Ayyyyyyyyyyyyyy que estoy que me como las uñas en este punto!!! Gracias por leer! Este mes llega una nueva novela, asi que estén super atenta al perfil en la app y mis cuentas. Besooooos.
AlessandroEstoy de pie en mi habitación, ajustando el cuello de la camisa y tratando de calmar el caos que arde dentro de mí. Todo parece estar desmoronándose a mi alrededor: la empresa, la difamación, la familia... y lo peor de todo, Valeria. No puedo dejar de pensar en ella, en lo que significará perderla. El simple pensamiento me asfixia, me da miedo reconocerlo, pero la mocosa es mucho más que mi esposa por conveniencia o la pieza clave para mi venganza. Es la persona que me importa más de lo que estoy dispuesto a admitir. Y la idea de verla con otro, de perderla de verdad, me aterra como nada más.Un golpe suave en la puerta interrumpe mis pensamientos. Respiro hondo, tratando de recuperar la compostura.—Adelante —digo, esperando que sea Rosa.Pero no es Rosa. Al girarme, me encuentro con Valeria en el umbral. Lleva un vestido veraniego suelto, de un azul pálido, que contrasta con su piel clara y sus ojos verdes. Se ve... impresionante, como la princesa Fiore que conocí cuando
ValeriaEstoy sentada sobre las piernas de Alessandro, y su mano acaricia suavemente mi espalda y mi abdomen. Cada roce de sus dedos me provoca un estremecimiento que recorre todo mi cuerpo. Me doy cuenta de que, aunque las cosas no están bien entre nosotros, no me quiero levantar. Permanecer aquí, con su calidez rodeándome, me da la fortaleza que necesito para enfrentar a mi tía y a Clara. Siento una paz extraña al saber que él está a mi lado, incluso si no deberíamos estar en esta situación.Cuando llega el momento de pasar a la mesa para la comida, sé que no puedo seguir refugiándome en sus brazos. Me pongo en pie, aunque una parte de mí quiere quedarse. Me inclino hacia él y le susurro:—Voy al baño un momento.Alessandro me mira con intensidad y, sin pensarlo dos veces, dice:—Te acompaño, mocosa.Antes de que pueda agradecerle, escuchamos al abuelo llamando a Alessandro desde el otro lado de la sala. Me doy cuenta de que podría ser importante, así que lo miro con una pequeña so
AlessandroEstamos en el auto, camino a la empresa de Valeria. No puedo evitar pensar en lo extraño y reconfortante que es que ella me haya pedido que la acompañara. A pesar de todo lo que ha sucedido entre nosotros, de las mentiras y los malentendidos, aquí estoy, a su lado. Sabe que la lastimé y seguramente no debería confiar en mí, pero aun así me pidió que estuviera aquí. Es un gesto que, sin querer, hace que algo cálido se encienda en mi interior.Durante el trayecto noto cómo Valeria se retuerce las manos, nerviosa. Sin pensarlo demasiado, estiro la mano y la coloco suavemente encima de la suya. Ella me mira, sus ojos verdes se posan en mí con una mezcla de sorpresa y gratitud.—Vas a hacerlo bien, mocosa —le digo con voz firme—. Lo llevas en la sangre, y no sé si sirva de mucho ahora mismo, pero yo creo en ti.Sus ojos brillan con una intensidad que nunca había visto antes, y siento un apretón leve en mi mano cuando susurra:—No debería importarme, pero lo hace, me importa. Así
ValeriaHan pasado ya siete días desde que asumí la presidencia de la empresa, y aunque todo ha sido un caos desde entonces, de alguna manera empiezo a encontrar mi propio ritmo. Tal como Alessandro me lo prometió, me inscribió en la universidad de manera virtual, y aunque me siento un poco intimidada por la idea de estudiar mientras llevo la empresa, sé que es lo correcto. Necesito prepararme, demostrarme a mí misma que puedo hacerlo, que no soy solo la niña que siempre fui para Emilia.Algunos de los jefes de área me han apoyado desde el principio, como Jocelyn, mi secretaria, quien ha sido una gran ayuda poniéndome al día con todo. Pero no todos están convencidos de que una "niña", como algunos me llaman a mis espaldas, sea capaz de llevar una empresa de esta magnitud. Sé que hay rumores, susurros de desconfianza y dudas sobre mi capacidad, pero eso solo me empuja a trabajar más duro. No puedo fallar.Mientras reviso algunos documentos sobre los costos que tendría el nuevo prototipo
