Cuando escuché a Ava decir aquello quedé en shock. Incluso Austin se veía afectado por las palabras de su joven prima.—¿Entonces Austin? — Lo miró juzgona. No sabía que había sucedido entre ellos así que decidí intervenir.—Es mi clienta chicos. Saben que soy publicista, me estoy haciendo cargo de una fiesta para la señorita Clark. — La chica pareció sentirse un poco avergonzada, sin embargo. su mirada de molestia no cambió en absoluto. Entonces Erick la rodeó con sus brazos y la atrajo a él.—Sera mejor que subamos, con permiso. — Asentimos y ellos entraron directo al segundo nivel dejándome junto con Austin y su exnovia.—Ah, señorita Clark lo lamento, puede acompañarme a mi oficina, hace frío y creo que será más práctico. — Ella por fin apartó su mirada de Austin y se enfocó en mí.—Claro, usted me guía. — Ya ni me molesté en ver a Austin. Honestamente me sentía molesta y ni siquiera entendía por qué. No tenía derecho a estarlo o tal vez porque el idiota de Austin omitió el pequeñ
—¡Te has vuelto loca! — Mis oídos retumbaron al escuchar la fuerte voz de Gretel quien me veía con las cejas fruncidas. Era obvio que quería matarme. Le había contado todo lo sucedido con Austin y su exnovia y que luego de haberse encerrado en la oficina salió a escondidas corriendo hacia su departamento.—¿Cómo pudiste darle a tu esposo falso en bandeja de plata?—¿Qué querías que hiciera? — La miré mientras apoyaba mis brazos sobre la mesa sintiéndome una completa idiota. —No tengo derecho sobre él. Quiero decir, somos un matrimonio falso y no pretendemos salir con nadie más hasta que esto termine, al menos no públicamente. Además, es obvio que él aún tiene sentimientos por ella. Ni siquiera me dijo que era su ex cuando le hablé de mi cliente. — Gretel hizo una mueca al torcer la boca mientras asentía.—Si bueno, fue idiota de su parte haberse ahorrado ese dato. Yo no te dije nada porque pensé que lo sabías. Quiero decir, Susane Clark se hizo aun más famosa cuando comenzó a salir co
Cuando llegamos a la discoteca nos dimos cuenta de que había una enorme fila para la entrada. Por suerte llevábamos abrigos o si no tendríamos que soportar el frío en la calle.—No esperaba que hubiera tanto frío. — Habló Gretel mientras se abrazaba a sí misma y el vaho salía de su boca cuando hablaba. Tomé la misma posición que ella y avanzamos mientras la gente charlaba.—Ni yo, pero ahora ya estamos aquí. Debemos de disfrutar ¿no?—Claro que sí. — Avanzamos cuando a lo lejos noté a un chico rubio que reconocía muy bien. Bajaba de un porche negro junto con otro hombre. Era Theo, el hijo del jefe de Gretel. En cuanto nos miró habló con su compañero y se acercó a nosotras.—Chicas.—Hola. — Saludé con una sonrisa mientras Gretel no parecía tan contenta de verlo.—Hola linda, ¿no me saludas?—No saludo a idiotas. — Se dio la vuelta indiferente. Le di una mirada de disculpa y el se encogió de hombros.—¿Quieren pasar con nosotros? — Señaló al castaño que lo acompañaba. —Así no tienen qu
Al llegar al auto, Austin sacó los condones de la guantera y luego cerró la puerta y abrió la de atrás.—¿Qué haces pregunté?—Creí que tendríamos sexo en el auto. — Me reí. Esto era lo que definía nuestra relación. No podía creerlo, sin embargo, lo necesitaba y mucho. Así que simplemente me metí y el se metió detrás de mí. Una vez cerró la puerta me deshice de mis bragas y zapatos mientras él se quitaba su chaqueta. No tardó en besarme de nuevo, de aquella forma tan sensual y juguetona que me volvía loca. Era increíble lo dependiente que me había vuelto al cuerpo de Austin y ahora que sabía lo que sentía por él, era más placentero, pero al mismo tiempo confuso. Sabía que no debía hacerlo porque de esta forma solo complicaría más mis sentimientos por él. Sin embargo, la forma en que me tocaba me besaba, me acariciaba en la que me hacía sentir no tenía comparación.Austin me tomó de la cintura y pronto la puso sobre él. Me deshice de mi chaqueta y Austin bajó con suavidad el tirante de
