Mis compañeras de trabajo y otras conocidas hablaban sobre lo difícil que era conocer a los padres de sus parejas. Solían comentar mucho sobre los nervios que estrés que sentían antes de conocerlos y cuando lo hacían a algunos les iba bien y a otros mal, en el sentido que los padres querían una pareja perfecta para sus hijos. Claro que esos ya eran asuntos más personales de cada familia.Hubo un tiempo en que sentí envidia de eso ya que no tenía pareja. Sin embargo, cuando decidí mantener este matrimonio falso con Austin nunca pensé que tendría que enfrentarme a mis suegros. De hecho, cuando nos conocimos fue algo demasiado breve y creí que así sería, al menos hasta ponerle fin a este matrimonio. Sin embargo, ahora que ellos estaban en mi ciudad natal, no podía ignorarlo, por nada del mundo.Al verlos ahí, Zoé sosteniendo el brazo de Derek, sentí algo extraño y no pude salir huyendo de ahí como una rara. Di un paso hacia ellos dispuesta a saludarlos lo más natural posible y entonces u
Yo nunca creí en fantasmas, pero al ver aquella cara blanquecina por un momento creí que si existían. Sin embargo, cuando mis ojos y la sorpresa pasaron a ser parte del segundo plano pude entender que se trataba de Austin. El pelinegro se acercó a mí con expresión se sorpresa.—¿Qué sucede? ¿Por qué gritas? — Le di un golpe en el brazo y luego me cubrí el rostro debido a la vergüenza.—Santo cielo, creí que era un fantasma.—¿Crees en esas cosas? — Parecía divertido, no parecía burlarse de mí.—Callate. — Me giré para continuar mi camino a la oficina, él me siguió hasta que cerró la puerta. Comencé a recoger mis papales para dejarlos separados y así solo avisarle a Ana en que orden tomarlos por si servían mañana ya que no estaría.—¿Dónde estuviste? — Se plantó frente a mí impidiéndome el paso.—¿Por qué preguntas? — Caminé a un lado para recoger el resto de los documentos y evitarlo. Estar tan cerca de él era peligroso.—Bueno, vienes de la calle, tarde y parece que vinieron a dejart
Desperté gracias a la alarma. Austin se quejó a mi lado y yo sonreí divertida porque había notado que él no era muy madrugador. Aun no podía creer que el manejara una empresa por sí solo. Al quitarme la colcha de encima sentí frío. La temperatura comenzaba a descender claramente. Tenía que comprar calentadores paralas habitaciones en uso. Me levanté con cuidado y salí de la habitación. Pretendía preguntarle a Ava y Erick si querían acompañarnos. La verdad el plan había sido muy apresurado y para la hora en la que vine ya estaban dormidos. Así que toqué primero en la habitación de Ava y ella abrió la puerta aun adormilada.—Lamento despertarte temprano, pero iremos con tus tíos y Austin a pasear. ¿Me preguntaba si querías ir? — Todo rastro de sueño desapareció del rostro de la joven y asintió.—Iré a arreglarme. — Cerró la puerta y yo sonreí. Luego fui a tocar la puerta de Erick y pregunté lo mismo. La respuesta fue igual de afirmativa. Luego de eso volví a la habitación y Austin seguí
Erick y Ava llegaron hasta donde estaba. Me sentí sin energía por un momento al haber perdido, a veces no me agradaba ser tan competitiva, solo a veces.—¿Qué sucedió? — Rick me miró con una ceja alzada.—Tu primo ganó una competencia que tuvimos. — Los dos se rieron.—Bueno, creí que sabías, que el también es muy competitivo.—Lo noté, gracias. — Volvieron a reírse.—No pareces contenta, ¿qué apostaron? — Preguntó Ava apoyándose en la barrera también.—Un deseo. Tengo que cumplir su deseo.—No suena mal. — Se encogió de hombros Erick.—¿No suena mal? — Preguntó Ava como si la hubiera insultado. —Erick, es Austin de quién hablamos. Puede aprovecharse de su deseo. — Me miró. —¿Quieres nuestra ayuda?—¿Cómo?—Podemos darle un pequeño escarmiento si se pasa de la raya con su deseo.—Es su primo, les recuerdo.—Es cierto, pero como nuevo miembro de la familia lleva ventaja. — Erick me guiñó un ojo. Me pareció tierno.—Bien, lo dejó en sus manos. — Los dos compartieron miradas, asintieron
