro a nan
Emma Mark.Me dejo sola al fin...Su ausencia en la habitación se siente como ligera como si el alma me volviera al cuerpo, en efecto mi alma volvió a mi cuerpo pero echa pedazos, me siento sucia y adolorida.Salgo de la ducha donde me dejó y cierro la puerta con seguro, no quiero ver la cara de nana que de seguro me va a ver con cara lastima y tristeza, no quiero escuchar sus "niña por dios ¿Estás bien?" ¿Cómo cree que voy a estar después de lo ese bastardo me hizo? Dios ¿Dónde estás? No te pido la salvación eterna, no te pido riquezas y poder, solo te pido volver a mi vida anterior donde era feliz ¿Que mal hice para que me ocurra esto? ¿Cuál fue el motivo para que me hayas cruzado en el camino de esa bestia?¿Que me ha hecho este hombre? Me duele mucho mi zona baja y vientre, odio el dolor y este es el más fuerte que he sentido en mi vida, mis piernas flaquean y mi vista se nubla por las lágrimas.Me devuelvo a la ducha caminando torpemente, la sangre sigue brotando de mi interior
Emma Mark.No sé cuanto tiempo soporte esto, apenas tengo 2 días en esta casa y han sido un infierno para mi. Volvió a violarme sin compasión alguna, no le importa hacerme daño, no escucha mis súplicas para que me suelte. Estoy en la cama sin moverme y él está a mi lado, estoy debajo de un charco de sangre con un dolor profundo en mi vientre otra vez, menos doloroso que la primera vez, Intenté pararme y sentí bastante dolor, quiero ducharme y quitar su olor de mi cuerpo, quisiera arrancarme la piel para borrar su tacto de mi, quisiera quitar mi interior si pudiera para no tener el recuerdo de que estuvo dentro de mi, vuelvo a intentar pararme y no puedo evitar un quejido que salió de mi boca.—Ven, yo te ayudo -Tocó mi brazo, mi piel se erizo de asco y aleje su tacto de mi.—No me toques, me das asco -Dije comenzando a llorar, no me dijo nada y me limité a seguir intentando levantarme, cuando logré sentarme en la cama me puse de pie y caí al suelo, varios sollozos salieron de mis lab
Emma MarkMe despierto, sigo aquí, otra vez en la terrible pesadilla, dentro de unas sábanas calientes, sobre una cama más que suave y cómoda, estoy encerrada en una jaula de oro.No, no la puedo llamar así si no tengo ni la más mínima libertad para disfrutar de los lujos que según el me ofrece.¡Dios! como quisiera dormir y jamás despertar, ahogarme mientras duermo y quedarme en esos sueños donde soy feliz y libre, miro a mi lado y afortunadamente él no está aquí, gracias a Dios pensé, me levanto y camino hasta el baño a ducharme, de camino paso ojeo por la ventana y veo los pájaros habiendo nidos, sonrió y sigo mi camino.Entro en el baño y me doy una ducha con agua fría para despertarme, ojalá pudiera dormir todo el día pero lo tengo prohibido, ridículamente prohibido, ya lista salgo y lo que veo me deja helada.Salgo con una toalla cubriendo mi cuerpo mojado y otra en mis manos mientras seco mi cabello, al verlo mi paso queda detenido bruscamente y puedo escuchar los latidos de m
Emma Mark.Matthew sigue apretando el volante, en el cuerpo del volante se ve la presión que le aplica, acelera y puedo notar su enojo como venas sobresaliendo de su frente, sus hombres en las motos detrás de nosotros comienzan a acelerar al ver su cambio de velocidad, fue una mala idea preguntar, una jodida mala idea.—Escúchame muy bien Emma, tendrás que acostarte conmigo por placer y es como, cuando y donde yo quiera, harás cada cosa que se te pida sin dar problemas, te tendré vigilada las 24 horas del día y si haces o dices algo de lo que pasa en la casa, te olvidas de la escuela y de tus padres, no hablarás con ningunos de tus amigos, si me informan que estuviste con un chico tendrás problemas y nada de salir a "estudiar" con tus amigos, Dios te salve de que me enteré de un chico porque lo mato en tu cara y no querrás tener eso en tu memoria -Dijo rápidamente todo esto apretando la mandíbula y con sumo trabajo.—Y-yo eemmh.. —Estaba asustada, mi pecho subía de arriba a abajo por
Emma Mark.Seguíamos en camino, me quedé dormida un rato y soñé con la señora que nos atendió en la tienda de zapatos y lo que me dijo.«-Por lo que veo la vida marital a sido amarga -Me dijo mientras veía a Matthew sentado al otro lado de la tienda -Ven, toma esconde está pastilla y tómala antes de salir en público, te mantendra feliz unos momentos.»Me desperté sintiendo un toqueteo en mis muslos, me di cuenta que Matthew me trataba de despertar, me incorpore sin decir nada y él tampoco hablo, por suerte.Habíamos llegado, paramos en un restaurante, el chófer abrió la puerta y Matthew bajo primero, como siempre agarró mi mano para aparentar que somos una "pareja", todos nos miran de arriba hasta abajo y viceversa, algunos solo observan y otros murmuran.Todos aquí están vestidos elegantemente, parecen estar en su elemento y totalmente cómodos, yo... Pues yo estoy vestida normal creo, no me ven como si fuera fascinante más bien me ven extrañados.Matthew pidió una mesa, nos sentamos
Emma Mark. Abrió la puertas a mis espaldas, me giré a verlo y retrocedí, su aspecto me da miedo, demasiado miedo, una sonrisa se dibujó en su rostro, una sonrisa de un psicópata.-¿Qué pasa, mi amor? —Preguntó acercándose con paso lento —¿Me tienes miedo? —Siguió acercándose y yo retrocedía asustada.—No te me acerques —Choque con la pared y puse mi mano al frente para que no se acercara.Estaba muerta del miedo y lo peor aún es, que estoy acorralada —¿Te da miedo la sangre? —Preguntó pasando sus dedos manchados de sangre por mi mejilla dejando un rastro de ella a su paso.—No me toques —Traté de empujarlo pero fue imposible, es demasiado grande en comparación conmigo, él agarró mi cara haciendo que lo mire directamente a esos ojos que eran hermosos pero no tenía nada mas, una belleza vacía y oscura como su alma, el olor de la sangre llegaba a mis fosas nasales y me desagradaba, en mi rostro se notó.Rió como un demente, río a carcajadas alzando su mirada am techo, volvió y clavó