Me encontraba escogiendo un suéter para la fiesta de Kim. Luego de mi drama con Susane lo primero que hice fue terminar mi trabajo y luego correr en busca de un suéter apto para la fiesta. Tenía tres opciones uno verde con un enorme árbol de navidad al frente en relieve, otro rojo con un reno y otro rojo con un Santa. Ninguno me gustaba, los suéteres feos siempre serán feos.—¿Qué haces? — Austin llegó a la habitación sosteniendo su abrigo a un lado. Claramente recién había llegado. Me hice a un lado y le mostré lo que tenía frente a mí.—Escogiendo un suéter feo para la fiesta de Kim.—¿En serio llevarás uno? — Alzó las cejas mostrando una expresión burlona en su rostro yo asentí con seriedad.—Es tradición. ¿No usarás uno? —¿Quieres que vaya? — Parecía sorprendido.—¿No quieres ir? Creí que era claro que estabas invitado. Bueno, eres mi esposo y eso. — Sonrió.—Claro, sí. — Se sentó en la cama. —Solo que no preparé un suéter. — Le mostré los tres que tenía. —Tengo uno de talla gran
Lo primero que hice al ver a la señora Jones fue ahogar un grito. Obviamente no la esperaba aquí, ni en la ciudad ni en esta casa. Pero ahí estaba ella, frente a mí, luciendo un suéter feo que parecía haber conseguido a última hora. Pronto sentí sus brazos alrededor de mi cuello y yo tuve que devolverle el gesto aun cuando me encontraba sorprendida por su presencia.—¿Cómo llegó aquí? — Pregunté un poco temblorosa.—En GPS cariño. — Explotó en carcajadas y no pude evitar reírme de su mala broma. —Austin nos dio la dirección, pero antes nos comentó que vendría a una fiesta hoy. Solo preguntamos dónde sería.—¿Preguntaron?—Cariño. Ven. — Dirigió su mirada al hombre que traía otro suéter a juego.—¡Sofi! — Derrick Jones era una persona amigable una vez lo conocía bien, aunque su mirada era un poco intimidante. Lo abracé levemente y luego me alejé para verlos.—Bueno esta es una enorme sorpresa. No creí que vendrían hoy.—¡Mamá! ¡Papá! — Austin salió de la casa y parecía igual de sorpren
Una medía hora después nos encontrábamos llegando al mirador. Acomodé mi abrigo y bufanda y luego bajamos para caminar hacia la orilla del mirador. Me apoyé sobre el frío metal y sentí que mis palmas se quemaron un poco debido al frío así que tuve que alejarme. —Vaya. — Miré los brillantes ojos de Austin mientras observaba aquella hermosa vista. Se alcanzaba a ver las montañas cubiertas por la nieve justo detrás del pueblo, el cual desde esta altura parecía una maqueta de un pueblito navideño salido del Polo Norte. —¿Es increíble no? —Realmente hermoso. — Sonreí aliviada de que le gustara. —Solía venir aquí cuando me sentía enfada y triste. Es mi lugar de calma. Poder imaginar historias divertidas de la gente del pueblo pensar en que cosas que los alegren podrían estar haciendo, todo eso aliviaba mi corazón. — El pelinegro se giró a verme con las cejas levemente alzadas. —¿Es tu lugar de confort? —Sí, creo que puede definirse de esa forma. — Asintió mirando hacia abajo y luego a
No entendía nada. ¿Acaso había hecho algo mal? La expresión de Austin era tenebrosa y sombría. Parecía muy molesto conmigo, pero no sabía por qué.—Señorita Clark, buen día.—Hola señorita Moon. Qué bueno verla. — Sonrió de amablemente, aunque sentí algo de burla en esa expresión, solo esperaba estar imaginando cosas. —Parece que se lleva muy bien con sus compañeros. — Comentó. — Fruncí mi entrecejo confundida. ¿De qué hablaba?—¿Perdón?—El muchacho con el que estaba. — Señaló hacia detrás de mí en dirección al donde estaba yo hace un rato con Alex.—¿Habla de mi abogado? Es mi amigo. — No entendía por qué de pronto esta mujer se metía en algo personal. Era sospechoso.—No sabía que eran tan cercanos. — Miré a Austin quien por fin hablaba.—Bueno, su sobrinito es amigo mío igual que él. Por cierto, señorita Clark, — Di un paso hacia ella —necesito hablar con usted respecto a unas decoraciones. — Comencé a caminar hacia la casa intentando aliviar esa tensión que de pronto había sentid