—¿Qué vamos a hacer?—Esto es un gran problema—Nos va a asesinar si no encontramos sus malditos listones. — Los chicos estaban alterados, y lo entendía. Yo estaba igual. Estábamos a unos días de la fiesta y la inauguración del festival. No se arruinarían las cosas por un maldito listón.—No tienen servicio postal ni correo. — Miré a Austin. Lo sabía, pero pensé que tenía una leve esperanza. No me quedaba más que viajar.—¿Ana?—¿Sí?—Busca el vuelo que salga en seguida a la ciudad.—Claro.—¿Irás? — Steven se aproximó a mí.—Debo hacerlo. Ustedes terminarán de organizar todo aquí. Yo me encargaré de esto. Volveré lo más pronto posible. — Indiqué mientras caminaba hacia mi habitación para poder empacar mi ropa.—¿Mi celular estará encendido a menos que no haya señal. Si algo ocurre…—Nos podemos hacer cargo. Después de todo somos tu equipo estrella. — Carl me guiñó un ojo. Amaba que fueran un tanto positivos ahora. Era lo que necesitaba.—Bien, gracias chicos. Entré a la habitación y
Me di una ducha, la necesitaba con urgencia. Todo el día había estado agitado y las cosas se complicaban más. Por alguna razón me sentía nerviosa al quedarme junto con Austin en una misma habitación del hotel. Quiero decir, si, dormimos juntos en la cama de Joy Green, pero un hotel era muy distinto. Quería darme un tiro en la cabeza y desaparecer de este mundo. Pero no podía hacerlo. Salí del baño vistiendo la bata azul del hotel, me llegaba a los talones y me cubría muy bien. Al salir, me encontré a Austin con su pantalón de pijama y la bata que dejaba una vista espectacular de su pecho desnudo.Malditas hormonas las mías. Mis mejillas se pusieron muy rojas por lo que tuve que desviar la mirada y enfocarme en el lado que me correspondía de la cama. Sin embargo, antes de hacerlo noté la vista desde la ventana. Era completamente irreal. Se podía ver toda la ciudad, las luces de los autos, de las calles y la luna. Era hermoso.—Es una habitación con suerte.—¿De qué hablas? — Austin se
Al regresar a Dream Stone aquellas cintas fueron cambiadas. Sabía que Susane se moriría si le avisaba de inmediato que lo había conseguido. Honestamente no entendía que la llevó a ser tan cambiante, aunque tenía mis sospechas. Además, los familiares de Austin habían llegado, su hermano y esposa y los padres de sus primos. Eso me dejó en un estado de asombro y muy ocupada para darles la bienvenida. Creo que fue la bienvenida más cálida que haya experimentado.―¡Cuñada! ― Fred Jones apareció ante mí con mucha emoción. Me apretó en sus brazos en cuanto me vio. El hombre era parecido a Austin a excepción de su cabello castaño. Era dos años mayor que él por lo que entendía y era demasiado extrovertido por lo que podía notar. ―Finalmente nos vemos la cara, es un placer tener presente.―Siento lo mismo y mil perdones porque las cosas fueran así de aceleradas.―Descuida, Austin siempre fue el hijo que sorprendía a su familia en lo que sea y un nuevo miembro de la familia es una linda sorpresa
Cuando subí a la habitación me quedé de piedra nuevamente. La habitación estaba decorada con ropa de cama navideña, almohadas mullidas y mantas cálidas, creando un ambiente acogedor y festivo. Incluso el baño estaba equipado con toallas suaves y velas aromáticas que difundían fragancias a especias de invierno.Dejé mi mochila en el suelo y me senté en la cama. Austin se sentó a mi lado y me rodeó con su brazo mientras depositaba un beso en mi coronilla.―Austin, en verdad te luciste.―Lo sé. ―Sonreí y tomé con mi mano sus mejillas. Austin abrió los ojos de par en par mientras yo reía divertida al ver su cara de pescado.―No te burles de mí por favor.―Eres muy tierno. ―Le di un pico en los labios y él sonrió.―¿Sólo vas a darme uno? ―Incliné mi cabeza mientras sonreía con picardía. Entonces le di otro, más lento, más suave. Comenzó como una caricia hasta que Austin me atrajo más hacia él tomando mi cintura. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba sobre su regazo con las rodillas apoya