Han pasado unos días desde que Valeria me lanzó ese desafío de “enamorarla”, y lo admito, estoy completamente fuera de mi elemento. Nunca me consideré un hombre fácil de intimidar, pero esta vez… algo en su forma de mirarme, en su exigencia firme pero justa, me desarma. Estoy perdido. No sé qué hacer, cómo empezar. Es como si todo lo que creía saber sobre conquistar a alguien se hubiera evaporado, dejándome solo con un nudo de ansiedad en el pecho.Estoy en mi despacho en casa hablando con Matteo, buscando algún consejo, aunque sé que esto también le servirá de motivo para reírse de mí.—Nunca pensé que vería el día en que Alessandro Rossi estuviera tan jodidamente desesperado por una mujer —dice Matteo, echándose hacia atrás en la silla con una sonrisa de burla en su rostro—. Y mucho menos por tu propia esposa.Pongo los ojos en blanco, aunque por dentro sé que tiene razón.—Es que no es cualquier mujer —le contesto, apoyando la cabeza en mis manos—. Es Valería. Y no sé cómo actuar s
ValeriaLlego a la mansión con el corazón latiendo a toda velocidad. Hace solo unos minutos, Alessandro me llamó para decirme que Ramón había comenzado a mover sus piezas. El fraude, la traición, todo empieza a encajar, y aunque siempre supe que este día llegaría, la verdad es que no estoy preparada. Aún no sé cómo procesar todo lo que está pasando, y mucho menos lo que significa para mi vida.Mis pensamientos, sin embargo, no son únicamente sobre la venganza. Alessandro... está empezando a colarse en cada rincón de mi mente. Desde que me dijo que me iba a enamorar, no he podido sacármelo de la cabeza. Y lo peor es que está cumpliendo su promesa. Las flores, los pequeños detalles, la forma en que me mira, como si fuera lo más importante para él. Esto me confunde más de lo que puedo admitir.Respiro hondo frente a la gran puerta de la mansión. Necesito despejarme, concentrarme en lo que es importante ahora: mi venganza, la justicia por mis padres, por todo lo que Emilia y Ramón me han
AlessandroLuego de haber revisado todas las grabaciones, pues desde el primer día han habido más, y los movimientos de dinero que Ramón ha estado haciendo la última semana, decidimos movernos con rapidez e inteligencia, por eso ahora estamos: el abuelo, Matteo, ambos Vanucci, Valeria y yo, en el despacho del detective Garza para presentar nuestro caso.El ambiente en el despacho está cargado de tensión. Todos los presentes están aquí para una causa en común, pero el aire está impregnado de emociones contradictorias, frustración y, sobre todo, desesperación. Miro a Valeria mientras se mantiene firme a mi lado, aunque puedo sentir que su cuerpo está tenso. Ella ha pasado por mucho, y aunque sé que es fuerte, esto podría ser el límite.El detective frente a nosotros, un hombre con el rostro curtido y mirada escéptica, no parece convencido de estar aquí. Sus ojos recorren la sala, parándose en cada uno de nosotros con una mezcla de desconfianza.—Señor Rossi —empieza el detective—, le r
AlessandroEl día ha sido largo, agotador y lleno de tensiones que han comenzado a cobrar factura en cada parte de mi cuerpo. No ha sido fácil mantener la calma durante la reunión con el detective, sobre todo cuando Valeria decidió contar todo lo que había pasado con su tía Emilia. Mi rabia aún sigue bullendo por dentro. Pero ahora, al regresar a la casa, siento que lo único que quiero es detener el tiempo, respirar, y encontrar algo de paz, por pequeña que sea.Valeria camina a mi lado, su cuerpo tenso pero en silencio, y no puedo dejar de notar lo cansada que parece. Mientras entramos en la casa, Rosa, como siempre atenta, aparece casi de inmediato con su sonrisa cálida y maternal.—Se ven agotados. ¿Ya cenaron? —pregunta, sus ojos moviéndose entre nosotros con preocupación.Antes de que pueda decir cualquier cosa, la mocosa se me adelanta.—Gracias Rosa, pero no tengo hambre —contesta de inmediato, y haciendo una mueca que claramente intenta ocultar su agotamiento.Sin embargo, no